Desde Río de Janeiro
En la primera vuelta de las elecciones municipales en Brasil, el resultado fué claro:
- derrota estrepitosa de Jair Bolsonaro
- victorias de la oposición de derecha
- victorias de la oposición de izquierda.
En la segunda vuelta, sobre un total de 55 ciudades, todas com más de 200 mil electores, ninguno de los candidatos apoyados por Bolsonaro logró ser elegido. Al contrario, perdieron apoyo asi que Bolsonaro manifestó el suyo. Porque el presidente de Brasil perdió popularidad en 22 de las 26 capitales estatales de Brasil. Particularmente grave para él es tener apoyo entre bueno y muy bueno de apenas el 22 por ciento en San Pablo frente a un 54 de mal y pésimo. Es un nivel inédito de rechazo en la principal provincia del pais.
Una situación especial fue la de Río de Janeiro, que había eligido hace cuatro años al primer alcalde evangélico de Brasil. Marcelo Crivella sufrió una derrota espectacular, obteniendo alrededor de un tercio de los votos en segunda vuelta. Así, Bolsonaro no logró entrar en San Pablo y perdió al gran aliado que tenía en Rio de Janeiro.
El resultado más claro de las elecciones municipales fué el rechazo a Bolsonaro entre opositores de la derecha y de la izquierda. Aquellos fueron los que obtuvieron mejores resultados, ganando entre uno y otro partido gran parte de las alcaldías del país, incluyendo la carioca. El PSDB siguió perdiendo fuerza a nivel nacional, pero retuvo su bastión tradicional paulista.
La izquierda tuvo victorias y derrotas. El eje moderado PDT-PSB tuvo victorias en varias alcaldías, el PT recuperó parte de lo que había perdido hace cuatro años en al auge de a ofensiva de la derecha, que llevó al golpe contra Dilma Rousset, el Psol logró una alcaldia en Belem, en el norte de Brasil, en alianza con el PT.
La izquierda tuvo dificultades en esta campaña por su corta duración y por el hecho de que se desarrolló en plena cuarentena, sin posibilidad de actos y reuniones populares. Basta decir que el más grande líder politico y comunicador de masas de Brasil, Lula, no pudo salir a hacer actos por todos el país a favor de los candidatos que apoyaba. La campaña fue fría, corta, vía television e internet, medios que no suelen llegar a las masas mas periféricas de los grandes centros urbanos, donde Lula y el PT tienen gran apoyo.
Brasil sale mejor de las eleciones municipales, a pesar de todo, por la derrota estrepitosa de Bolsonaro, que se suma a la derrota de su líder Donald Trump, para generar la situación de más grande debilidad de gobierno desde su inicio. Justo en el momento em que se avecina uma gran crisis, por el deterioro de la situacion econômica y social, además del nuevo rebrote del conoravirus, que eleva el número de victimas. El gobierno, debilitado, ha perdido prestigio frente a los empresarios, que ya no creen en las promesas del ministro de economía Paulo Guedes, que ve al mismo Bolsonaro violar sus normas de ajuste fiscal para buscar apoyo popular, al mismo tempo que la desarticulación política del gobierno le impide avanzar en sus propuestas de privatizaciones.
Los resultados electorales presentan un cuadro en que la gran mayoría de los brasileños rechaza a Bolsonaro, aunque una parte importante de esas fuerzas sea de derecha. Está en contra de Bolsonaro, pero apoya políticas económicas neoliberales.
Para la izquierda se presenta el desafío de ganar a amplios sectores que rechazan a Bolsonaro, pero están todavia bajo la influencia de partidos de derecha. Al final de la cuarentena, las condiciones políticas cambian muy favorablemente a la izquierda, que podrá retomar actividades de masas –ante todo, Lula- convocando movilizaciones que expresen el rechazo a Bolsonaro en las plazas públicas de todo el país.
En ese momento empieza la conyuntura electoral de 2022, que deberá tener un candidato del PT –Lula o Haddad-, uno de la alianza PDT-PSB –Ciro Gomes-, varios candidatos de la derecha y al mismo Bolsonaro. Las fuerzas de la derecha se apoyaran en la segunda vuelta favoreciendo el mas votado en la primera vuelta. El panorama de la derecha ya no está más tan claro ante el debilitamiento de Bolsonaro, que sin embargo sigue siendo el más probable candidato de la derecha, en contra del candidato del PT, favorito para ir a la segunda vuelta.