Por Felipe Yapur y Fernando Cibeira
Para evitar nuevos cortocircuitos, el presidente Alberto Fernández le prometió a la CGT que mantendrán una agenda periódica de encuentros cada dos o tres semanas. Como anticipo, aseguró la continuidad de la ayuda social para los sectores más afectados cuando se termine el IFE y el ATP distribuido durante los meses de pandemia y la conformación del demorado Consejo Económico y Social, que adelantó que lo creará por decreto hasta que salga la ley del Congreso. En el asado compartido en Olivos también hablaron de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y, un tema que preocupa mucho a los sindicalistas, el rojo de las obras sociales, para el que ya quedó agendada una reunión específica.
"No hubo reconciliación porque nunca nos peleamos", aseguró a PáginaI12 el titular de la Uocra, Gerardo Martínez, quien reconoció que la queja de semanas atrás -cuando la CGT emitió un duro comunicado- estuvo motivada por la falta de comunicación sobre eel fin del IFE y los cambios en el ATP. "Afecta a nuestros compañeros y compañeras, entonces consideramos que debíamos ser citados para que nos expliquen por qué se tomaban estas decisiones", agregó. Según los dirigentes cegetistas, esa diferencia quedó saldada y se acordó agilizar los canales de comunicación para que a futuro no se repitan esas situaciones.
Por eso, quedaron en darle periodicidad a estos encuentros que, a partir de ahora, se harán cada 15 o 20 días. "Para nosotros es un paso adelante. Nos veníamos reuniendo cada tres meses y ahora vamos a poder charlar más seguido, para que no pase como hoy, que fuimos con todo junto", sostuvo el secretario de la UOM, Antonio Caló. Junto a Fernández alrededor de la mesa se ubicaron el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. En tanto, la delegación sindical estuvo encabezada por el binomio cegetista Héctor Daer y Carlos Acuña, junto a Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (Seguros) y Armando Cavalieri (Comercio), además de Martínez y Caló.
El almuerzo lo acordó Daer el viernes pasado. Hubo asado con ensalada y de postre una torta para festejar el cumpleaños del ministro Moroni. Atentos, los sindicalistas le llevaron de regalo el libro "La Cucaracha", del escritor inglés Ian McEwan, una sátira sobre el Brexit y los populismos europeos.
Pero no fue todo tan dulce, claro. Andrés Rodríguez sacó el tema de las paritarias, en otro año en el que les fue muy mal a los estatales. Se quejó sobre la imposibilidad de mejorar el acuerdo alcanzado y que quedó muy atrás con respecto a la inflación. Según los gremialistas, Alberto admitió las razones de la queja y explicó que las paritarias se vieron afectadas por la cantidad de recursos que el Estado debió destinar a la pandemia. "No se pudo atender adecuadamente el reclamo", reconoció, pero prometió que todo eso mejorará en 2021, dado las previsiones económicas positivas que se manejan una vez que se ponga en marcha la campaña de vacunación y la actividad se normalice. Se habló de que el próximo año las paritarias deberán, por lo menos, empatar con la inflación.
Superadas las diferencias, la CGT reiteró su alineamiento con el Gobierno y prometieron que trabajarán codo a codo para favorecer la reactivación. Eso sí, pidieron institucionalizar el diálogo social. En ese sentido, el Presidente les adelantó que emitirá un decreto para crear el Consejo Económico Social hasta tanto el Congreso sancione una ley en ese sentido, para acelerar los tiempos. Pidieron también trabajar de manera concreta para superar los planes sociales y así recuperar a los trabajadores informales o desocupados. Es decir, que los planes sociales no se convieran en un ingreso informal permanente, sino que sean el paso previo para volver al mundo del trabajo formal. En ese rubro, la prédica del Gobierno es muy similar a la cegetista. Lo mismo que la posibilidad de extender la prohibición de los despidos sin causa y la doble indeminización para proteger el empleo formal. La última prórroga llega hasta fin de enero de 2021.
El tema más pesado fue el de las obras sociales. Lingeri tiene a su cargo la secretaría de Acción Social de la CGT e hizo un repaso de los números en rojo de las obras sociales sindicales. "Recaudamos en pesos y pagamos tecnología en dólares", fue una de las quejas ante la falta de transferencia de los fondos. El Presidente, aseguraron, les prometió una reunión con el ministro de Salud, Ginés González García, para la semana que viene. Hablaron de rediseñar el mecanismo de financiación, pero nada le dijeron de cómo se resolverá la deuda acumulada, para preocupación de los gremialistas. Por lo pronto, saben que no tendrán que pagar las vacunas para la Covid-19, que era uno de sus temores, porque eso correrá por cuenta del Estado. Eso sí, ofrecieron la infraestructura sanitaria sindical en todo el país para que sean utilizadas en el operativo de vacunación que se pondrá en marcha a principios de año.