Lautaro Insúa, de 18 años, fue brutalmente golpeado por jugadores del Tala Rugby Club de Córdoba en su fiesta de egresados en el patio de una casa de un country. El joven sufrió fracturas de tabique nasal y de pómulo. Además de evaluar las consecuencias que los golpes tuvieron en la vista, deberán realizarle una cirugía reconstructiva.
"Me golpearon, me rompieron la nariz. Tengo fracturas en los orbitales de los ojos", dijo el joven en declaraciones radiales.
Víctor Daniel Insúa, padre de Lautaro, contó que su hijo había ido a su fiesta de egresados en una casa ubicada en el barrio Lomas de La Carolina, dentro de un country. “Estaban mi hijo y los amigos en el patio de atrás, en el jardín. Había mamás que estaban cuidándolos”, relató el hombre.
Los tres agresores, todos jugadores de Tala y también de 18 años, irrumpieron en el festejo. “Les dijeron que no tenían que estar ahí. Empezaron los forcejeos, empujones”, contó Insúa en diálogo con Radio 10. Lautaro fue uno de los que pedía a los rugbiers que se retiraran cuando “uno se da vuelta y le propinó un golpe”. Cuando el joven cae al piso, los tres agresores lo golpearon y patearon.
Insúa indicó que Lautaro no conocía a los jóvenes a pesar de haber jugado al rugby hace dos años en el Club Universitario.
“Los agresores juegan en el Tala y el padre de uno de ellos es vocal de la comisión directiva. Es un ex Puma -señaló-. Estaba viendo una persona del club que decía ayudan en la educación de los niños. No me parece que sea así”.
Por su parte, los directivos de Tala emitieron este martes un comunicado repudiando los hechos y manifestando que iniciaron un proceso interno.
La respuesta del club
"Ante la situación de violencia de público conocimiento, Tala Rugby Club repudia y condena enérgicamente este hecho y cualquier manifestación y comunica que hemos iniciado el proceso administrativo interno correspondiente, a los fines de informarnos pormenorizadamente de la situación y adoptar las medidas disciplinarias que correspondan de acuerdo lo establecido en el estatuto de nuestra institución", dice el texto.
El comunicado agrega que el club no tolerará "actos y manifestaciones de intolerancia de ningún tipo" y que adoptarán medidas rigurosas".
"En Tala Rugby Club promovemos la formación integral de deportistas con el propósito de contribuir a educar a ciudadanos de bien. Estas situaciones están totalmente reñidas con nuestro espíritu y nuestra manera de proceder", cierra el comunicado.
La causa fue caratulada como violación de domicilio y lesiones graves. Por el momento, no hay detenidos. Lautaro, agregó su padre, “está shockeado” y tiene que someterse a controles médicos para evaluar las consecuencias de los golpes y programar una cirugía reconstructiva para reparar el tabique y los pómulos.
La golpiza a Lautaro se da en una semana donde la violencia en el rugby nuevamente está en el ojo de la tormenta. A principios de este año, un grupo de jugadores del club Náutico Zárate asesinó a Fernando Báez Sosa afuera de un boliche en Villa Gesell y este fin de semana sobreseyeron a dos de los involucrados en la causa, Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19), acusados como partícipes necesarios del delito de "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas". La familia de Fernando no se opondrá al pedido de la fiscal.
Por otro lado, este martes la World Rugby (WR), el máximo organismo mundial de ese deporte, emitió un comunicado en el que calificó como "inaceptables" los mensajes racistas escritos hace ocho años por los jugadores de Los Pumas, Pablo Matera, Guido Petti y Santiago Socino, a la vez que consideró a los mismos como "opuestos a los valores fuertes, universales e inclusivos que la familia del rugby aspira a vivir y defender". Además, la WR agradeció los informes presentados por la Unión Argentina de Rugby (UAR).
Cuando se dieron a conocer los tuits de los tres Pumas, la UAR actuó rápido: suspendió a los jugadores y le retiró la capitanía a Matera. Sin embargo, 48 horas después la entidad levantó el castigo. En el caso del crimen de Báez Sosa, el comunicado de la UAR evitaba usar la palabra "asesinato" y menciona la consternación por los "hechos públicamente conocidos de violencia física relacionados con jugadores de rugby".