Mañana, miércoles 25 de noviembre, en el Día internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer, a las 18, en vivo por Facebook/Aguará Colectivo Editorial, se transmitirá la presentación de Soy Elena. Con guión de Ana Pipi Oberlin e ilustraciones de Lorena Méndez, este nuevo libro de la colección Historietas en Lucha pertenece a una serie de educación en Derechos Humanos (Cuadernos del Aguará). Narra la vida de Elena Moncada: una mujer santafesina que, tras sufrir años de explotación y violencia, cuenta una vez más su vida y se dedica a ayudar a las mujeres a salir de la prostitución.

Las pinceladas de la ilustradora entrerriana Lorena Méndez (autora, escritora y editora de los libros La loba y Mi casa) expresan con admirable síntesis la fortaleza y la ternura de la protagonista, una mujer luchadora de melena rubia y vestido rojo. Elena Moncada es fundadora y directora de Mujeres en actividad  y referenta en Santa Fe de AMADH, Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos. Tiene una Diplomatura en Trata de Personas y es Promotora en Salud. "Mi fiolo me decía que yo solamente servía para estar parada en una esquina. Y bueno, armé una ONG", dijo en una de las presentaciones de su primer libro, Yo elijo... contar mi historia, al que le siguió Después, la libertad. "Siempre le aconsejo a la gente que si lo va a comprar por el morbo, que no gaste plata porque no lo tiene. Es una herramienta para que las mujeres nos pensemos como sujetas de derecho". Así definió a su primer libro. Y lo mismo puede decirse de Soy Elena, cuyo proceso de escritura fue técnicamente parecido y éticamente distinto. 

Página 23 de la publicación Soy Elena.

Revictimización, dice Elena y es el nombre de lo que sintió en aquella otra experiencia editorial, al verse escrita pero no cuidada de la vergüenza inenarrable que había logrado sobrevivir durante 18 años y contar. Pero esta vez, Elena fue respetada. Soy Elena se basa también en entrevistas, pero la entrevistadora es nada menos que Ana Oberlin. Hija de un militante asesinado y de una militante que estuvo dos años detenida, sobrina de desaparecidos, militante de la agrupación H.I.J.O.S., abogada, maestranda en Derechos Humanos por la UNLP, auxiliar de la Unidad Fiscal Federal en crímenes de Lesa Humanidad de La Plata, Directora de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y fiscal ad-hoc de la megacausa Feced III y IV, Oberlin es coautora con Lorena Balardini y Laura Sobredo de un trabajo publicado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS): "Violencia de género y abusos sexuales en centros clandestinos de detención. Un aporte a la comprensión de la experiencia argentina". Ana Oberlin escuchó a las sobrevivientes de violencias contra la integridad sexual perpetradas por militares en los centros clandestinos de detención durante la última dictadura en Argentina, hechos impunes que a partir de esa escucha pudieron ser resignificados como crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco de un plan sistemático de terrorismo de Estado y castigados por primera vez como tales por la ley.

En un video, Elena se toca un pecho para alejar la mala suerte cuando nombra su primer espacio de militancia, AMMAR Capital, la sede en CABA de la Asociación de Meretrices Argentinas. No se pensaba como abolicionista y decidió serlo, visceralmente. Se fue enojada contra el "trabajo sexual" y otras trampas psicológicas que impiden a sus compañeras la salida, encierro cuyo factor clave (insiste Elena) es la ausencia de políticas de Estado eficaces que las capaciten para elegir de verdad un trabajo digno: aquí (y en la concientización de los varones) está el nervio de su lucha, el impulso de las recorridas nocturnas de ayuda y de la ONG que guió a muchas mujeres a salir de la prostitución.

La historieta Soy Elena la muestra de niña en Santa Fe, comiendo mandarinas dulces, riendo y jugando con sus hermanos, yendo a la escuela que le encantaba, y que debió abandonar para trabajar cuando murió su madre en trágicas circunstancias. Una niñez truncada, una familia dispersa por la pobreza, un marido violento y el engaño que la sume en la trata de personas: esa es la vida de muchas mujeres, adolescentes y niñas argentinas. Uno de los muchos logros de Soy Elena es centrarse en la singularidad de la protagonista, no hacer de ella un estereotipo sino un ser irrepetible y único, una mujer para quien los afectos familiares son decisivos. El amor a sus hermanos, a sus hijos y a su nieto van dibujando su derrotero de supervivencia y lucha; un amor que se expande hacia las compañeras a quienes ha decidido no abandonar ni dejar que las abandonen. Soy Elena elude sin embargo el tono épico y prefiere la intimidad, los pequeños gestos. El libro contiene al final números útiles, conceptos en Derechos Humanos y preguntas.