La directora del Banco Ciudad, Delfina Rossi, relató en Twitter que estaba embarazada de 10 semanas y que el desarrollo del embrión se detuvo. "Creemos que por causas genéticas, como pasa en el 20 por ciento de los casos. Me recomendaron la vía más segura y fisiológica: expulsarlo con misoprostol en casa", contó. En una farmacia la miraron "mal"; le dijeron que no vendían "esos" medicamentos. En otro local lo consiguió.
La hija del ministro de Defensa, Agustín Rossi, sintió "miedo" y "angustia". El suyo era un embarazo "deseado y buscado". Tras "72 horas sangrando" se dirigió al sanatorio. "Pasé 48 horas más internada con una intervención quirúrgica y transfusión de sangre”. La experiencia le dejó aprendizajes: "los abortos (o pérdidas) en el primer trimestre son demasiado comunes para ser un tabú y esconderlos por vergüenza. El procedimiento con misoprostol requiere de mucho acompañamiento y no puede costar 2500 pesos o más con obra social”, sentenció.
“La gestación es un tema social, no un secreto femenino. La sociedad debería acompañar la (o la no) maternidad pero, sobre todo, dejarnos ganar soberanía sobre nuestros cuerpos", expresó. Sugirió que "cualquier interrupción de embarazo" debería transitarse con una licencia laboral con goce de haberes que abarque también al "acompañante principal". Y concluyó: "¡Será ley!"