“Meterme en esta obra fue una estrategia de supervivencia, estaba muy ansiosa de que salga de mi búnker para compartirla con amigues”, comenta Ani Bookx sobre Cómo Escuchar un Disco Online (CEUDO). El EP, disponible en las plataformas, contagia desde sus primeros sonidos. Está dividido en tres partes, tiene máquinas amorosas y artistas invitados: Lola Sinasco (voz), Sofía Pasquinelli (guitarra), Paola Santi Kremer (poesía y voz), Lautaro Canals (batería). Suena festivo, y cuando quiere, áspero. También es un disco que se ve. Cada canción es una edición de imágenes determinada. Capas de lectura que se superponen a gusto de quien escuche y mire.
“Las dos primeras canciones las había realizado previamente como singles, para lanzar mi proyecto solista. Las tenía producidas desde 2019. Este año incorporé una máquina nueva a la familia, y junto a un sinte que me prestaron desarmé esas canciones y las volví a rearmar. Fue como una experiencia de aprendizaje, que me permitió comunicarme con estas máquinas nuevas”, explica la música a Rosario/12.
–“Desarmar y rearmar”, un concepto musical específico, ligado al uso tecnológico.
–En esos espacios y esas tecnologías para mí hay un montón de potencias para la comunicación y el aprendizaje. Las máquinas fueron mis primeros instrumentos. Si bien de chica estudié un poco el piano, mi canal de expresión con la música siempre fue a través de una máquina o una computadora. Por eso tal vez tenga esa conexión tan fuerte.
–¿Cómo es el proceso de composición?
–Creo que es algo que surge desde el propio instrumento, a partir de construir distintos elementos que pongo a convivir juntos o por separado, para vincularlos como si fuera un organismo. Esa misma estructura, que un día tuvo una forma y otro día puede tener otra, puede armarse y desarmarse infinitas veces, porque parte de elementos pequeños que la componen. Esos elementos se pueden combinar de distintas maneras, y para eso los instrumentos electrónicos o digitales son los indicados.
–Sería como meterse en el ADN y experimentar.
–Creo que eso sucede bastante, uno puede apropiarse de las cosas de otra manera con lo digital. En mi experiencia con herramientas analógicas y digitales está la cuestión del cuerpo: cómo el cuerpo interviene con esos instrumentos. Diferentes herramientas te pueden llevar a lugares diferentes. Lo que disfruto es tener contacto con cuestiones electrónicas más ligadas a lo analógico o que hayan aparecido desde lo analógico; de hecho, los programas de computadora que suelo usar son los que emulan a los “cables de atrás”, que aunque sean de mentira uno los aprende a enchufar y es así cómo lo entendés. Eso siempre me apasionó.
–Algo que debe relacionarse con el sonido lo-fi, que vos privilegiás.
–Es que tienen unas texturas increíbles, y son el retrato de unas épocas, de una escena. El sonido de la guitarra eléctrica es un sonido que tenemos incorporado y está en constante exploración, al igual que el de un sinte. Hay artistas que gustan de emular algo de alguna época, y quienes exploran más y tratan de construir nuevas texturas. Todo eso es posible en el campo del sonido, con los sintetizadores, las máquinas y los programas de computadoras. Hay sonidos y texturas que ayudan a pintar ciertos paisajes y esos paisajes los compartimos todos, por eso de ahí surgen ciertos sonidos similares, porque a veces a algunos se vuelve y a otros no.
–Lo relaciono con el título del EP, por la palabra “disco” y la idea implícita de un concepto, algo heredado de los vinilos.
–Creo que esta crisis en los formatos de edición abre la puerta a que uno se cuestione y pueda explorar qué es lo que significa editar una obra, cuáles son los medios disponibles y cómo se comunica. Eso es algo que me estuve cuestionando todo el año. Decidí explorar y tomar decisiones sobre el formato de edición que consideré mejor para esta obra, por cómo la quiero comunicar. Eso es algo que disfruté muchísimo.
–Allí entra también el video, parte intrínseca del disco.
–Es un disco que se puede ver.
–La tercera canción incorpora la letra escrita, entre imágenes yuxtapuestas, lo que hace que sea diferente escuchar y ver o sólo escuchar. Hay múltiples capas de lectura.
–Eso es algo que partió de este cuestionamiento de los formatos de edición. Actualmente hay un crecimiento de la industria independiente en relación a la edición de material, porque muchos tenemos la suerte de grabar en nuestras casas. Antes tenías que tener un contrato con una discográfica, grabar 40 temas para que te eligieran tres y sacar un simple para ver si se vendía. Eso hoy cambió, hay plataformas que colaboran pero que también limitan y generan un espejismo de igualdad. De estos cuestionamientos, que son también conversaciones que tengo con colegas y amigues, surgieron las ganas de pensar y darle una forma determinada al disco, para proyectarlo desde una visión antes que querer adaptarlo.