Pasado el momento inicial de la cuarentena, y la ilusa esperanza de que durara poco, había que encarar este 2020 pandémico con protocolos de cuidado, reuniones suspendidas y lugares de concurrencia masiva cerrados. "En julio, más o menos, ya estaba cansada de no hacer nada", le confiesa a El NO Inés Urdinez, autora, directora y coprotagonista de la miniserie web Un mundo de sensaciones, que con humor recorre las emociones de dos amigas que hacen coreografías de animé japonés en eventos, pero se quedaron sin laburo por el ASPO y tienen que remarla con lo que hay.
"Si bien estábamos empezando a hacer escenas para microteatro, nos dábamos cuenta de que no íbamos a poder trabajar por mucho tiempo", recuerda Urdinez. Y se puso a armar esta idea con amigxs de CABA, de Fiske (el nombre mapuche de la ciudad rionegrina más conocida como General Roca) y de Ciudad de México. Una coproducción internacional a pulmón: cinco capítulos que desde sus títulos transitan los distintos estados emocionales de la dupla de amigas, que encuentran la paz entre tortas golpeadas, meditación y ositos de goma.
Algo de "realismo mágico" se cuela en las imágenes: situaciones casi irreales (como la pandemia…) que sin embargo logran conectar con lo que cada cual experimenta en el día a día de un año de excepción. No es casualidad: lxs artistas también tienen que rebuscárselas. "Estás trabajando, en una re piola, y de repente viene una pandemia y chau: todo el tiempo esa incertidumbre, no hay nada de dónde sostenerse", explica la autora. "Y no tener ni siquiera el teatro, porque el teatro under te re salva. Y ni siquiera eso. Estábamos bastante jugados", plantea.
Desde el vacío que generaba la incertidumbre hasta la calma de saber por dónde rumbear, la propia Urdinez y Ananda Li Bredice encarnan a Betty y Camila. Con actuaciones minimalistas, de detalle, construyen un clima de una intimidad relajada, donde el horizonte es un porvenir que ya vendrá, sin apuros ni excesivos dramas. Mientras tanto hay que resolver el hoy, y la cocina fue una salida para varixs de lxs que se quedaron sin laburo por la pandemia.
Diario de la guerra del encierro
En la nueva cotidianeidad pandémica que propone la serie se mezclan las sesiones de terapia por Zoom en las que el terapeuta reta a su paciente, la invasión de vivos de Instagram ("¡De repente tenía 20 vivos random por día entre mis contactos!", reclama Urdinez), entrevistas desde el baño, entusiastas de las nuevas oportunidades y el terror al contagio de quienes rocían absolutamente todo con alcohol, con una búsqueda interior de los personajes para no implosionar.
"Trabajamos con cosas reales, algo genuino, con actuaciones tranqui", cuenta la directora. "Pero de repente poniéndole lupa a alguna situación más ridícula, donde todo es ficción." Por si hiciera falta, aclara que están "jugando, personajeando, ridiculizando las situaciones".
Con música original creada para la serie (el clásico Tengo de Sandro, interpretado por Dani Umpi y Julián Desbats, y la versión japonesa de Delta Ouji) y una estética kitsch, la serie se grabó en tres días de rodaje y se editó y armó entre Fiske y tierras aztecas. "La frase Un mundo de sensaciones me gustaba mucho por Sandro, y me encanta mezclar a Sandro con lo kitsch", dice Urdinez. Y señala que era "inevitable" que la canción lxs llevara a estructurar la serie como finalmente lo hicieron: "ahí, como un juego, definimos cada capítulo como una sensación".
Urdinez es autora, directora y coprotagonista, y si bien ya tenía experiencia en esos rubros, es la primera vez que dirige un audiovisual. ¿Cómo es estar en los tres lugares a la vez? "Me permití actuarlo por la pandemia", dice. "En ese momento rancheaba mucho con Ananda y no veíamos a nadie más. Cuando la empecé a escribir no podía decirle a nadie que viniera a ensayar y toda la movida. Lo otro iba a ser videollamada. Después se empezó a aflojar pero ya estábamos en ésa y, la verdad, quería actuar", termina reconociendo con una sonrisa.
Esas ganas son las que la llevaron a incursionar también en la dirección audiovisual. "Lo que te da este formato en este momento es la posibilidad de hacer algo, porque la realidad es que no podés tener espectadores", analiza la directora. Y sostiene que los protocolos recientemente implementados para los teatros dejan fuera al circuito under, porque cree que "es imposible abrir una sala de cuarenta butacas para vender diez entradas", detalla.
"En el momento de grabar fuimos muy respetuosos, siempre tuvimos las precauciones necesarias para cuidarnos, pero había algo de 'no me puedo quedar en ésta porque me comen'. Si no es la pandemia, en este rubro es otra cosa. Siempre hay algo que se saca. Es todo el tiempo una lucha constante", se planta. Y arremete: "Es entendible que no se sepa bien cómo apoyar nuestro sector, pero en algún punto no me puedo quedar con los brazos cruzados. No es anticuarentena nuestra postura, ni en pedo, es productiva. Queremos hacer, y seguir contando porque tenemos esa necesidad", concluye Urdinez.