Antes de la partida de la misión del FMI que visitó el país en las últimas dos semanas, el ministro de Economía, Martín Guzmán, realizó una jugada "fuera de manual": reunió en el Palacio de Hacienda a los integrantes del cuerpo técnico del organismo internacional con el grupo "más político" entre los representantes de la cúpula dirigencial empresaria del país: la Asociación de Empresarios de Argentina (AEA). Con Paolo Rocca a la cabeza, "la conducción política del poder económico" (como los define Alfredo Zaiat) debió exponer su propia visión sobre la situación y las salidas que plantea ante la representación del Fondo y el ministro de Economía, por iniciativa de este último.
Si bien no hubo información oficial, trascendió que la reunión tuvo lugar este viernes a las 17,30 en el Salón Belgrano del Palacio de Hacienda, se extendió por espacio de casi dos horas y que fue propuesta y convocada por Guzman con una anticipación mínima, de menos de 24 horas. La intención manifestada por el promotor y organizador del encuentro fue que los técnicos del FMI conocieran de boca de la cúpula dirigencial sus planteos sobre las alternativas que se le presentan a la Argentina para salir de la actual crisis, comprometiéndolas en aportar a una solución.
Guzmán estuvo acompañado por Sergio Chodos, director ejecutivo para el Cono Sur del FMI. Frente a los tres miembros de la misión del FMI (Julie Kosack, Luis Cubbedu y Trevor Alleyne), se sentaron Paolo Rocca (Techint), Jaime Campos, Guadalupe Mazulo (titular y directora de relaciones institucionales de AEA), Enrique Cristofani (Banco Santander), Federico Braun (La Anónima) y Alberto Grimoldi (firma homónima). No estuvieron Pagani (Arcor), Magnetto (Clarín), Galperin (Mercado Libre) y otros referentes de peso de la Asociación de Empresarios Argentinos, que seguramente justificaron su ausencia en la premura de la convocatoria.
En su introducción, Guzmán destacó los valores del diálogo, la necesidad de construir consensos sobre pilares para la estabilidad económica y la previsibilidad. Señaló que la sociedad argentina tiene hoy una enorme responsabilidad para crear su propio futuro y resolver sus problemas, ya que el resto del mundo puede cooperar pero no sustituir las respuestas que deben surgir internamente.
Luego reiteró la postura del gobierno argentino ante el FMI, reclamando un nuevo programa de facilidades extendidas que permita renegociar el pago de la deuda por más de 44 mil millones de dólares, con un plazo de gracia de cuatro años y medio para empezar a pagarla.
En su comunicado de cierre de la visita, la misión del FMI no hizo mención a este encuentro. Pero informó que la delegación "acogió positivamente la intención de las autoridades argentinas de solicitar un programa de Facilidades Extendidas así como su intención de respaldarlo con un amplio consenso político y social".
”Existe una visión compartida entre el equipo y las autoridades en que, para abordar los desafíos de corto y mediano plazo de la Argentina, se requerirá un conjunto de políticas cuidadosamente calibradas para fomentar la estabilidad, restablecer la confianza, proteger a los más vulnerables y establecer las bases para un crecimiento sostenible e inclusivo", señaló la misión en su comunicado, informando que las negociaciones continuarán de manera remota durante las próximas semanas.
Volviendo a la reunión del viernes, la cúpula empresaria tuvo que expresar en la ocasión sus expectativas respecto de la economía argentina, explicar por qué rechazan el Aporte Solidario que ya tiene media sanción del Congreso, sus apreciaciones sobre la "presión tributaria" y la inestabilidad cambiaria, y las condiciones que pretenden para la inversión privada. No habrá sido la primera vez que estos empresarios tienen contacto con funcionarios del organismo internacional, pero seguramente es la primera que lo deben hacer ante el ministro de Economía en un ámbito oficial y por iniciativa de éste.
Cuando se habla de la necesidad de "un acuerdo amplio" entre diferentes sectores sociales y económicos para salir de la crisis, se suele soslayar la cuestión de la "consistencia" de los planteos. Un asunto que Guzmán suele poner en primer plano en sus debates, antes con los acreedores privados y ahora con el FMI: no acepta acuerdos de pago ni compromisos que no sean consistentes con los objetivos de recuperación económica y social, inclusión y desarrollo que pretende Argentina.
¿Son consistentes los planteos de la cúpula dirigencial del poder económico en Argentina con alguna de esas condiciones? Encuentros como el de este viernes en el Palacio de Hacienda, quizás aporten a reconocer, incluso delante del propio FMI, cuáles son los acuerdos posibles y con quién.