La imposibilidad de subir a escena funcionó como un motor de búsqueda para la comunidad artística. Y el ciclo Modos Híbridos, con el que el Complejo Teatral de Buenos Aires propone un abordaje audiovisual de sus obras programadas para 2020, da cuenta de esa nueva normalidad aplicada al campo escénico.
En ese marco, surgió Muy Bodas de sangre, un biodrama trágico, una producción audiovisual dirigida por Vivi Tellas y Agustina Comedi e inspirada en la célebre tragedia escrita por Federico García Lorca en 1931, que podrá verse desde hoy a las 20 a través de la nueva plataforma vivamoscultura.buenosaires.gob.ar y de la web complejoteatral.gob.ar.
El elenco es numeroso: Cecilia Roth, Maite Lanata, Mauricio Paniagua, Esteban Meloni, Luciano Suardi, Mara Bestelli, Flor Dyszel, Laura Nevole, Maruja Bustamante, Juliana Muras, Florencia Bergallo, Belén Gatti, Rita Pauls, María Soldi, Nadia Sandrone, Max Suen, Eugenia Roces y Pablo Lugones son quienes se ponen al frente de este proyecto que se divide en tres piezas documentales, y que busca el cruce entre la biografía de cada intérprete con las temáticas que aborda la obra del poeta español. “En la dramaturgia de estos retratos individuales surge una poética que desestabiliza el sentido de la experiencia individual para volverla colectiva”, se anticipa en la propuesta.
Como directora, Vivi Tellas tuvo su primer acercamiento a Lorca en 2002, con una exitosa versión de La casa de Bernarda Alba, protagonizada por Elena Tasisto, y estrenada en la emblemática Sala Martín Coronado del Teatro San Martín, donde también montó su nueva indagación del universo lorquiano.
“Ibamos a estrenar una versión de Bodas de sangre, pero como no pudimos nos organizamos para estar presentes de otra manera. Y como mi trabajo de estos años viene siendo sobre biografías pensé que podía trabajar con aspectos de la vida personal y familiar de los actores y actrices donde aparecieran algunos temas que están planteados en esa obra”, cuenta la directora que desde hace dos décadas trabaja con estas experiencias a las que bautizó con el nombre de biodrama.
Y a esa mirada se sumó la joven cineasta Agustina Comedi, quien trabajó en la misma línea autobiográfica y biográfica en sus películas El silencio es un cuerpo que cae (2017) y Playback. Ensayo de una despedida (2019). “Cuando se trata de historias personales, y quienes las cuentan son actores y actrices, se abren las preguntas de qué es actuación y qué no. Por eso, creo que esta obra es un ejercicio de experimentación y una gran reflexión en torno a eso”, sostiene.
Maite Lanata es una de las que integra el coro de voces que componen el tríptico audiovisual. Allí reconstruye, en primeros planos en blanco y negro, la historia de su abuela materna Silvia Lila, que un día sin dar explicaciones se separó de su primer marido y quemó todos sus objetos personales, lo que disparó variadas hipótesis dignas de un policial. “Fue muy interesante ahondar en nuestro pasado en el medio de la pandemia”, asegura la actriz. “En mis antepasados familiares, pude ver que el patriarcado y la figura del hombre eran muchísimo más fuertes, y me encontré con situaciones que sé que hoy puedo deconstruir y que a la vez se relacionan con la obra de Lorca porque en sus textos ya se observa un empoderamiento de la mujer muy anticipado. Por eso, analicé qué conductas feministas había tenido mi abuela o cuáles fueron sus formas de ocultar algunas situaciones en su época, porque Lorca también aborda el tema de la apariencia y eso del `pueblo chico, infierno grande´”.
La investigación también llevó a Cecilia Roth a un destino similar, y ahí se reencontró con el pasado de Dunia, su abuela paterna, que llegó en los años treinta a la Argentina desde Ucrania, junto con su hijo Abrasha. En el relato, Roth recuerda un desamor que la marcó al momento de su exilio a España en 1976, y siempre tuvo la fantasía de que su abuela también había vivido un amor no correspondido cuando dejó su país de origen. “En las obras de Lorca hay cosas que no se dicen, y mi abuela nunca me contó nada. Lo que cuento es sólo una intuición y una necesidad de vincular su historia con la mía”, comparte la actriz que sostiene un vínculo estrecho con la vida del autor granadino. “Una de mis mejores amigas es Laura García Lorca, sobrina de Federico. Y he leído todo lo que pude de él, porque amo su poesía y su teatro. Me parece único. Sus obras producen una identificación universal. Y por eso, nos fue muy fácil a cada uno de nosotros encontrar una conexión con una historia lorquiana”.
