En Francia se acercan las elecciones presidenciales con un Partido Socialista debilitado por la falta de credibilidad que generaron las políticas del actual presidente, François Hollande. Sin embargo, para sostener una tendencia paradójica y a pesar del hartazgo que produjo el socialismo, los candidatos que llevan la delantera son Marine Le Pen, líder del Frente Nacional (extrema derecha) y Emmanuel Macron, ex ministro de Economía de Hollande, ex socialista y líder el movimiento ¡En Marcha! Ambos seguidos por François Fillon, hombre del riñón de Sarkozy, primer ministro durante su gestión e imputado por malversación de fondos. En este escenario Jean-Luc Mélenchon, por el movimiento La France insoumise (LFI), es el candidato de una izquierda renovada que ha logrado relegar al socialismo francés.
Mélenchon nació en Tánger (Marruecos) y se formó en Filosofía y Letras Modernas. Años más tarde, como militante socialista se convirtió en el senador más joven de Francia. Luego fue ministro de Enseñanza Profesional durante el gobierno de Lionel Jospin de 2000 a 2002. Dirigente de las corrientes de izquierda del Partido Socialista, luchó contra la alineación a la socialdemocracia europea. Frente a la victoria de la línea social-liberal en el seno del partido, Mélenchon deja en noviembre de 2008 el PS para crear el Partido de Izquierda y luego fundar el Frente de izquierda. Es electo diputado europeo y reelecto en 2014. Luego de las elecciones presidenciales de 2012, donde se presenta como candidato del Frente de Izquierda, propone su candidatura para una elección presidencial en 2017, llamando a los ciudadanos a construir el movimiento La France Insoumise, un movimiento ciudadano nacido de la ruptura con la izquierda tradicional.
Inspirado en la fuerza de base de Podemos y en el populismo latinoamericano, LFI se convirtió en el movimiento ciudadano francés, cuyo objetivo más ambicioso es una reforma política profunda para instaurar la 6ª República. Su directora de comunicación, Sophia Chikirou, estudió de cerca la campaña del demócrata Bernie Sanders y trabajó junto al equipo de Rafael Correa. Así, logró llamar la atención de los ciudadanos a través de estrategias que van desde una aparición simultánea del candidato francés en dos actos realizados en París y Lyon, por medio de un holograma, hasta un encuentro en Minecraft, un videojuego que arrastra a más de 40 millones de usuarios cada mes. Guiado por esta propuesta original, Mélenchon logró posicionarse entre los cuatro candidatos más populares de Francia convirtiéndose en la alternativa de una nueva izquierda para las próximas elecciones. Sólo queda esperar y ver si el pueblo francés está a la altura de las circunstancias.