Colombia conmemoró el aniversario de las históricas protestas que tuvieron lugar en noviembre pasado con un segundo día de paro nacional. En Bogotá y Medellín, epicentro de las movilizaciones, hubo represión por parte de la policía. La jornada fue convocada por centrales de trabajadores, organizaciones sociales y de estudiantes. También los sectores del campesinado se movilizaron en varios puntos del país. Los principales reclamos fueron hacia las políticas del presidente Iván Duque y su manejo de la pandemia. Además pidieron por que se detenga la persecución y muerte de dirigentes sociales. Para Jorge López Ardila del Coordinador Nacional Agrario (CNA) las zonas militarizadas es donde más se ven estas realidades. “Desde los Acuerdos de Paz de 2016 ha habido más de mil líderes sociales muertos”, indicó el dirigente campesino.
Una generación sin miedo
El 21 de noviembre de 2019 la sociedad colombiana dijo basta. Muchos analistas sostuvieron que una nueva generación había salido a las calles. Hombres y mujeres que ya no cargaban con el miedo de sus antecesores. Las marchas que empezaron ese día se repitieron hasta la llegada del coronavirus. El covid-19 pareció funcionar como una aliado perfecto para Duque que hasta ese momento ya cargaba con más de una decena de muertos por la represión policial. Sin embargo en septiembre de este año volvieron las movilizaciones y la respuesta violenta del gobierno. Ahora el país está inmerso en un paro nacional que se prolongará hasta el 25 de noviembre. Las principales demandas de la Comité Nacional de Paro son por una renta básica, intervención al sistema de salud, reactivación económica real y el cese de la violencia.
En la capital los organismos sociales y la juventud fueron la avanza de la protesta. Los estudiantes volvieron a decir presente para denunciar el ajuste que propicia el delfín del expresidente Álvaro Uribe. Para Andrés Rodríguez, del Movimiento Alternativa que milita en los barrios populares de la ciudad, la pandemia expuso la violencia que viven a diario los más humildes. “Solo en el año 2020 en Bogotá hubo 597 casos de violencia policial. En el último mes, después de las protestas que se vivieron en septiembre, aumentaron las amenazas de las fuerzas militarizadas contra el movimiento popular”, indicó el dirigente social. Sin embargo los jóvenes siguen llevando adelante sus reclamos. “El hijo de vecino es el que está marchando hoy día. Quiere estudiar. Quiere vivir tranquilo. Son expresiones de la sociedad civil no organizada que desde el año pasado se suman a las protestas”, sostuvo Rodríguez.
En Bogotá las organizaciones estudiantiles denunciaron que fueron perseguidas y reprimidas por efectivos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD). Un grupo de estudiantes quedó encerrado dentro del edificio de la Universidad Nacional. La policía arrojó gases lacrimógenos hacia el interior del predio. Tambíen en Medellín las fuerzas policiales salieron con camiones hidrantes contra los manifestantes. Al menos cuatro personas fueron detenidas según publicó el sitio Colombia Informa.
La Paz en el olvido
La violencia endémica es parte del día a día en el país. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz informó que 242 firmantes del Acuerdo de Paz que integraban las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron asesinados hasta la fecha. Desde la prefectura de Santander, al norte del país, López Ardila sostiene que la violencia viene desde el Estado. “Estamos viviendo un genocido. Además de los muertos, tenemos compañeros y compañeras a los que se encarcela sin pruebas para después liberarlos. La persecución también es judicial”, indicó el dirigente campesino. Desde el sector agrario también piden una ley de acceso a la tierra. “Tenemos grandes latifundios concentrados en manos de multinacionales. En los últimos meses esto se profundizó por decretos del gobierno nacional que empezó a entregar terrenos baldíos a las empresas”, indicó el dirigente de la CNA.
El incumplimiento de los Acuerdos de Paz que firmó el expresidente Juan Manuel Santos con la FARC en 2016 fue otra de las demandas en la jornadas de paro. “La llegada al poder del sector más derechista de Centro Democrático, el partido fundado por Uribe, hizo que fracase el Acuerdo con las FARC. Se había logrado desmovilizar a parte de la insurgencia. Fue un avance. Pero el gobierno no tiene voluntad de cumplir los acuerdos que se hicieron con el sector agrario”, sostuvo López Ardila. Además señala que los Tratado de Libre Comercio firmados con Estados Unidos y países de la Unión Europea están destruyendo la producción local. “Para darte sólo un ejemplo la producción de papa está sufriendo las importaciones desde Bélgica y Holanda. Están llevando a la quiebra al campesinado”, indicó el dirigente agrícola. A su vez reclaman políticas para mpulsar la producción libre de agrotóxicos. "La salidas que se están planteando sólo favorecen al gran capital y al agronegocio. Depende de nosotros ponerle un freno al gobierno e impulsar un camino para alcanzar la soberanía alimentaria", dijo López Ardila.
Para Rodríguez estas protestas son sólo el comienzo de un nuevo ciclo de luchas. “Lo que vivimos en el último año es que hay un nuevo relato encabezado por una nueva generación política. La agenda con la que estamos terminando el año es un adelanto de lo que va a suceder el próximo”, vaticinó el militante social. El lunes 23 de enero se espera una gran movilización para recordar a Dilan Cruz, el joven que fue baleado por el ESMAD. Desde ese día, las banderas con su nombre se agitan en cada marcha.