-¿Por qué eligieron recordar a sus abuelas?
Maite Lanata:-En un principio, pensé en hablar sobre vivencias mías, pero me pareció más lorquiano aproximarme a mis abuelos. Y elegí a mi abuela materna porque ella era mi abuela preferida y fue una figura muy presente. La viví mucho y siempre me pareció que ella tenía algo mágico y lúdico. Era como una niña, y creo que ese mundo de fantasía en algún punto ocultaba algo, y por eso me pregunté qué había detrás de todo eso. Entonces empecé a indagar en su vida. Yo sabía que ella se había separado de su primer marido, pero no sabía que la separación había sido tan abrupta y que había quemado sus fotos y su ropa. Y cuando investigué me di cuenta de que mi mamá casi ni se acordaba del nombre de ese hombre, que había sido el papá de sus hermanos. Y mis tíos ni siquiera sabían por qué su propia mamá había hecho lo que hizo. Y que las cosas no estuvieran muy claras me sorprendió. Hacer todo ese laburo fue increíble y muy movilizador.
Cecilia Roth:-Dentro de mi familia, la de mi abuela es una historia muy íntima y personal. Ella se fue de Ucrania hacia la Argentina, y creo que eso se podía vincular muy claramente a la obra de Lorca. En ese tiempo, en Ucrania había muchísima pobreza, y la posibilidad de irse a un país que estaba en crecimiento y que estaba recibiendo inmigrantes le interesó a mi abuelo, que era muy aventurero, y que viajó antes de que llegara mi abuela. La historia de Dunia es la de tantos inmigrantes que dejaron atrás amores, familia, amigos, aromas y comidas.
-¿Cómo fue el proceso de construcción de este proyecto a la distancia?
Vivi Tellas:-Yo soy muy tenaz, así que nos juntábamos todos los jueves por Zoom durante tres horas, con el elenco y el equipo creativo. En cada encuentro, cada uno empezó a traer textos propios con sus historias y haciendo foco en los temas de la obra de Lorca como son la presencia del destino, el amor imposible, el qué dirán, la presión social. Luego, fuimos eligiendo qué era lo más teatral de esos relatos, y trabajé en colaboración con Alejandro Quesada para reescribir ese material y buscar un foco más claro. Y Agustina se sumó más adelante.
-¿Y de qué modo trabajaron la fusión del género teatral con el audiovisual?
Agustina Comedi:-Como yo participé de los ensayos, ahí ya empecé a pensar cómo trabajar con el montaje. Queríamos lograr un registro parecido al del documental, y no nos costó mucho llenar el espacio y poner la cámara. Llegamos muy afiladas al rodaje. Queríamos que el contenido no abandonara el espacio y el código del teatro, pero que tampoco desestimara todos los aportes que lo audiovisual podía hacer a eso. Decidimos no apelar a una escenografía que hiciera desaparecer el espacio de la sala, y elegimos que las imágenes fueran en blanco y negro porque eso le aporta una condición de distancia y extrañamiento temporal y espacial al material. Y también incorporamos el uso de objetos en los relatos, para convocar y materializar aquello de lo que se está hablando.
-¿Cuándo aparece el concepto de biodrama, y por qué le interesó explorar la vida de las personas desde el teatro?
V.T.:-El Proyecto Biodrama surgió para el Teatro Sarmiento en 2001, cuando yo era curadora y directora artística de ese espacio. Después, en mi propio trabajo de dirección empecé a trabajar con intérpretes no entrenados en la actuación, y ahí surgió mi primera obra bajo este concepto: Mi mamá y mi tía, donde exploré mi historia familiar. Esto surgió después de haber hecho La casa de Bernarda Alba, que fue muy exitosa, porque sentí que con esa pieza había tocado un límite teatral, y quería empezar a investigar por otro lado. Esencialmente me interesa mucho la vida de las personas. Y como soy muy observadora, pensé cómo mirar la realidad con ojos teatrales. Eso me parecía un desafío y una provocación.
