La frase atribuida a César Aira: "Yo a Maradona lo respeto como drogadicto. Lo que haga dentro de una cancha no me interesa” no solo se replicó en las redes sociales, con la fuerza convincente de frases apócrifas históricas como “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos” o “Tócala de nuevo, Sam”, sino que empezó a aparecer en muchas opiniones y notas periodísticas como cierta.

A partir del dolor por la inesperada muerte del ídolo popular se generaron duros debates entre grupos de fanáticos o hinchas del jugador nacido en Fiorito y de sus detractores. Aprovechando la libertad que permite el espacio pluralista y democrático de las redes, los haters y grupos radicalizados no dudaron en hacer duras calificaciones y crear fake news alrededor de la vida y las posturas políticas del astro. La frase atribuida a César Aira y otra a Roberto Fontanarrosa: “Qué me importa lo que Diego hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía", sirvieron como defensa contra aquellos que castigan al futbolista por su vida privada.

Por este motivo, el 26 de noviembre, un día después de la muerte de Diego Armando Maradona, la editorial Blatt & Ríos que lanzó este año Lugones, la última de las ciento seis novelas del autor, decidió publicar en su cuenta de Twitter una desmentida: “Hay una frase, apócrifa e insultante, que anda circulando en redes. Presuntamente de César Aira sobre Maradona. A Aira no le interesa el fútbol y mucho menos opinar sobre la vida privada de la gente en público. Es falsa”.

La publicación de la editorial Blatt & Ríos no se pudo haber hecho de ninguna forma sin la autorización y las palabras previas del escritor. Aira es una persona que no le gusta la exposición pública y todo lo que sabemos es por su fecunda obra y los pocos reportajes que ha realizado.

La frase que se le atribuye da vuelta una idea popular que alude a que muchos aman al Maradona dentro de la cancha, pero no al Maradona de su vida privada. Sobre todo por su relación con los hijos no reconocidos por largo tiempo, por los engaños amorosos, por la vida escandalosa y, sobre todo, por el uso de drogas, específicamente, el consumo de cocaína. La "ingeniosa" y celebrada frase que invierten esos términos no parece ir en sintonía con la privacidad del escritor.

La cita fue generada el 16 de enero del 2013 en la cuenta @Cesar_Aira. El usuario y el contenido fueron borrados, pero se puede recuperar a través de la cuenta del traductor al japonés de César Aira, Takaatsu Yanagihara, cuyo nombre de usuario es @cafecriollo. El traductor al japonés de libros como El Congreso de Literatura, La prueba y Cómo me hice monja, también es profesor de literatura hispánica en la Universidad de Tokio. Yanagihara explica que retuiteó la frase de Aira porque le hizo mucha gracia y agregó: “La frase en cuestión, no la tomo en serio. Pero está en línea con su obra. Es decir, no creo que lo haya dicho Aira en persona, pero si sale en su obra, me daría mucha risa porque creo que es un auténtico Aira”, explica. Su traductor al japonés, además de traductor de otros escritores argentinos y latinoamericanos, entre ellos del escritor chileno Roberto Bolaño cree que en la frase está el espíritu airano.

Desconcertante es el caso de Camilo Pino, un escritor venezolano que vive en la actualidad en Miami. Pino empezó a seguir “al autor” a partir de verlo en la cuenta oficial @TheBookerPrizes y en la del editor en inglés @NewDirections, entre otras. Esas cuentas tenían arrobadas la del escritor argentino como auténtica, y hoy en día se pueden seguir viendo esos tuits. Es extraño que no hayan identificado la cuenta como falsa."En 2015, cuando Aira estuvo nominado al Man Booker Prize, los medios anglosajones reprodujeron la cuenta @Cesar_aira como oficial. La seguí desde entonces. Era muy ingeniosa", explica. Pino admira a Aira porque entre otras cosas es "un iconoclasta". Por esto no se limitó solo a seguirla, si no que en la página nueve de su novela Crema Paraíso, publicada este año por el sello Alianza, aparece como epígrafe la frase: "Yo a Maradona lo respeto como drogadicto. Lo que haga dentro de una cancha no me interesa", con la firma de "César Aira".

El escritor venezolano contó la génesis de su encuentro con la apócrifa declaración, a la que llegó a través del Twitter de Man Booker Prize. Por eso el escritor venezolano aclara: "Hace años comencé a seguir esa cuenta de Twitter. Apenas vi la cita me di cuenta de que había dado con un epígrafe perfecto, una especie de declaración de intención para mi libro. Y aclaró: "La cuenta desapareció más o menos al mismo tiempo de la publicación de la novela. Entonces me percaté de que podía haber sido apócrifa y que, sin proponérmelo, había creado un juego airano".

El hecho ayuda a preguntarnos en qué momento histórico y filosófico de la verdad estamos que la frase más popular de un escritor con una obra de ciento seis libros y de la calidad literaria de César Aira es apócrifa. ¿O siempre estuvimos en el mismo lugar?

Es verdad que la potencia de esa frase radica en la palabra Maradona (y más después de su muerte), si pusiéramos cualquier otro nombre o personaje en ese lugar la idea se debilita. Maradona permite reponer rápidamente cualquier referente biográfico referido al Diego popular y su vínculo con la droga: la tapa de los diarios del 91 detenido por la policía en un departamento en Caballito o incluso aquella imagen famosa de 1994, en el Mundial de Estados Unidos, nunca vista antes ni después de una enfermera llevando de la mano a un jugador para el antidoping. De Maradona dentro de una cancha hay miles de imágenes para reponer en la frase, pero ninguna como aquellas de los dos goles a los ingleses cuatro años después de la Guerra en Malvinas: una con trampa y la otra con la belleza de la gambeta y la potencia del genio del fútbol mundial.