Tras la recuperación del sistema democrático y la asunción como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia de Luis Arce, volvió a la agenda política la posibilidad de avanzar con el proceso de incorporación de Bolivia como socio pleno del Mercosur.
Un proceso que se inició allá por el 2012 y que tuvo avances significativos en los encuentros presidenciales del bloque regional durante 2014, en Paraná y 2015 en Brasilia, lo que permitió lograr la firma del Protocolo de Adhesión ratificado rápidamente por Paraguay, Uruguay y Argentina, pero no así por parte de Brasil.
Pese a que en Brasil gobernaba Dilma Rousseff y Lula da Silva influía directamente en la política del país, el Parlamento brasilero se opuso a tratar el tema obstaculizando la decisión y la voluntad de las mayorías. Cuesta creer que hoy con un gobierno como el de Jair Bolsonaro, con un parlamento aún más volcado a la derecha se pueda destrabar su tratamiento.
Es necesario prepararse para montar otra estrategia que permita avanzar en la incorporación de Bolivia a la gran expresión de unidad económica y política que representa el Mercosur para los argentinos y las argentinas y para sus países miembros y que en marzo de 2021 celebrará 30 años de su nacimiento.
En Bolivia, su actual presidente y su vicepresidente, David Choquehuanca, trabajaron incansablemente durante años para el ingreso al Mercosur, ambos como ministros de Evo Morales, encabezaron las negociaciones con las autoridades brasileras para que Bolivia formará parte del organismo, ellos son hoy la garantía y el compromiso de Bolivia para resolver la adhesión, por eso hoy necesitan del apoyo de los países miembros para avanzar en ese sentido.
Nuestro país puede tener un rol fundamental en ese proceso ya que el próximo 16 de diciembre el presidente Alberto Fernández asumirá la presidencia por seis meses del Mercosur y tendrá la posibilidad de fijar las prioridades y desafíos que hay por delante.
Alguna vez me explicó quien en ese momento era el canciller boliviano, David Choquehuanca, que ellos se sienten parte del Mercosur. Y lo argumentaba sosteniendo que sobre un territorio con 7770 km de fronteras, comparte con países integrantes del bloque, 6600 km. La mayoría de los intercambios comerciales los tiene con Brasil y Argentina y es alta la cantidad de conciudadanos bolivianos viviendo en dichos países. Por todo esto, es injustificado que haya parlamentos como el de Brasil que se nieguen a incorporar a Bolivia como socio pleno.
El Mercosur puede ser recuperado para siempre no tan solo como un bloque comercial de la región sino fundamentalmente como una alianza que promueva la integración cultural, económica, social, laboral de sus pueblos. Serán ellos quienes agradecerán a la diplomacia y a la política por dar este paso histórico.
El autor es ex embajador argentino en el Estado Plurinacional de Bolivia