Con Newell’s respirándole en la nuca, con Estudiantes y San Lorenzo a tiro, con River creciendo en su juego y con ganas de aguar la fiesta con la que sueñan los hinchas xeneizes en un año marcado por la ausencia en las copas internacionales, Boca volvió a demostrar ayer que se toma muy seriamente su papel de líder del torneo. Derrotó 3-1 a Vélez en el Fortín, con goles de Benedetto, Peruzzi y Pavón, y continúa firme arriba conservando los cinco puntos de ventaja sobre su primera escolta.
Boca tuvo un arranque eléctrico en el Fortín y ya en el primer cuarto de hora había dejado en claro sus intenciones para el trámite: presión arriba y búsqueda frenética del arco rival. Estuvieron muy cerca Pablo Pérez, con un remate apenas desviado y luego un tremendo zapatazo de Cristian Pavón que se estrelló contra el travesaño del arco de Assmann.
Vélez no se quedaba atrás. Respondió con paciencia, tratando de controlar la pelota y jugarla corta y segura para sus atacantes, que de a ratos conseguían preocupar a los defensores visitantes que, como ocurrió tanto con Vergini como con el colombiano Fabra, comenzaban a fallar frente a la presión que ejercía Vélez en la ofensiva.
Boca había cedido su dominio del juego pero daba muestras de peligrosidad en los contragolpes. Justamente de una salida rápida de Barrios nació la jugada que le permitió a los xeneizes ponerse en ventaja. El colombiano puso un pase vertical para Centurión, éste avanzó y abrió la pelota para Pavón, que sacó también rápido un centro perfecto para que Benedetto definiera con el arco de frente, a su disposición. Vélez sintió el golpe, y apenas un minuto más tarde, Pérez estuvo cerca de estirar la ventaja con un tremendo derechazo desde afuera del área que Assmann logró sacar por arriba del travesaño con una atajada espectacular.
La producción de Vélez se agotaba en lo que proponían Canteros y Zabala y en la espontaneidad de Pavone y el Burrito Martínez, que por momentos lograban complicar a la defensa xeneize. Pero a medida que se iba acabando la primera parte, los locales no podían disimular su nerviosismo. Quejosos con el árbitro Loustau, fueron sumando ataduras a sus posibilidades. Para colmo, a los 42, tras una plancha innecesaria sobre Insaurralde, Canteros vio la roja directa y dejó al equipo de Omar De Felippe con diez.
En el arranque de la segunda parte, tras una falla defensiva de Vélez, Pavón tomó la pelota sobre la franja derecha y sacó un centro al corazón del área donde Peruzzi, a la carrera, conectó de cabeza para poner el 2-0, que no festejó por respeto a los hinchas de su ex club.
Para entonces, Boca había recobrado la iniciativa y el dominio del juego frente a un Vélez que, diezmado, redujo sus posibilidades al contraataque.
Ya en los minutos finales el partido bajó notoriamente su intensidad. Ambos equipos parecían estar pensando más en lo que viene que en lo que todavía se podía hacer en el Amalfitani. Los locales parecían pensar en su próximo partido frente a Olimpo, uno de los rivales directos que tiene en la lucha de los que buscan mantenerse en la máxima categoría. Los visitantes, en cambio, recibirán a un golpeado Patronato, que ayer fue vapuleado 5-0 por Independiente en Paraná. Sin embargo, hubo dos goles más en el final. El ingresado Moreno consiguió le descuento a los 82; y Pavón, a los 86, en una jugada que arrancó de un saque lateral le dio prácticamente sin ángulo y cayéndose sobre el segundo palo, puso el 3-1 definitivo.