Tiene razón Marcelo Sain cuando dice que "esto está dirigido al gobernador, a limitar su poder". Se refiere a las dos leyes diseñadas en su contra, y aprobadas el jueves pasado en la Legislatura. También tiene razón en que durante la gestión de Miguel Lifszchitz --con mayoría propia en Diputados-- el bloque que conducía Armando Traferri en el Senado --prácticamente con los mismos que continúan en sus bancas-- acordaba frecuente y estratégicamente con el Frente Progresista. El ministro de Seguridad lo define como "el bloque histórico de poder integrado por el Frente Progresista, que se parece más a la Libertadora que a otra cosa, y la derecha peronista" y ubica ahí el origen del conflicto que se profundiza por la falta de conducción en el Partido Justicialista, desde el momento que Omar Perotti --en su estrategia para resultar electo gobernador-- pactó con el senador sanlorencino, nada menos que aceptando que Alejandra Rodenas fuera su compañera de fórmula.
Más aún, en su cruzada por adecentar la policía, el Poder Judicial y el funcionamiento en el combate contra el delito, el ministro ha sido muy cuidadoso de no involucrar a la vicegobernadora, cuya participación en "causas sensibles" siendo jueza ha sido objetada en reiteradas oportunidades. "El problema son los goles en contra", twiteó el ministro de Gestión Pública, Ruben Michlig, palabras más, palabras menos, a la hora de retratar lo ocurrido sumariamente en la Legislatura provincial, donde se llevó adelante lo que Sain calificó como una "reacción efusiva y grosera" y, en menos de una hora, se aprobaron "sobre tablas" dos leyes sin un solo voto en contra de los diputados y senadores peronistas.
Una de ellas tiene por objeto echar a Sain del organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación, cargo al que accedió por concurso, incurriendo en el absurdo de suponer que puede tener efectos retroactivos, cuando el "abc" del derecho indica lo contrario. Y otra sobre los fondos reservados que podría, por ejemplo, revelar detalles sobre dónde se alquilan casas para los testigos protegidos y otra serie de dislates bajo el pretexto de la "transparencia".
Lo lógico hubiera sido, como lo propuso en la "sesión express" el representante por Rosario Marcelo Lewandovsky, que se pasara a comisión, se estudiaran las propuestas y se trataran en la última sesión ordinaria del año. Pero la mayoría de los senadores, integrada por los que conduce Traferri y los del Frente Progesista, no hicieron lugar y, más aún, "corrieron por izquierda" al ex-comentarista deportivo y otros tres senadores, diciéndoles que "no querían la transparencia".
Por esa razón, y ante el desconocimiento del contenido de los proyectos cuyo tratamiento había adelantado Traferri por whatsapp media hora antes de la sesión, es que decidieron abstenerse. La explicación no conformó, al menos a Sain, que en su diatriba pone en "la misma bolsa" a estos senadores.
El rosarino junto a Marcos Castelló, Alcides Calvo y Ricardo Kauffmann seguramente anunciarán en 2021 que forman otro bloque peronista, al que esperan se sumen Eduardo Rosconi y Cristina Berra, y tal vez Hugo Rasseto, para lo cual el Poder Ejecutivo deberá replantear sus alianzas internas dentro del PJ. Si eso ocurriera, el gobernador ya no estaría "a tiro" de una mayoría especial de dos tercios que le podría rechazar un veto. Eso podría ocurrir con estas leyes anti Sain que, de no mediar esa instancia, en una semana quedarían firmes ("sancion ficta"). Altas fuentes de la Casa Gris no descartaron el veto, que sería "marcar la cancha" y a la vez escalar el conflicto en vísperas del tratamiento del presupuesto, entre otras leyes, y de cara a tres años en los que debería gobernar sin mayoría en ninguna de las dos cámaras. Para ser justos, hay que decir que hoy tampoco la tiene garantizada
Está visto que más allá de las reyertas con Sain, no hay armonía entre la gestión y la legislatura. De hecho, el ministro Esteban Borgonovo dejó el cargo hace un par de semanas y no fue reemplazado, ni lo será en los próximos días, vísperas de las últimas sesiones. La interlocución entre ambos poderes es casi inexistente --lo era también cuando estaba Borgonovo--, prueba de ello es que la vicegobernadora presidió la sesión en la que se votaron esta leyes --en contra de los intereses del Poder Ejecutivo-- y no hubo ninguna comunicación hasta que ya estaba todo "cocinado".
Esto recién empieza. En pocas semanas se inicia el año electoral. Y más allá de las denuncias de Sain, la "banca" de Perotti para que continúe en el cargo, y las vicisitudes en torno a las leyes que se tratarán en el parlamento, se inaugura una etapa en paralelo a la gestión, que es la de conformación de listas, armado de estrategias y finalmente los comicios para diputados, senadores y concejales en las ciudades de la provincia. Lo lógico --retomando la metáfora futbolera de Michlig-- es que enfrenten al adversario, y no que el principal "peligro" para el equipo sean varios de los que lucen la misma camiseta. Eso no lo va a poder solucionar Sain, que además tiene por delante una tarea tanto o más importante, como lo es la reducción del delito y mejorar la seguridad, asignaturas pendientes más allá de sus declaraciones.