El presidente Alberto Fernández advirtió que el mundo transita hacia "niveles alarmantes de desigualdad" y que hay que atacar los motivos que la generan para ir hacia un mundo más equilibrado. Lo hizo en su mensaje en la sesión de apertura de la Cumbre de Líderes del G20, que finalmente improvisó porque le dio la sensación que todos sus pares decían más o menos lo mismo. Además, que nadie tenía en cuenta a países como Argentina -de desarrollo medio o "periféricos", como los calificó- que si bien no están en la situación dramática de los más pobres, también sufren carencias que se potenciaron con la pandemia. Fernández le agradeció en especial al presidente de Rusia, Vladimir Putin, por el esfuerzo para que la vacuna se aplique pronto. Al respecto, en Gobierno adelantaban que había llegado al país una delegación técnica para terminar de cerrar los términos contractuales de la compra de las 25 millones de dosis de la Sputnik V y explorar la búsqueda de un laboratorio argentino para hacer la transferencia de tecnología y fabricar la vacuna directamente acá.
Obviamente, la situación generada por la pandemia y la posibilidad cierta de una salida en el corto plazo se convirtieron en el eje de la cumbre virtual. Fernández se conectó desde Chapadmalal al encuentro que tenía como sede Riad, la capital de Arabia Saudita, y que contó con asistencia perfecta de jefes de Estado de los principales países del mundo. Incluso, participó Donald Trump, cuya presencia estuvo en duda hasta último momento. Aunque se conectó de manera fugaz para un discurso con su sello, en el que definió como "histórica" la performance económica de Estados Unidos en el primer trimestre del año hasta que llegó la pandemia y le arruinó todo. Encima se despidió con un "nos vemos el año que viene", abonando su idea de fraude electoral. "Fue desopilante", comentaban en el gobierno argentino sobre la participación y prendían velas por el reemplazo del electo Joe Biden. "No es que nos entusiasme mucho, pero nada puede ser peor que Trump", sostenían.
Líderes como la alemana Angela Merkel, el francés Emmanuel Macron, el italiano Giuseppe Conte y hasta el británico Boris Johnson hablaron sobre la necesidad de garantizar el acceso universal a la vacuna. Incluso, con la creación de un fondo común que permita financiar la vacunación en los países más pobres. Así las cosas, cuando le tocó hablar Fernández dejó de un lado el mensaje que tenía preparado para no repetir lo que ya se había dicho y puso el acento en la desigualdad. "Nunca dejamos de prestar atención a los más débiles en Argentina", comentó sobre el trabajo de su gestión durante estos meses, recalcando que le tocó asumir "en una situación de extrema debilidad que fue lo que heredamos".
Imaginó una economía resurgiendo a partir de la derrota del virus. Pero le preocupó que los jefes de Estado de los países avanzados se refirieran en exclusiva a la situación de los países más pobres, siendo que los de desarrollo medio estaban atravesando dificultades extremas. “Necesitamos para adelante que financieramente el mundo se expanda, y que esa expansión financiera llegué a países como la Argentina, para poder de ese modo ordenar los desequilibrios que la pandemia ha generado en nuestra economía”, enfatizó. El jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, compartió su parecer. Fernández advirtió sobre la necesidad de asegurar la provisión de vacunas en Latinoamérica para que en otoño del año próximo no se reproduzca la segunda ola de contagios que hoy se ve en Europa.
El Presidente dio su mensaje de unos diez minutos acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán y el representante ante el FMI, Sergio Chodos. Además, la sesión fue seguida desde Buenos Aires por el sherpa argentino del G20, el embajador Jorge Argüello. Hoy volverá a hablar en el cierre. Ayer, resaltó que Argentina se contactó con todos los oferentes de vacunas pero se refirió en especial a Putin "porque hemos trabajado mucho para que la vacuna rusa llegue en tiempo y forma a la Argentina". Al respecto, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, confirmó el arribo de una comitiva rusa para terminar de rubricar el contrato de provisión de la Sputnik V, acto que se concretaría la semana que viene. Destacó que esta vacuna ya se testea también en Europa y que la compra aquí se efectivizará una vez que esté aprobada por la Anmat. "Tenemos la certeza de que vamos a hacer una campaña de vacunación histórica", afirmó Cafiero.
Pero, además, la delegación rusa está en busca de un laboratorio nacional para hacer la transferencia tecnológica y que la vacuna se fabrique aquí, como sucede -en parte- con la de AstraZeneca y Oxford. La Sputnik V, además de Rusia, se elabora en India, Corea del Sur y China. En principio, de alguno de estos laboratorios extranjeros llegarían las 25 millones de dosis que se esperan para fin de año, cuestión de comenzar con la campaña de vacunación en enero. Que se utilice un laboratorio argentino no sólo terminará de garantizar esa enorme provisión, sino que en Gobierno imaginaban también un costo menor, dado el ahorro en producción y traslado.
El lunes se pondrá en marcha el Comité de Vacunación que encabezará el propio Fernández y coordinará el ministro de Salud, Ginés González García, en el que participarán especialistas de los ministerios de Salud, Seguridad, Defensa, Interior y Ciecia y Técnica. Habrá unos 150 mil personas implicadas en el inédito operativo con el que se espera entre enero y febrero tener vacunado al 23 por ciento de la población, comenzando por trabajadores esenciales -salud, seguridad, docentes- y los de grupos de riesgo. Las fuerzas armadas y de seguridad involucrarán a la mayoría de sus integrantes para armar la cadena de distribución en todo el país.