Apenas confirmó la noticia que se resistía a creer, el presidente Alberto Fernández levantó toda su agenda y decretó un duelo nacional de tres días por el fallecimiento de Diego Armando Maradona. Luego, cuando llamó a Claudia Villafañe para expresarle sus condolencias, puso a disposición la Casa Rosada para el último adiós. También se barajaban las posibilidades de hacerlo en el Congreso o en los estadios de Boca y de Argentinos. Finalmente, la familia aceptó el ofrecimiento presidencial y el velatorio se realizará desde hoy a las 6 de la mañana en el hall de ingreso de Balcarce 50. Por indicación de la familia, el horario se extenderá hasta las 16. El Gobierno imagina el desfile de una multitud de un millón de personas, por lo que anoche trabajaban en un operativo de puestos sanitarios y controles para que la despedida fuera ordenada y que el paso por un lugar cerrado sea lo más breve posible, para disminuir las posibilidades de contagios. Ya por la tarde, la Plaza de Mayo comenzó a poblarse de gente y las rejas de la Rosada se llenaron de banderas conmemorativas. Anoche, a las 10, su número, un aplauso que cruzó todo el país se convirtió en el primer homenaje del pueblo a su ídolo.
"No puede ser, confirmalo", le pidió Fernández a un colaborador cuando le acercó la noticia de la muerte del Diez, a quien, como hincha de Argentinos Juniors, conocía desde chico. "Diego Armando Maradona consagró su vida al fútbol, deporte que abrazó con pasión y entrega total y en el que su inmensa habilidad con la pelota lo consagró como el mejor futbolista del mundo y una persona que nos hizo inmensamente felices a los argentinos y a las argentinas", sostuvo el decreto del duelo que firmaron Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens. El Presidente ofreció algunas entrevistas para hablar del astro. "Era Argentina en el mundo, nos llenó de alegría y nunca le vamos a poder pagar tanta alegría", expresó al canal deportivo TyC. También comentó su "eterna gratitud" porque siempre lo había acompañado y apoyado.
Recordó la última visita que le hizo en la Casa Rosada, un par de semanas después de asumir, en diciembre pasado. En el mensaje que subió a las redes, Fernández puso una foto del abrazo que se dieron en ese último encuentro, cuando todavía no había pandemia. "Gracias por haber existido, Diego. Te vamos a extrañar toda la vida", lo despidió en ese tuit. Su colaborador Miguel Cuberos fue quien primero contactó a la familia para ofrecer la Casa Rosada para la ceremonia. Otro ídolo nacional del deporte, el automovilista Juan Manuel Fangio, fue velado en la Casa de Gobierno en 1995. Pero la última ceremonia fúnebre fue la despedida de Néstor Kirchner, diez años atrás, a la que concurrió una impresionante multitud. Para esta ocasión imaginaban una asistencia incluso superior.
"Estoy organizando todo para que no haya aglomeración de gente y que se permanezca el menor tiempo posible en el lugar cerrado", explicó luego Fernández. Con ese objetivo, quitaron los andamios que ocupaban desde hacía más un año el ingreso por Balcarce 50 para así dejar habilitado la puerta central. Coincidieron que era el lugar más apropiado para que la gente pudiera entrar, despedirse y salir de manera rápida a través de la puerta de Balcarce 25. El hall principal, entonces, será el lugar donde se instalará la capilla ardiente. Lo más probable era que por la mañana el lugar esté cerrado para que la familia y los más allegados realicen su ceremonia íntima y que luego quede habilitado el ingreso al público en general.
Pero era detalles que se terminaban de definir anoche en una Casa Rosada que -de urgencia en urgencia- pasó a tener como tema central la organización de un operativo que se presentaba muy complicado para tiempos de pandemia. En Gobierno no descartaban que la despedida durara más de una jornada, dependerá de la asistencia y de lo rápido que pueda canalizarse. La familia, en verdad, quería acotarlo todo lo posible. La última información que circulaba anoche era que la despedida se extendería desde las 10 del jueves a las 10 del viernes y que luego lo llevarán al cementerio privado de Bella Vista donde están los padres de Maradona.
Fernández contó de algunos mensajes que había recibido durante el día, como el del presidente español o el del vicecanciller de México, una muestra del carácter único que revestía la personalidad de Maradona. “Dudo que volvamos a ver a otro jugador como Maradona en todo sentido, no solo por sus cualidades técnicas, sino también por ese coraje, esa fuerza, esa garra, que siempre puso cada vez que se puso la camiseta que tenía que defender", remarcó el Presidente.
A su entender, lo mejor de Maradona era que se trataba de "un hombre absolutamente genuino". "No era un hombre impostado, era un hombre genuino que expresaba todo con la fuerza con la que jugaba al fútbol, defendía lo que quería, maltrataba lo que odiaba. Eso era Maradona en estado puro”, concluyó. Prácticamente no hubo funcionario que dedicara un recuerdo en las redes a Maradona, en muchos casos con fotos compartidas. Por la noche, el CCK se tiñó de celeste y blanco con la leyenda "¡Gracias Diego!" y la inolvidable imagen del Diez levantando la Copa del Mundo.