Un informe de Unesco, producido a propósito del Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, precisa que se cometieron 156 asesinatos de periodistas en todo el mundo. Del total de asesinatos en el periodo analizado 99 muertes corresponden al primero de esos años y 57 al segundo. “En 2019 –se señala en el documento- el mayor número de atentados mortales se produjo en la región de América Latina y el Caribe, que representó el 40% del total de los asesinatos registrados en todo el mundo, seguido de la región de Asia y el Pacífico, con el 26% de los asesinatos”.
México, con 12 casos, es el país en el que se constataron más muertes de periodistas y en la Argentina no se registraron fallecimientos por ese motivo. En el momento de redactar el informe (setiembre 2020), la UNESCO había constatado 39 asesinatos durante el año en curso, 16 de ellos en América Latina y el Caribe.
De acuerdo al informe, entre las razones para la disminución de los asesinatos de trabajadores y trabajadoras de la comunicación en 2019, se deben contar la “atención y movilización mundial sin precedentes tras los casos de asesinato de periodistas de alto perfil” y el “aumento del número de mecanismos nacionales para la seguridad de periodistas centrados en la prevención, protección, enjuiciamiento, y/o vigilancia y la presentación de informes”. Como causa también se señala el hecho de que los periodistas “practican la autocensura como reacción a las amenazas generalizadas”.
Más de la mitad de los muertos en estas circunstancias (51%) fueron asesinados mientras cumplían servicios profesionales y los trabajadores varones representan la mayoría de los ataques (91% en 2019 y 93% en 2018).
En uno de cada diez casos los asesinos salen impunes. Ha habido una ligera disminución de la tasa de impunidad (12% en 2019 y el 11% en 2018). No obstante, en los últimos 14 años (2006-2019) 1200 periodistas han sido asesinados por cumplir con su labor de informar. La impunidad trae consigo más asesinatos y, a menudo, es síntoma de un recrudecimiento del conflicto y del quebrantamiento de la ley y del desmoronamiento del sistema judicial.
El texto no incluye otros crímenes contra los periodistas como la tortura, las desapariciones, las detenciones arbitrarias, la intimidación o el acoso.
“Entre las 12 mujeres periodistas y trabajadoras de los medios de comunicación asesinadas durante el periodo 2018-2019, 5 fueron asesinadas en sus casas o frente a ellas; 2 murieron como resultado de ataques terroristas; 2 murieron durante un tiroteo masivo en su oficina; 1 mientras cubría una propuesta; y 2 fueron encontradas muertas en la calle”, precisa el informe de la agencia internacional. Además, las mujeres periodistas corren más riesgos, entre otros, los de sufrir agresiones sexuales.
De la misma manera se señala que los trabajadores y trabajadoras de la televisión son quienes están más vulnerables a los ataques mortales y que los periodistas locales “que cubrían historias locales siguen siendo los principales objetivos” (56 periodistas locales sobre un total de 57 asesinatos).
En otros datos significativos el informe inidca que “aunque cada vez más organizaciones de medios de comunicación trabajan con periodistas independientes, no suelen gozar del mismo a nivel de asistencia y protección que los periodistas empleados como personal de plantilla” porque “los periodistas independientes suelen trabajar solos y tienen menos acceso a la capacitación en materia de seguridad, seguros y equipos de protección”.
El texto publicado por UNESCO recoge las principales conclusiones del informe de la Directora General, Audrey Azoulay, sobre la seguridad de los periodistas y el riesgo de la impunidad.