Hace un par de semanas publicamos un primer “Manifesto” desde Peronistas del Cine y el Audiovisual y ahora queremos seguir hablando, comunicándonos con las compañeras y compañeros de la política y de nuestra actividad porque han pasado muchas cosas, o un par al menos, que no pueden dejarnos mudos por más que a veces cueste organizar nuestras sensaciones.

En primer término se nos fue Maradona y a todas las almas sensibles de este planeta el dolor nos partió las muelas y nos corrió un poco de nuestro centro de gravedad. El Diego eran (son) los disparos de la belleza incesante a los que alude un glorioso poema de Juan Gelman, o ése “…aun no habías nacido y ya andabas en mi envidia…” que le dedicó Leonardo Favio cuando esperábamos alguna de sus tanta resurrecciones.

Algunxs despistadxs dirán “…y qué tiene que ver Maradona si hablamos de audiovisual…”. Claro que tiene todo que ver, porque justamente de “ver” se trata, de rasgar el ojo y la pantalla para que explote el mundo, como pedía Buñuel. Diego Maradona ha sido y es inspirador de sueños, los que nosotrxs queremos seguir forjando desde nuestro espacio audiovisual nacional (como acuñó Octavio Getino en 1989) aunque a veces la realidad quiera empeñarse en torcernos el rumbo.

El otro hecho de estos días ha sido nuestro Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que pocas veces como en esta edición, esta tan metamorfoseado y porteñizado en los modos de “ver y pensar” el cine y el audiovisual. 

En nuestra presentación como agrupación en julio de este año escribimos: “…Cultivamos el relato y la imaginería universal pero tenemos raíces. Sabemos de Eisenstein, Buñuel, Fellini, Pasolini, Godard, Hitchcock, Ford, Herzog y tantísimos otros y otras, pero siempre volvemos la mirada al Negro Ferreyra, Sofficci, Del Carril, Tinayre, Cedrón, Aristarain y Solanas. Sabemos de Holywood y conocemos los géneros cinematográficos y los disfrutamos, pero no descuidamos nunca el legado de Prelorán, el genio iconoclasta de Birri y la pertenencia a ese río infinito de la belleza que llamamos Favio…”.

Nuestros cuestionamientos tienen que ver una vez más con la mirada. 

¿Por qué el peronismo se reafirma siempre en la oposición o desde el llano, con nuestrxs mejores referentes culturales, y en el ejercicio de la gestión (porque no se trata del poder) esa insistencia se diluye y muchxs dirigentes insisten en optar por la apertura vergonzante hacia las afluencias de otros ríos supuestamente más “universales”, aguas que inmediatamente nos quitan el espejo de Fiorito, de Cobunco o Casabindo, y nos proponen los fulgores supuestamente sofisticados de París, Venecia o Helsinki?.

No somos ni pueriles ni reduccionistas: ninguna frontera es apta o recomendable para los sueños y el arte, pero a la hora de hacer política para producir las mejores condiciones para que nuestro arte audiovisual se realice amplio, libre y diverso; debemos insistir en que tenemos raíces, no de las que atan, sino de las que crecen como rizomas y se multiplican más y mejor. 

Salvo para una nostálgica reunión de amigxs, ningún hecho del pasado debe en la política (y menos aún en la verdadera política del peronismo) sucumbir a la melancolía, sino por el contrario, ser fuente de análisis para las cuestiones del presente. Las miradas que hemos visto en este Festival, en varias charlas on line, o por ejemplo en la publicación “¿Qué será del cine? Postales para el futuro”, abundan en el imaginario heroico y solitario del artista que vive poseído por y para su arte. El exceso de acudir a Edgar Morín y Deleuze y la falta de perspectivas al estilo Faretta, Mahieu, Farina, Couselo o incluso Alsina Thevenet, nos alertan sobre el futuro que esas postales nos estarían anunciando. 

Si retomamos el tema del ad10s a Maradona, sería como si uno admitiera, como ejes unívocos de la discusión, las miradas y los análisis totalmente sesgados de Beatriz Sarlo y sobre todo de Juan José Sebreli, teñidos de un supuesto anarquismo libertario que en verdad acuñan un odio más rancio que las páginas de las ya lejanas primeras ediciones de “Buenos aires, vida cotidiana y alienación” o “Eva Perón, aventurera o militante”. 

El espanto o la reticencia a las “aproximaciones populistas” que tanto denostan nuestros liberales del cine y que sus lectores, espectadores o cultores agradecen, aparece una y otra vez y de manera insoportable, en la gestión de nuestro cine en pandemia y en el reciente Festival marplatense virtual. 

Lxs peronistas que militamos desde la cultura cinematográfica y audiovisual, nos sentimos excluidos (y si bien la exclusión es un sentimiento usual para nuestras categorías políticas), resulta inadmisible, habida cuenta del aplastante resultado en las urnas hace apenas poco más de un año.

Si se trata del homenaje a Pino Solanas, por ejemplo, el mismo aparece bordeando los perfumados alrededores de los Cahiers du Cinema

Nosotros, para ir por una senda similar, preferimos revisitar sus conversaciones con Jean Luc Godard publicadas hace 50 años. Allí el compañero Pino Solanas nos habla del “film acto” donde se toma conciencia de una praxis profunda para cuestionar el orden establecido. Algunos tibios olvidan que Pino (más allá de acordar en cada momento con él o no) siempre se mantuvo fiel, en sus documentales, en sus ficciones y nuevamente en sus documentales, a los conceptos de Fanon que hoy muchxs en la política y en el audiovisual preferirían jubilar ideológicamente: “Si hay que comprometer a todo el mundo en el combate por la salvación común, no hay manos puras, no hay espectadores, no hay inocentes. Todos nos ensuciamos las manos en los pantanos de nuestro suelo”

Nuestro cine, concluye Solanas “es un cine de acción, un cine para la liberación”. La obra de Pino, como tantas otras, vino para descolonizar pantallas y mentes.

Eso esperamos quienes somos orgullosxs peronistas del cine y el audiovisual. Reconstruir con nuestras herramientas, sin prejuicios ni aspavientos liberales, los cimientos independientes e irredentos de nuestra soberanía audiovisual. Y para eso trabajamos a diario. Siempre dispuestxs a palmear solidariamente a lxs compañerxs. Nunca entregadxs al silencio incombustible de aquellos fuegos que no nacieron para arder.

La lucha por la SOBERANIA AUDIOVISUAL es la consigna del ahora. Soberanía audiovisual que incluye como propia la perspectiva de género y el federalismo palpable; esa soberanía se hace efectiva escuchando con atención las voces y los proyectos audiovisuales de todo el país, y de esas voces las de lxs más jóvenes. Es necesario incorporar los discursos más imaginativos, potentes y populares, vanguardistas y autóctonos que mezclan el más desproporcionado aluvión con letra, imagen y música propias. De modo URGENTE, esto debe reflejarse en lo concreto, en decisiones políticas, en funcionarixs acordes con esta búsqueda, en políticas públicas cada vez más amplias e innovadoras, en planes de fomento y en normativas de regulación de mercados que favorezcan a quienes con su trabajo y sus sueños construyen realmente nuestra SOBERANIA AUDIOVISUAL que mucho tiene que ver con el verdadero sentido común y la lucha democrática en nuestra sociedad.

FIRMAS: Marcelo Schapces Hugo Castro Fau Nathalia Videla Peña Paula de Luque Gustavo Postiglione Pepe Salvia Javier Leoz Fernando Musa Sergio Mazza Edgardo Bechara El Khouri Siguen las firmas…