La sonda china Chang'e perforó este miércoles la superficie de la Luna tras haber aterrizado con éxito en el satélite, una misión que no sólo implica el primer intento de traer muestras lunares desde hace 40 años, sino que también le permitirá a este país probar nuevas tecnologías que son claves para enviar, como tiene previsto, astronautas al astro lunar para 2030.
Esta misión es muy delicada técnicamente y en caso de que se concrete por completo representaría un notable avance espacial para China, luego de que este país lograra llevar a cabo un alunizaje en 2019 de una nave en la cara oculta del astro lunar, un hecho inédito en el mundo.
Tras su llegada el martes, la sonda terminó el miércoles las operaciones de perforación del suelo lunar, “y recoge como estaba previsto muestras de la superficie” de la Luna, informó la agencia espacial china CNSA.
El objetivo de esta nueva misión es traer unos dos kilos de muestras de rocas lunares, perforando el suelo hasta dos metros de profundidad, lo que ayudaría a los científicos a entender mejor los orígenes de la Luna, su formación y actividad volcánica en su superficie.
Chang'e 5 es el primer intento de traer de vuelta rocas lunares desde la misión Luna 24, no tripulada, que llevó a cabo con éxito la antigua Unión Soviética en 1976. Si bien Estados Unidos también trajo muestras durante la misión tripulada Apolo 17 (1972), fueron recogidas directamente por los astronautas.
Paisaje lunar
La televisión pública china CCTV dio a conocer un video que muestra a los científicos del centro de control de la misión aplaudiendo cuando la sonda se posó en la superficie lunar. Una pantalla gigante al fondo de la inmensa sala revela las primeras imágenes enviadas por Chang'e 5, un paisaje lunar gris saturado de cráteres.
En tanto, el jefe científico de la NASA estadounidense, Thomas Zurbuchen, felicitó a China por el alunizaje de la sonda.
Chang'e-5, llamada así por una diosa de la luna en la mitología china, había entrado en la órbita de la Luna el sábado tras 112 horas de viaje desde la Tierra, después de despegar desde la provincia de Hainan, situada al sur del país, la semana pasada.
Se espera que la nave recoja el material en un día lunar, el equivalente a unos 14 días en la Tierra. Estas muestras serán enviadas a la Tierra en una cápsula que deberá aterrizar en la región china de Mongolia Interior, al norte del país, a principios o mediados de diciembre.
Cabe destacar que a diferencia de la misión soviética Luna 24 de 1976, cuando la sonda realizó directamente el trayecto entre la Luna y la Tierra después de recolectar muestras, China utilizará un método mucho más complicado.
Las rocas se colocarán primero en el módulo de ascenso, que tendrá que llegar a la órbita lunar, antes de ser trasladadas a la cápsula de regreso a la Tierra.
El módulo Chang'e 5 se compone de cuatro partes: un orbitador (que permanecerá en órbita lunar), un aterrizador (que se posó sobre la Luna), un módulo de ascenso (desde el suelo hasta la órbita lunar) y una cápsula de regreso (a la Tierra).
Ambiciones espaciales
Esta misión constituye una nueva etapa de un ambicioso programa espacial chino. China ha invertido miles de millones de dólares en este proyecto con la esperanza de contar con una estación espacial tripulada para 2022 y, eventualmente, enviar seres humanos a la Luna.
A su vez, esta ambiciosa operación le permitiría a China probar nuevas tecnologías que son claves para enviar astronautas al astro lunar de aquí a 2030.
El presidente Xi Jinping llegó a denominar como el “sueño espacial” de China a estos planes que se han lanzado bajo su gobierno, los cuales pueden equipararse con otros hitos espaciales logrados por Europa, Rusia y Estados Unidos.
Entre otros objetivos fijados por el gobierno chino, se incluyen la creación de un cohete superpotente capaz de entregar cargas más pesadas que las que pueden manipular la NASA y la empresa privada SpaceX, una base lunar y una estación espacial permanente tripulada.