-¿Por qué le interesó trabajar en esta ocasión con Bodas de sangre?
V.T.:-Siempre me gustó esa obra, porque trata sobre el amor a destiempo y me da mucha curiosidad cuando el amor trae dolor y no felicidad. En todas las tragedias de Lorca hay un deseo no realizado. De hecho, él mismo tuvo una elección de vida que fue muy castigada socialmente en ese momento en España, y fue asesinado por eso. Creo que en todas las vidas existen tragedias, amores equivocados o sorpresas del destino. Y los clásicos como él tienen siempre un mensaje secreto que se va develando en cada puesta, en cada director y artista que lo toma.
- ¿Cómo evalúan esta experiencia?
C.R.:-Es algo maravilloso. Porque un artista cuenta su época, y acá estamos haciendo eso y acercando nuestras propias historias al tiempo que estamos viviendo. Y aunque son relatos de profunda intimidad, también se convierten en algo ficcional. Nunca trabajé en el Teatro San Martín, y era una ilusión muy grande, y con este proyecto más aún, porque hacer Lorca es una oportunidad para meterse en un mundo bello y complejo de vida y muerte.
M.L.:-Acercarnos de esta forma a la obra, que esperamos poder hacer en algún momento, siempre genera información para posicionarse en el texto desde otro lugar, y también sirvió para conocernos con el elenco. Yo a muchos no los conocía, y hacer una reunión virtual todas las semanas me sirvió para ir conociéndolos. Todos profundizamos en nuestro pasado, nos movilizamos, nos angustiamos y nos reímos. Las historias que contamos son muy íntimas, y lo que conté sobre mi abuela, no se lo conté ni siquiera a mis amigos.
A.C.:-Fue increíble poder acompañar a Vivi en el proceso creativo desde un lugar privilegiado y poder entender qué cosas mira. Hubo algo que se fue sintonizando en este trabajo colectivo. Fui leyendo mejor a Vivi con el paso de las distintas instancias y fue muchísimo el aprendizaje. Trabajamos un montón. Y estoy muy contenta con el resultado.
V.T.: - Muy Bodas de sangre es un homenaje a los actores y actrices, porque muestra la parte oculta del trabajo artesanal de los intérpretes. Esta época de pandemia es más introspectiva, y todos estamos más adentro revisando distintas cuestiones, entonces me parecía un buen momento para profundizar en este proyecto que se convirtió en un refugio enorme en estos tiempos. Es un material muy difícil, y cada uno compartió su vida y me siento responsable de hacer algo hermoso con eso.
La ficha
Muy Bodas de sangre, un biodrama trágico. Dramaturgia: Alejandro Quesada y Vivi Tellas (sobre textos del elenco y fragmentos de Bodas de sangre, de Federico García Lorca). Elenco: Cecilia Roth, Maite Lanata, Mauricio Paniagua, Esteban Meloni, Luciano Suardi, Mara Bestelli, Flor Dyszel, Laura Nevole, Maruja Bustamante, Juliana Muras, Florencia Bergallo, Belén Gatti, Rita Pauls, María Soldi, Nadia Sandrone, Max Suen, Eugenia Roces y Pablo Lugones. Cantaora: Nina Loureiro. Guitarrista: Luciano de Paula. Pianista: Diego Vainer. Edición de video: Andrés Medina. Diseño de sonido y mezcla: Guido Deniro. Música y diseño sonoro: Diego Vainer. Coreografía: Eugenia Roces y Pablo Lugones. Diseño de iluminación: Matías Sendón. Diseño de vestuario: Julio Suárez. Desarrollo de escenografía: Rodrigo González Garillo. Diseño de escenografía: Guillermo Kuitca. Asistencia artística: Poppy Murray. Dirección audiovisual de Agustina Comedi. Idea y dirección de Vivi Tellas. Funciones: la primera parte podrá verse hoy, la segunda se estrenará el sábado 5 de diciembre y la última entrega será el sábado 12.