El viernes, tras un corte de la ruta nacional 68 a la altura de La Viña, en el departamento Valle de Lerma, el Ministerio de Salud decidió concluir con la gerencia del médico Pablo Casabella, quien desde febrero estaba al frente del Hospital local, si bien su nombramiento se oficializó en mayo pasado. Lo reemplazará la médica Marta Rufino, ya jubilada, quien “aceptó el desafío de quedar a cargo por al menos unos seis meses, hasta que preparemos a alguien para la gerencia”, dijo a Salta/12 el secretario de Servicios de Salud de la provincia, Martín Flores Perazzone.
Así se resolvió un conflicto que ya venía con denuncias por violencia laboral y distintas irregularidades que los trabajadores del Hospital habían puesto en conocimiento del Ministerio de Salud y los gremios que los representan.
Esta era la segunda gerencia hospitalaria a cargo de Casabella, que fue removido dos veces en menos de un año. En enero, cuando murieron chicos wichí por desnutrición y deshidratación en Santa Victoria Este, en el departamento Rivadavia, había estado a cargo de la gerencia por unas semanas, hasta que fue trasladado. Fuentes del área de salud informaron en aquel momento que él solicitó irse del pueblo del Chaco salteño.
Algunos medios de comunicación afirmaron que había una cuestión política partidaria que impulsó el alejamiento de Casabella. Flores negó tal situación. “Simplemente se respondió al pedido del personal”, dijo el funcionario al sostener que Casabella “no supo manejar al personal", y la situación devino en denuncias por violencia laboral por parte de los trabajadores, y presunta mala praxis por parte de pacientes.
Si bien las denuncias venían realizándose desde el momento en que Casabella quitó funciones al encargado de la gerencia administrativa del Hospital, tuvieron su momento cúlmine, y que provocó el inicio del pedido de apartamiento, con el golpe que le propinó un chofer de ambulancia al jefe de Enfermería del Hospital. Para los trabajadores, Casabella avaló la violencia al no intervenir con sanción alguna contra el agresor.
También pesó la denuncia policial de una paciente que indica que estando embarazada la derivaron al Hospital Materno Infantil, en Salta Capital, con el diagnóstico de “FM Retenido”, lo cual luego le explicaron, quería decir “feto muerto retenido”. Sin embargo, en el Materno confirmaron que estaban bien tanto ella como el bebé. La mujer sostuvo que cuando pidió la historia clínica en el Hospital de La Viña para ser atendida por una obstetra de Salta Capital le dijeron que ya no estaba en la institución sanitaria.
Otras denuncias refieren que de un día para otro se les obstaculizó el ingreso al Hospital a trabajadoras de enfermería a quienes Casabella les hizo acusaciones respecto de denuncias mediáticas que se habían empezado a deslizar en la ciudad cabecera del departamento.
Por otra parte, Flores Perazzone reseñó como una de las irregularidades más visibles el hecho de que Casabella puso a su esposa a cargo de la gerencia administrativa sin que ella tenga cargo alguno en la estructura estatal.
En algunos medios se afirmó que la intendenta municipal Alba Sánchez había intervenido en el alejamiento del ahora ex gerente del Hospital.
Peo Flores Perazzone negó de plano tal situación. “Si hay algo que no quiere este Ministerio de Salud es sobreponer decisiones políticas a decisiones sanitarias y de organización de un hospital”, sostuvo. Menos aún, enfatizó, en un contexto de pandemia en el que se precisa “optimizar el sistema de Salud” con las inversiones que se realizan en la provincia.
"Tengo la tranquilidad de que hago mi trabajo con criterio y con pruebas”, afirmó al sostener que en más de una ocasión estuvo en el Hospital y habló sobre la situación con Casabella.
Pese a las irregularidades señaladas, el funcionario aseguró que no se abrió ningún sumario contra el médico, aunque sí se elevaron las denuncias a la asesoría letrada del Ministerio de Salud. “El doctor tuvo muy buenas intenciones pero no sabe del manejo del Hospital”, concluyó Flores Perazzone.