Si hay un nombre en el que se pueda sintetizar la masificación de la NBA en el público argentino, sin dudas que el de Adrián Paenza pelea por la pole position. Desde su histórico programa "Lo Mejor de la NBA", que apareció allá por 1992 en Canal 9, el periodista y profesor de matemáticas popularizó la actividad, incluso varios años antes de que los primeros integrantes de la Generación Dorada comenzaran a desembarcar en la famosa competición norteamericana, con Emanuel Ginóbili como máximo embajador.
A casi tres décadas de aquella avanzada y a días del arribo del decimotercer jugador argentino a la Liga -Facundo Campazzo en Denver Nuggets-, Paenza sigue siendo un referencia para enlazar a Argentina con la NBA. Tanto que fue una pieza clave para un hecho histórico: la inédita reunión que mantuvo el Papa Francisco con una delegación de jugadores de la NBA hace diez días, en la que el Sumo Pontífice instó a los basquetbolistas a "seguir luchando por el bien común".
"Fue algo muy sorprendente y al principio pensé que me estaban haciendo una broma", le contó Paenza a Página/12 después del primer contacto que había tenido sobre el particular pedido que le estaban haciendo. Hernán Reyes Alcaide, corresponsal de la agencia Télam en el Vaticano, se comunicó con el periodista para que oficiara como nexo, ya que el Papa Francisco quería reunirse con los jugadores de la NBA para hablar sobre las acciones que habían llevado adelante en la lucha contra el racismo en Estados Unidos y en favor del movimiento "Black Lives Matter".
"Obviamente, como la problemática me interesa mucho y tenía en claro que una reunión entre el Papa y estrellas de la NBA iba a servir para que el tema se difundiera por todo el mundo acepté participar", destacó Paenza, que de inmediato se puso en contacto con Matteo Zuretti, un italiano que se desempeña como jefe de Relaciones Internacionales del Asociación de Jugadores de la NBA, y con Iván Maggi, hijo del ex miembro de la Selección Argentina Diego Maggi y que también trabaja en el Sindicato de basquetbolistas, para llevar adelante un operativo que se montó en tiempo récord y que terminó la reunión en el Vaticano.
"Desde el primer llamado hasta que viajaron no pasaron más de 12 días", remarcó Paenza, asombrado por la manera en que se pudo mantener en secreto todo el operativo pese a la cantidad de personas que estaban involucradas. La otra cuestión que sorprendió al periodista fue la disposición de los jugadores, que se tomaron un avión desde Estados Unidos el domingo 22 de noviembre, mantuvieron la reunión con el Papa el lunes 23 y regresaron a su país al día siguiente. No había mucho más margen porque este martes ya arrancaron los entrenamientos para la nueva temporada que comienza el martes 22 de diciembre.
El escaso tiempo disponible resultó una contra para que otros jugadores se sumaran a la delegación que integraron Kyle Korver y Sterling Brown (Milwaukee Bucks); Marco Belinelli (San Antonio Spurs, ahora en Virtus Bologna); Jonathan Isaac (Orlando Magic) y Anthony Tolliver (Memphis Grizzlies). También participaron del encuentro la directora ejecutiva de la Asociación de Jugadores, Michelle Roberts; la directora ejecutiva de la Fundación de la NBPA, Sherrie Deans; y el propio Matteo Zuretti. Nombres como Chris Paul, presidente de la Asociación de Jugadores, o LeBron James, uno de los militantes más activos, estaban de vacaciones e inubicables tras la desgastante Burbuja de Orlando en la que se completó la temporada 2019/2020 a mediados de octubre.
Sin embargo, para Paenza tuvo un significado muy especial que haya podido participar del encuentro Sterling Brown, el jugador de los Bucks que en 2018 fue víctima del maltrato policial en la propia ciudad de Milwaukee. También en el estado de Wisconsin, aunque en la localidad de Kenosha, Jakob Blake recibió en agosto siete balazos por la espalda de parte de la policía, en un episodio que motivó que los Milwaukee Bucks no se presentaran a jugar a un partido de los play offs y que luego motivó que el Comisionado de la NBA, Adam Silver, suspendiera toda la actividad por tres días.
En el encuentro en la biblioteca privada del Palacio Apostólico, el Papa animó a los jugadores a continuar con sus acciones y a que pensaran en el legado que estaban dejando para las generaciones futuras, mientras que los basquetbolitas le contaron detalles de los actos que habían llevado adelante. "Fue un gran honor poder contarle al Papa lo que hemos hecho desde la Asociación de Jugadores. Nos dio energía para continuar con nuestras acciones de cara a la próxima temporada", sintetizó la reunión Tolliver, pivot de los Memphis Grizzlies.
Aunque Paenza minimiza su actuación argumentando que si desde el Vaticano levantaban un teléfono y se comunicaban directo con la NBA el encuentro igual se hubiese llevado adelante, una perlita pinta su huella: "Me dijeron que me contactaron a mí porque a Francisco, cuando era Bergoglio, le encantaba mi programa".