El exjefe de inteligencia del Servicio Penitenciario Federal (SPF) Cristian Suriano admitió haber participado en dos reuniones con las máximas autoridades de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) macrista, pero dijo que mantenían esos encuentros porque tenían un proyecto de crear “cárceles inteligentes”. Para los fiscales, esas reuniones -- mantenidas al más alto nivel-- fueron clave para avanzar con el espionaje sobre presos kirchneristas, sus familiares, abogados y organizaciones que visitaban los penales.

La declaración indagatoria de Suriano se extendió por alrededor de tres horas. Él habló a borbotones. Tanto que, al final, terminó pidiendo disculpas por la vehemencia. Suriano es un personaje central para los fiscales porque, según ellos, era quien recolectaba la información de lo que sucedía en el penal de Ezeiza, donde estaban alojados los presos kirchneristas, y la transmitía al entonces director nacional del SPF Emiliano Blanco. “Lo nuestro era todo por seguridad”, se atajó Suriano ante las preguntas de los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide sobre la información que encontraron almacenada en teléfonos o en computadoras del área que estaba en su cargo, la Dirección Principal de Análisis de la Información (DPAI).

Suriano reconoció haber ido en junio de 2018 con Blanco a una reunión que tuvo lugar en la sede central de la AFI para firmar un convenio de cooperación entre el SPF y la Agencia que comandaba Gustavo Arribas. En ese encuentro también estaba la número dos de la AFI, Silvia Majdalani, a quien Suriano dijo que volvió a visitar tiempo más tarde para conversar sobre crimen organizado. Una de las obsesiones del exjefe de inteligencia del SPF era el Primer Comando de la Capital (PCC), una organización criminal que nació en las cárceles brasileñas y tiene réplicas en otros países de la región. La segunda reunión con Majdalani no duró más de media hora, comentó Suriano.

Según Suriano, el convenio se firmó porque el SPF necesitaba recursos en materia de seguridad --lo que no sería necesariamente el área de la AFI--. Por ejemplo, necesitaban un helicóptero para trasladar presos desde las provincias. Sin embargo, dijo que, pese al acuerdo, la AFI no proveyó ninguno de esos insumos. Lo que sí sucedió es que la AFI mandó a un grupo de sus agentes --del selecto grupo de los Súper Mario Bros-- de visita a la cárcel de Ezeiza y terminaron, como dos de los agentes relataron, visitando los pabellones del sistema llamado de Intervención para la Reducción de los Índices (IRIC) de Corruptibilidad (IRIC) para ver a los presos kirchneristas. ¿Por qué fueron? Porque generaba una atracción similar a un “zoológico”, soltó con brutalidad Suriano.

En esa visita estuvieron, al menos, Alan Ruiz --que oficiaba de director de Operaciones Especiales-- junto con Martín Terra y Dominique Lasaigues. Otro exagente de la AFI, Emiliano Matta, relató ante la justicia que Ruiz tenía un bibliorato con fichas de los presos y, en el curso de la investigación, aparecieron fichas similares en el teléfono de la exagente Mercedes Funes Silva. Sin embargo, Suriano no explicó cómo esas fichas llegaron a un teléfono de una agente de la AFI. A todas luces esas fichas no estaban contempladas dentro de la materia del convenio de cooperación que él sí mencionó.

Suriano también reconoció que Jorge “Turco” Sáez lo visitaba en la sede de la DPAI en la calle Varela 266, pero lo justificó diciendo que se trataba de un amigo al que conocía desde tiempo atrás y que, por eso, pasaba -- de vez en cuando -- a tomar mate con facturas. Sáez es un exagente de inteligencia del SPF, que después pasó a la Policía de la Ciudad y, de allí, fue en comisión a la AFI. El “Turco” fue también quien reclutó a la mayor parte de los integrantes del Súper Mario Bros.

El exjefe de inteligencia del SPF intentó despegarse de lo que se considera fue el origen del espionaje en las cárceles a través de la vigilancia de Mario Segovia, el llamado Rey de la Efedrina. Dijo que su traslado al IRIC, junto con los presos kirchneristas, obedeció a una decisión de la directora del penal de Ezeiza y que las medidas de vigilancia que se desplegaron sobre Segovia fueron ordenadas judicialmente.

Uno de los pasajes más memorables de la indagatoria fue cuando Incardona le preguntó por qué había mandado a “perfilar” a los jueces que absolvieron al exjefe del ejército César Milani en una de las causas de lesa humanidad en las que estaba imputado.

--Yo quería saber cuál es el pensamiento de los jueces porque necesitaba elaborar una respuesta rápida para el colectivo de lesa humanidad, que no se llevaba bien con Milani y tenía que comunicarle que iba a dejar el penal-- dijo Suriano.

--¿Usted me dice que solicitó información de los jueces para darle una respuesta a los presos?-- replicó con incredulidad la fiscal.