Tras no firmar el consenso fiscal con el resto de los gobernadores que impulsó el gobierno de Alberto Fernández, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, va a renunciar al pacto fiscal que firmó en 2017 con Mauricio Macri como presidente. En ese acuerdo, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se comprometieron a reducir progresivamente el impuesto de ingresos brutos, algo que Larreta ya no tiene pensado hacer. El jefe de Gobierno mantendrá el impuesto en el mismo nivel que el resto de las provincias como si hubiera firmado el consenso fiscal, que no suscribió por dos cláusulas: la que lo obligaba a dar de baja el reclamo ante la Corte por la coparticipación y otra que establecía que todas las transferencias se harán por ley. La Legislatura discutirá el proyecto de Larreta junto con el Presupuesto 2021 el mismo día que el Senado tratará nuevamente la corrección de la coparticipación.
Larreta no envió un proyecto nuevo a la Legislatura. En lugar de esto, se modificó la ley tarifaria -que incluye un impuesto a las tarjetas de crédito y otro a las Leliqs-, y se incluyó un artículo que dice: "Denúnciase, a partir del ejercicio fiscal 2021, el 'Consenso Fiscal' suscripto con fecha del 16 de noviembre de 2017, entre el Estado Nacional representado por el señor presidente de la Nación Argentina y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, representado por el señor jefe de Gobierno, en conjunto con los gobiernos provinciales". Lo que no aclara es que los firmantes fueron Macri y Larreta. Ese consenso fiscal lo impuso Macri luego de su victoria en las elecciones legislativas de ese año y fue parte del discurso de austeridad que el entonces presidente le planteó a las provincias. La única en no firmarlo fue San Luis.
En la firma de ese acuerdo, Macri, justamente, elogió que los Estados subnacionales dieran de baja sus juicios con el Estado nacional, lo mismo que ahora Larreta se negó a firmar: "Es un gran punto que ustedes han levantado es dar fin a la litigiosidad
dentro de la política y que las cosas las arreglemos entre aquellos a
quienes la gente vota para que, justamente, hagamos eso, ordenar,
arreglar los problemas y construir futuro", dijo. En ese acuerdo las provincias se comprometieron a bajar progresivamente en cinco años el impuesto de ingresos brutos, que Macri consideraba "distorsivo" para la economía.
No obstante, cuando Alberto Fernández llegó a la Rosada suspendió ese pacto fiscal: no eran tiempos para seguir bajando impuestos. Y, tras un año de pandemia y caída económica, el viernes pasado todos los gobernadores menos Larreta refrendaron la suspensión de esa baja de impuestos. El jefe de Gobierno no lo firmó porque había dos cláusulas que no quería refrendar. La primera era dar de baja todos los litigios (incluyendo el de la coparticipación) -tal como se acordó en 2017- y la segunda era que todas las transferencias se harán por ley y no a través de la coparticipación, que es precisamente lo que está por aprobar este jueves el Senado para la Policía de la Ciudad. En su respuesta a la sanción en Diputados, Larreta calificó de "absurdo" que le pidieran que diera de baja los juicios al Estado nacional al firmar el consenso fiscal. No se conocen declaraciones similares por parte del jefe de Gobierno cuando Macri pidió lo mismo hace tres años.
Había una tercera cláusula que el Gobierno nacional negoció quitar: le impedía gravar con un impuesto a las LELIQs, algo que Larreta tiene pensado hacer junto con el impuesto a las tarjetas de crédito. Todo será votado este jueves en la Legislatura, al mismo tiempo que el Senado trata el proyecto modificado por Diputados que fija por ley el dinero que deberá recibir la Policía de la Ciudad. La principal modificación es que se abre un proceso de 60 días para negociar la cifra. Ya Larreta dijo que no considera que pueda haber un diálogo sincero. Y que irá por segunda vez a la Corte por la ley que aprobará el Congreso. Macri, que había subido la coparticipación de la Ciudad por decreto, también intervino para decir que una ley del Congreso es un "atropello a las instituciones".
El larretismo descuenta que tiene los votos para aprobar la denuncia al pacto fiscal de 2017. Es la forma para no tener que seguir bajando ingresos brutos. Pero, ¿qué implica para la Ciudad salirse de los acuerdos con el Estado nacional y el resto de las provincias? "El salirse de ese pacto implica revisar acuerdos con las otras provincias y retornar a los pactos fiscales de Domingo Cavallo de 1993 y 1994. Volvemos a ese régimen", estudiaban en el Ministerio de Hacienda porteño. Desde allí destacaron que la Ciudad no volverá a subir ingresos brutos, sino que continuará con las mismas alícuotas que las de las provincias que firmaron este viernes. "Es como si hubiésemos firmado el pacto", indicaron. Pero sin resignar el reclamo ante la Corte, donde Larreta espera recuperar al menos una parte de la coparticipación que le aumentó Macri apenas llegó a la presidencia.
La respuesta a Wado
Desde el larretismo salieron a responderle al ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro, luego de que sugiriera que Horacio Rodríguez Larreta debería devolver el excedente que recibió de coparticipación en tiempos de Mauricio Macri como presidente.
Uno de los hombres cercanos al jefe de Gobierno, el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alvaro González le contestó: "Es hora que el Ministro del Interior se ponga a trabajar por el bien de todas las provincias, abandone las chicanas y se concentre en promover una nueva Ley de Coparticipación Federal que ponga fin, de una vez y para siempre, a cualquier decisión arbitraria parte del Gobierno central contra las Provincias, como la que acaba de tener su gobierno contra la Ciudad Autónoma de Buenos Aires".
En tanto, el presidente de la Coalición Cívica ARI, Maximiliano Ferraro, advirtió que "el Gobierno Nacional quiere de rodillas a la Ciudad de Buenos Aires". "Sería bueno que el Ministro del Interior se dedique a trabajar por un federalismo en serio y sin látigo y billetera. Y que en vez de meterle la mano en el bolsillo a la Ciudad, se dediquen a recuperar lo robado", consideró el diputado. "No los vemos criticando el sistema feudal de algunos gobernadores, definitivamente la gestión de la ciudad de Buenos Aires es el espejo inadmisible donde muchos oficialistas no se pueden ver", consideró Ferraro.