Ayer, en entrevistas, el Presidente y el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, cuestionaron fuertemente la decisión del juez de Ejecución Penal Carlos Alfredo Rossi por la cual Sebastián Wagner, el detenido por el femicidio de Micaela García, había accedido al beneficio de la libertad condicional. Garavano dijo que “si el juez no renuncia, que debería hacerlo y se lo pedimos, el Consejo de la Magistratura debería removerlo” de su cargo en la Justicia de Entre Ríos.

“El sistema se equivocó o él (el juez Rossi) no entendió la dimensión de su tarea; este tipo de jueces no los podemos tener, no se puede tener un juez que cree que la vida es opinable”, dijo Macri durante una entrevista con Radio Mitre. Macri también dijo que agradecía la actitud de los padres de Micaela, que el sábado, luego del hallazgo del cuerpo de la joven, dijeron que lo sucedido con su hija debía servir para evitar nuevos casos. Sin embargo, observó el presidente, “otros padres tuvieron ese dolor y las cosas no cambiaron”.

“Todos tenemos que entender que tenemos que asumir nuestra responsabilidad. No hay un presidente o un gobierno que resuelva mágicamente los problemas”, advirtió, para luego añadir que “un juez tiene que entender el poder que tiene y que ese poder es para ayudar a la comunidad, no para sostener caprichos ideológicos. Los vecinos que le pagan el sueldo con sus impuestos esperan de él el criterio suficiente para proteger a la sociedad y que no pasen este tipo de cosas”. Macri consideró, además, que “se pueden mejorar muchas cosas desde la ley, pero las leyes son suficientes para que realmente los jueces hoy nos cuiden”.

Por su parte, en entrevista con la misma radio, el ministro Garavano dijo que “si el juez no renuncia, que debería hacerlo y se lo pedimos, el Consejo de la Magistratura debería removerlo”. El funcionario, quien añadió que habló por teléfono con el padre de Micaela García, dijo que “la situación es de bronca, impotencia y tristeza”. 

Según Garavano, “hay muy montón de jueces que hacen bien su trabajo y se ven afectados por un juez que toma una decisión de locos. Esto afecta a toda la sociedad, la situación es dramática”. El juez Rossi, dijo, “no debería seguir ejerciendo” su cargo porque “en vez de hacer cumplir la pena, hizo oídos sordos”. En línea con lo que había sostenido el presidente en entrevista con el mismo medio, Garavano definió la decisión de Rossi en el caso de Wagner como “una batalla cultural, como muchas que está dando el Gobierno”.