Colapsó una de las infraestructuras más icónicas de la investigación espacial, el telescopio del mundialmente conocido Observatorio de Arecibo, en el noroeste de Puerto Rico. La estructura tiene un peso de 900 toneladas y su plataforma no pudo resistir por fallas estructurales.
No se registraron heridos al momento del desplome, no obstante, las autoridades locales mantendrán el área acordonada mientras los ingenieros trabajan para evaluar la estabilidad de las otras estructuras del observatorio.
La noticia fue anunciada por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, propietaria de la instalación, a través de un comunicado oficial. Cabe destacar que el pasado 19 de noviembre, habían anticipado la inminente demolición del histórico radiotelescopio debido a indicios de derrumbe previos.
Derrumbe esperado
El director del NSF, Sethuraman Panchanathan, explicó en ese entonces que la decisión de desmantelar el Observatorio fue por motivos de seguridad, que estaba comprometida por la situación en la que se encontraba la estructura.
"Había riesgo de colapso", dijo entonces Panchanathan, remitiéndose a los tres informes de otras firmas de ingeniería contratadas para evaluar los daños.
La primera señal fue en agosto de 2020, un cable roto causó la destrucción del plato principal. Los responsables intentaron arreglarlo pero no hubo caso. Luego un segundo cable se rompió a principios de noviembre y eliminó las esperanzas de su puesta en marcha. Como medida preventiva, el área alrededor del telescopio había sido despejada a partir del 6 de noviembre de personal no autorizado.
No hay fecha todavía para la demolición definitiva, aunque se estima que sea durante las próximas semanas.
Una pérdida para la comunidad científica mundial
La desaparición del radiotelescopio del Observatorio de Arecibo supone una pérdida importante para la comunidad científica mundial, a la que contribuyó en el último medio siglo con la búsqueda de asteroides que orbitan cerca de la Tierra, la observación de objetos exóticos en el espacio profundo, así como de pulsares y el estallido de ondas de radio distantes, y que además contribuyó al turismo de Puerto Rico e incluso fue escenario de algunas películas.
El adiós de este emblema de Puerto Rico supone dejar atrás lo que ha sido una parte fundamental para la comunidad científica mundial durante el último medio siglo. El radiotelescopio del Observatorio de Arecibo permitió a los científicos observar objetos y eventos exóticos del espacio y misteriosas explosiones de ondas de radio.
También fue una herramienta clave en la búsqueda de asteroides que orbitan cerca de la Tierra ayudando a los astrónomos a encontrar objetos que potencialmente podrían representar una amenaza para el planeta.