El Gobierno envió al Senado el pliego de Alejo Ramos Padilla para ocupar el juzgado federal 1 de La Plata, que no sólo entiende en materia penal sino que abarca la competencia electoral de toda la provincia de Buenos Aires. Ese cargo está vacante desde 2014, cuando murió el juez Manuel Humberto Blanco.
El año pasado, en pleno macrismo, Ramos Padilla quedó ubicado en el primer lugar de la orden de mérito para el juzgado federal 1, que aprobó la comisión de Selección del Consejo de la Magistratura. Ramos Padilla también es uno de los mejor posicionados para una de las vacantes en la Cámara Federal porteña, aunque había trascendido que el juez prefería la nominación para La Plata, que deberá contar ahora con el acuerdo de la Cámara Alta.
Ramos Padilla juró como juez federal de Dolores el 30 de septiembre de 2011. Ese día lo acompañó y le regaló un pañuelo María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo y de la Asociación Anahí. Ramos Padilla fue su abogado en los juicios contra Miguel Osvaldo Etchecolatz y Christian Von Wernich.
Fue juez subrogante también en el juzgado federal de Bahía Blanca, desde donde declaró en rebeldía a Néstor Montezanti, juez de la Cámara Federal de Bahía Blanca, a quien Mauricio Macri le aceptó la renuncia para que esquivara una destitución por su supuesta vinculación con la Triple A. Como juez de Dolores, declaró inconstitucionales las designaciones en comisión de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti para la Corte, lo que rápidamente le garantizó la antipatía del gobierno de Macri.
Desde el año pasado investiga una asociación ilícita paraestatal que lo llevó a procesar, entre otros, al falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio y al fiscal federal Carlos Stornelli. Esa investigación le valió que el macrismo pidiera su juicio político.