Egipto despidió ayer a las decenas de víctimas de los atentados terroristas en las catedrales de Tanta y Alejandría, junto a la entrada en vigor del estado de emergencia, que se extenderá por tres meses. Las imágenes de duelo se repetían ayer en el monasterio de Marmina, en Alejandría, en el funeral de siete de los cristianos coptos que perdieron la vida allí cuando participaban en la celebración del Domingo de Ramos en la catedral de San Marcos. Entre los muertos del ataque hay diez musulmanes: siete policías que vigilaban el templo y tres civiles que pasaban por el lugar.