Desde Nueva York

El candidato de Donald Trump para la Corte Suprema de Justicia fue  juramentado a pesar de la vehemencia de la oposición demócrata, que obligó a los republicanos a usar la “opción nuclear” y cambiar las reglas para que su nominación pudiera pasar. “A quien mucho se le da, mucho se espera”  dijo el conservador Neil Gorsuch cuando se convirtió en la 113ª persona en ocupar el cargo vitalicio en la máxima corte de Estados Unidos.

Trump no tuvo duda sobre su elección y le dijo que él “pasaría a la historia como uno de los jueces verdaderamente grandes”. Gorsuch tomó el juramento constitucional en una ceremonia privada, administrada por el Presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, en la Sala de Conferencias de la Corte Suprema de Justicia. Estaba acompañado por su esposa Louise, que sostenía la Biblia, y sus dos hijas, Emma y Belinda, así como los ocho magistrados, que ahora se convertirán en sus colegas. Maureen Scalia y Eugene Scalia, la viuda y el hijo del juez que Gorsuch está sustituyendo, Antonin Scalia, también estaban presentes.

En una segunda ceremonia en la Casa Blanca, el juez Anthony M Kennedy, para quien Gorsuch, de 49 años de edad, sirvió como secretario, lo llevó a un segundo juramento que los jueces toman, para interpretar imparcialmente las leyes “y hacer ejercer igual derecho con los pobres y con los ricos”.

A la nominación del Gorsuch siguió una amarga batalla en el Senado. Los demócratas estaban furiosos porque los republicanos habían bloqueado al candidato de Barack Obama, Merrick Garland, para reemplazar al juez Scalia. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, se negó a considerar su nominación en la última sesión del Congreso, citando la política de año electoral. Después de la nominación de Gorsuch la semana pasada, los demócratas bloquearon su nominación con un procedimiento de prácticas dilatorias –la primera vez en la historia que esto sucede–.

Los republicanos respondieron con la “opción nuclear”, un cambio dramático e histórico en las reglas del Senado que permite que Gorsuch y todos los futuros nominados a la Corte Suprema pasen por el Senado con una simple mayoría de 51 votos en lugar del umbral anterior de 60 votos. La mayoría de dos tercios no estaba expresamente esbozada en la Constitución de los Estados Unidos, sino que era una práctica general del Senado.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.