La prédica antiinmigrante de Donald Trump echó raíces a casi tres meses de que asumiera la presidencia. En Estados Unidos crecieron los crímenes de odio y los grupos que lo profesan. Las estadísticas no son nuevas, pero si las iniciativas para denunciarlos que buscan contrarrestar una oleada que afecta a las principales minorías. Hispanos, negros, musulmanes, judíos y víctimas cosificadas por su orientación sexual, denuncian a diario un problema que se visibiliza de múltiples formas. A los reportes que hacen el FBI u organizaciones de los derechos civiles, se sumaron este año iniciativas desde la prensa. El prestigioso sitio de periodismo de investigación ProPública y la cadena de TV Univisión se asociaron con otros medios de comunicación para recopilar y documentar los casos que se extienden por todo el país.
El reporte del odio en español o Documenting Hate nació de esa decisión. Univisión empezó a recolectar denuncias que van desde asesinatos de inmigrantes hasta amenazas a niños en edad escolar. El 22 de febrero de este año, Adam Purinton, de 51 años, mató a un hombre de origen indio. Lo habría confundido - según reportaron la cadena de habla hispana y el diario Kansas City Star- con un inmigrante de Medio Oriente. El crimen lo cometió en un bar de la ciudad de Olathe. Antes de disparar gritó: “Fuera de mi país”. Casos como ése se superponen con otros de intimidaciones, donde las víctimas fueron alumnos de 6° grado. Un profesor de una escuela de Los Angeles fue despedido por decirle a una estudiante en noviembre pasado: “Si tu naciste aquí, entonces tus padres se tienen que ir. Te dejarán atrás y tendrás que ir a un orfanato”.
El aumento de los delitos por odio racial, religioso o de identidad sexual se compadece con ciertas estadísticas. Según el centro de investigaciones PewResearch Center, con sede en Washington, los grupos que incitan a este tipo de prácticas xenófobas o discriminatorias crecieron en EEUU desde 892 a 917 entre 2015 y 2016. Otra organización, el Southern Poverty Law Center de Montgomery, Alabama - que denuncia ataques de supremacistas blancos desde 1971 - señala que los grupos anti-islámicos pasaron de 34 en 2015 a 101 en 2016. Los casos documentados no necesariamente expresan la dimensión de lo que ocurre. La situación puede ser peor. Las amenazas en el mundo virtual no son contempladas en determinados estudios. Y es ahí, en Internet, donde a menudo operan agrupaciones que profesan la intolerancia.
La idea de los medios que se unieron para registrar el fenómeno que creció con fuerza desde que Trump asumió la presidencia, tiene como fin “recopilar denuncias de este tipo de incidentes y crear una base de datos nacional que periodistas, investigadores y organizaciones de derechos civiles puedan utilizar”, sostiene la cadena de habla hispana Univisión.En el reporte del odio se incluye un mapa virtual de casos, desarrollado en cada estado y que empezó a juntar la información durante el año pasado. Su versión en español está actualizada hasta enero de 2017.
La xenofobia que domina Estados Unidos contiene un aspecto que la hace más crítica. Alcanza y lesiona la sensibilidad de los más pequeños. Las escuelas no saben cómo actuar, informa Univisión. En noviembre de 2016, un alumno negro de 8 años intentó defender a su hermanita de 4 durante una pelea en una escuela de Baton Rouge, Louisiana. Otro chico como él le gritó: “Deberías regresar al campo de algodón”, una frase que remite a la época de la esclavitud. El caso salió publicado en el Washington Post. En el Babson College de Boston, Massachusetts - donde se hospedó la selección argentina de fútbol durante el Mundial’94- un par de estudiantes seguidores de Trump, se filmó haciendo comentarios racistas y sexistas contra alumnas negras de otra escuela. En un colegio secundario de Royal Oaks, Michigan, un grupo de escolares hispanos terminó llorando cuando sus compañeros los hostigaron al grito de “construyan el muro”. Episodios como estos se repiten con frecuencia.
Mark Potok, un reconocido investigador y analista de estos temas en el Southern Poverty Law Center habla del “efecto Trump”. En un informe reciente señaló que “2016 fue un año de odio sin precedentes. Se registró en el país una fuerte vuelta al nacionalismo blanco”. El estudio aporta datos de una muestra que se realizó entre 10 mil profesores a los pocos días de las elecciones presidenciales. De ella se desprende que el 80 por ciento de los docentes describió a estudiantes dominados por el miedo y la ansiedad. Sobre todo a los inmigrantes de origen musulmán y afroamericano.
Expresiones como “No latinos aquí”, “Heil, Trump; Heil Hitler”, “Fuera de mi país”, “Solo blancos”, “América blanca” y otras por el estilo, se han vuelto virales. También la proliferación de esvásticas, amenazas con bombas y profanación de cementerios judíos. O ataques contra mezquitas y todo hombre con turbante o mujer que use el hijab (velo en la cabeza).A esa muestra coral de intolerancia racial y reivindicación del holocausto debe agregarse la presencia más activa de grupos como el Ku Kux Klan o neonazis que encontraron sus brotes verdes en la oratoria destemplada del magnate presidente.
La iniciativa que lidera ProPública junto a Univisión encontró más aliados en los medios. Desde el New York Times a Buzzfeed, New América Media, Google News Labs o la Escuela de Comunicación de la Universidad de Miami. “Juntos seremos capaces por primera vez de ofrecer una mirada rigurosa a los crímenes de odio en este país”, señalan. La tarea que se fijaron es complicada porque el estado también discrimina y no solo a los indocumentados. Por medio del Servicio de Inmigración y Aduanas, envía a sus centros de detención a estadounidenses por portación de cara. Es el caso de Rony Chávez Aguilar, un hispano nacido en Guatemala que acaba de demandar al gobierno. Le otorgaron la ciudadanía hace 16 años y pasó tres semanas retenido hasta que fue liberado.