Los cuadernos del chófer Oscar Centeno tienen el poder sobrenatural de aparecer y desaparecer en distintas coyunturas políticas. Ahora lo que no aparecen son las grabaciones de las cámaras del Municipio de Vicente López, que gobierna Jorge Macri, solicitadas por el juez Marcelo Martínez de Giorgi para intentar identificar al hombre que le habría hecho entrega al periodista de La Nación Diego Cabot de los cuadernos en octubre del año pasado, después de que Centeno declarara haberlos quemado en la parrilla de su casa.
Cabot, autor de la investigación que dio pie a la causa de las fotocopias de los cuadernos en 2018, dijo que el 22 de octubre del año pasado recibió una comunicación de una persona que no se identificó pero que lo citó para ese mismo día porque quería entregarle una documentación. Según publicó el periodista, hubo una segunda llamada a su móvil para decirle el lugar preciso del encuentro, y la reunión --breve-- se concretó en una esquina cerca de las 20 horas de ese día. Cabot describió al hombre en cuestión como canoso, de unos 60 años, un 1,60 de estatura y que vestía un saco azul y llevaba una mochila negra. Escribió que sólo le hizo un comentario del tránsito y siguió viaje.
Al día siguiente, Cabot volvió a presentarse ante el fiscal Carlos Stornelli --a quien originalmente le había llevado los cuadernos-- para entregarle los seis cuadernos que acababan de renacer de sus cenizas. La reaparición de los cuadernos se produjo justo antes de la veda electoral por los comicios presidenciales del año pasado. En su momento, el periodista escribió que el encuentro se produjo en una esquina del barrio porteño de Núñez.
El empresario Néstor Otero, titular de la concesión de la terminal de Retiro involucrado en la causa por las copias de los cuadernos de Centeno, presentó entonces una denuncia penal para que se investigara la reaparición de los cuadernos. Entre las hipótesis que deslizaba Otero estaba la posibilidad de que alguien le hubiese sustraído los cuadernos a Centeno y los hiciera aparecer en determinadas coyunturas. La causa estuvo originalmente en el juzgado de Ariel Lijo, que se la remitió a su colega Claudio Bonadio, a cargo de la causa de los cuadernos junto con Stornelli.
Mientras Bonadio estuvo a cargo de la tramitación de la denuncia de Otero, nada sucedió. Martínez de Giorgi subroga en el Juzgado Federal 11 después de la muerte de Bonadio y desempolvó la denuncia de Otero. El empresario pedía dos medidas. Por un lado, que se requirieran las grabaciones de las cámaras de la esquina donde se habría producido la entrega. Por otro, que se hiciera un peritaje dactiloscópico sobre los cuadernos que acababan de aparecer. Martínez de Giorgi entendió que no tenía sentido avanzar con el examen dactiloscópico, pero sí avanzó con el pedido de las cámaras. Lo curioso es que la manzana señalada por el juez no está en Núñez como inicialmente publicó La Nación, sino que está emplazada en el municipio de Vicente López, donde gobierna Jorge Macri, primo del expresidente Mauricio Macri.
El juez le solicitó al municipio enviar las grabaciones del área contenida entre Avenida General Paz, Maipú, Julio Argentino Roca y el Río de La Plata que se hubieran registrado entre las 18.30 y las 20 del 22 de octubre del año pasado. Sin embargo, se topó con una respuesta negativa. Vicente López informó que, como ya había pasado más de un año, no quedaban registros de esas cámaras. El pedido lo hizo Martínez de Giorgi el 3 de noviembre pasado, pero se conoció ahora, después de que la Sala I de la Cámara Federal de Casación --con la disidencia de Ana Figueroa-- validara las declaraciones de los arrepentidos sin que casualmente existieran grabaciones. La contestación llegó al juzgado el 17 de noviembre pasado, pero el juez fue informado ayer.
La investigación está lejos de haberse agotado ante la inexistencia de las grabaciones. Martínez de Giorgi notificó a todas las partes de la causa cuadernos de la existencia de esta denuncia, así que el resto de las partes podrán pedir otras medidas tendientes a validar la prueba sobre la cual se edificó la acusación contra Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido y Roberto Baratta, entre otros.
El pedido de Martínez de Giorgi despertó el repudio de asociaciones patronales y periodísticas como ADEPA y FOPEA, que dijeron que el juez podría afectar el ejercicio del periodismo de investigación al buscar identificar quién habría sido la persona que habría entregado los cuadernos al periodista. También insistieron en que era una decisión en línea con la criminalización de la tarea periodística.
Subsidios al transporte
En una causa por supuestas irregularidades en la entrega de subsidios a empresas de transporte que el juez Claudio Bonadio unió a la causa cuadernos para darle mayor entidad, quedó firme el sobreseimiento que dictó el juez Marcelo Martínez de Giorgi contra 226 personas -- entre las que se encontraban la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido, Ricardo Jaime, entre muchos otros--. Según confirmaron fuentes judiciales a Página/12, el sobreseimiento quedó firme porque el fiscal Carlos Stornelli no apeló la resolución. La Cámara Federal le había dicho en dos oportunidades a Bonadio que debía llevar adelante peritajes para continuar con la pesquisa.