Al menos 110 civiles fueron asesinados en un ataque en los arrozales ubicados en la aldea de Koshobe, al nordeste de Nigeria, un país que sufre la violencia de la insurgencia yihadista desde hace más de una década. "Hombres armados llegaron en motocicletas y llevaron a cabo un brutal ataque contra hombres y mujeres que trabajaban en los campos de Koshobe", dijo el coordinador humanitario de Naciones Unidas en Nigeria, Edward Kallon, a través de un comunicado.
El documento difundido por la ONU no menciona al grupo yihadista Boko Haram, que coordina feroces ataques en esta región desde hace más de diez años y controla una parte del territorio. Sin embargo, oficiales de una milicia progubernamental aseguraron que fue "sin duda la obra de este grupo que opera en la región y ataca con frecuencia a los agricultores". Los insurgentes "amordazaron" y "degollaron" a los trabajadores agrícolas que faenaban en los arrozales no lejos de Maiduguri, capital del estado de Borno, agregaron.
Desde Naciones Unidas Edward Kallon agregó que un número indeterminado de personas resultaron heridas y que recibió informaciones de que varias mujeres del poblado podrían haber sido secuestradas. Según Kallon, se trata del "ataque directo más violento contra civiles inocentes" en lo que va de año, aunque "desafortunadamente es uno de los muchos ataques de este tipo contra agricultores, pescadores y familias que intentan recuperar alguna oportunidad de ganarse la vida después de más de una década de conflicto".
Algunos de los cuerpos de los fallecidos fueron enterrados el domingo por cientos de residentes de la zona, en un funeral al que asistió el gobernador de Borno, Babagana Umara Zulum. "Excelencia, como ha visto aquí, fueron enterrados 43 cadáveres, pero otros no han sido recuperados del lugar del incidente. Nadie puede decirle el número exacto de personas muertas. Algunas de las víctimas siguen desaparecidas", le dijo un residente al gobernador, según recogió el diario local Daily Post.
Por su parte el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, "condenó" a través de un comunicado "el asesinato por terroristas de estos agricultores dedicados a su trabajo". "El país entero está herido por estos asesinatos sin sentido", agregó Buhari.
El ataque tuvo lugar el día de las elecciones locales en el estado de Borno, las primeras organizadas desde el inicio de la insurrección de Boko Haram en 2009. Más de 36 mil personas murieron en actos de violencia desde el comienzo del conflicto en el nordeste de Nigeria, donde más de dos millones de personas todavía no pueden retornar a sus hogares.