La nota de tapa de Página/12 de este domingo donde se informaba sobre el colegio alemán de Bariloche Primo Capraro, en el que estudió la ministra Soledad Acuña en los años en que el colegio era liderado por el criminal de guerra Erich Priebke, desató una ola de reacciones en los dirigentes de Juntos por el Cambio, encabezados por el propio Mauricio Macri. El ex presidente calificó de “vergonzosa” la publicación, y aseguró que “esta tapa y esta historia no tienen nada que ver con el periodismo y dañan a la democracia”.
El tuit en cuestión no refiere a ninguna falsedad en lo publicado por este diario y no explica por qué reproducir seriamente esa información “no tiene nada que ver con el periodismo” y mucho menos por qué dañaría la democracia.
Detrás de lo tuiteado por Macri se encolumnaron otros dirigentes como Patricia Bullrich, Waldo Wolf y Fernando Iglesias. Ninguno desmintió que la ministra asistió a esa escuela ni el lugar ocupado por Priebke en ella. Más bien se concentraron en sostener que Acuña no es nazi, algo que Página/12 no dijo en ningún momento de ella ni de ninguno de los ex alumnos de ese colegio. La nota que disparó el debate dice explícitamente que no es posible hacer esa inferencia.
El otro eje utilizado por los dirigentes de Juntos por el Cambio fue retomar las acusaciones de la ministra contra los maestros, los gremios docentes y el peronismo sobre un supuesto adoctrinamiento realizado por ellos, frente al cual Acuña impulsaba a los padres de los alumnos a sumarse a las campañas macartistas de espionaje y delación llevadas adelante por el Gobierno porteño.
“El objetivo es alimentar el relato para profundizar la división de los argentinos. La tapa de Página/12 ofende no sólo a la ministra, sino a todos los argentinos. No se puede construir futuro con violencia y adoctrinamiento. Sería bueno que el oficialismo repudie estas prácticas”, decía el tuit difundido por la ex ministra de Seguridad, donde se mezclaba sin discriminación el comentario sobre la tapa de este diario con los dichos estigmatizantes de Soledad Acuña sobre las maestras y maestros.
El jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, que había mantenido silencio frente al escándalo desatado por las expresiones de su subordinada, se sumó a la polémica desde la misma red social. “Siempre defiendo y defenderé la libertad de expresión y el intercambio de ideas. Pero la política democrática nada tiene que ver con ataques personales y falaces. Todo mi apoyo y el de nuestro equipo para Soledad Acuña, una ministra cuya única prioridad es dar más y mejor educación para todos los chicos y chicas de la Ciudad de Buenos Aires”, aseguró, sin desmentir la información ni aclarar tampoco cuáles eran los “ataques personales o falaces”.
Que dice la nota de Página/12
Después de que la ministra de Educación porteña desatara una verdadera tormenta con sus agravios a los docentes por “pobres, viejos, militantes y fracasados”, salió a la luz la historia de su formación académica. Muchos resaltaron que nunca estuvo al frente de un curso y, en ese marco, se conoció que estudió en el colegio privado Primo Capraro de Bariloche.
En la historia de esa institución privada se centró la nota de Página/12. Su nombre es conocido mundialmente porque tuvo durante largos años, entre ellos los que Acuña pasó en sus aulas, la orientación de Erich Priebke, un criminal de guerra nazi que se refugió en Bariloche después del fin de la Segunda Guerra Mundial. La comunidad alemana de la ciudad lo acogió tan gentilmente que le confió la presidencia de la Asociación que rige los destinos de ese colegio.
No hay ningún secreto en lo publicado por Página/12. El relato de los hechos es tomado de fuentes identificadas y calificadas y tanto el diario como los especialistas se preocupan por explicitar que haber pasado por esa escuela no convierte a Soledad Acuña ni a ninguno de sus ex alumnos en nazis.
El documentalista Carlos Echeverría, director de una película sobre el paso de Priebke por Bariloche, señala en la nota publicada el domingo que “me parece un poco forzado relacionar las barbaridades que dijo con su formación, porque conozco a muchos egresados del colegio y ninguno tiene los prejuicios que ella tiene”. El guionista Santiago Varela completa: “No todos lo que se recibieron ahí siguieron esa línea, pero los que decidieron seguirla tienen una buena base”.
La indignación de Mauricio Macri
Resulta difícil rastrear cuál es la calificación del ex presidente para afirmar que la nota de Página/12 no tiene nada que ver con el periodismo. Quizás lo habiliten las furiosas persecuciones económicas y penales de su Gobierno contra los medios que no aceptaban sus directrices, que hasta le costaron la libertad a varios empresarios que se negaron a alinearse con sus operaciones ilegales.
En relación con su ataque al compromiso democrático de Página/12, seguramente su idea del lugar del periodismo en la sociedad se limite al que ocuparon la gran mayoría de los medios durante su gobierno, protagonizando un rol activo en la persecución y criminalización de las actividades de ex funcionarios, opositores y empresarios no alineados con sus operaciones de inteligencia, judiciales y mediáticas que desde hace meses están saliendo a la luz en los tribunales.