La escena parece extraída de una serie norteamericana: dos hombres sentados frente a seis fiscales. Uno de los interlocutores es un conocido narco que regentea una zona importante del cordón industrial. A su lado, un personaje investigado por lavado de activos. Los seis fiscales --entre los que no se encontraba quien lo investigara hasta poco tiempo antes-- escuchan que días pasados ambos habían ido a un parrilla de Puerto Norte, y que en la mesa de al lado, varios sujetos trajeados hablaban de los principales investigadores de la Agencia de Criminalidad Organizada y sobre la causa Ponce Asahad. "Escuchamos que iban a hablar con ustedes, y que sino, iban a hacer lo que había que hacer", dijo el más aplomado de los dos interlocutores, con experiencia en otras tantas batallas. Los pesquisas se abocaron de inmediato a registrar las cámaras de seguridad del lugar, en fecha y hora señaladas, pero no encontraron reunión alguna de esas características. La reflexión que hace uno de esos investigadores ante este cronista es clara: eran ellos los verdaderos mentores del mensaje. Rápidos de reflejos, los fiscales dejaron asentada la denuncia e iniciaron la investigación correspondiente, ya que la advertencia fue explicada como un abanico de opciones: desde campañas de desprestigio hasta violencia fisica. Esa fue la lectura que se hizo.  

El hecho había quedado registrado en la conferencia de prensa posterior a la declaración de Ponce Asahad, la que terminó de echar un gran manto de dudas sobre las formas de financiamiento de la política santafesina. A modo de resumen, el ex fiscal Ponce Asahad, preso en una causa por juego clandestino y extorsiones, acusó al senador Armando Traferri de ser el jefe de la asociación ilícita. También denunció cómo funcionaba la caja negra del juego clandestino y expuso el lugar y la frecuencia con la que el zar del juego Leonardo Peiti pagaba un monto fijo en las manos del ex director de la Policía de Inteligencia, comisario Daniel Corbellini. Lo hacía en un bar de Mendoza y Francia , del lado donde estacionan los autos. "El sobre lo llevaba Aníbal Porri quien me lo contó  y después Corbellini se lo daba a otros actores", dijo Ponce Asahad en su declaración. El ex fiscal aseguró que teme por su vida y que recibió amenazas en la cárcel para que "no cuente nada".

Respecto de Traferri dio detalles de cómo fue el iniciador de la relación entre el rey del juego Leonardo Peiti y la fiscalía. Pero también aportó minuciosos detalles sobre cada encuentro, cada llamada y cada cobro de sobornos.

A Peiti lo comparó con un pulpo con tentáculos en todos los estamentos de poder: nadie quedaba afuera de su jactancia: policías provinciales, federales y gendarmes. Por eso, su nuevo lugar de alojamiento es en la Policía de Seguridad Aeroportuaria. 

Finalmente, y como muestra del poder que maneja el senador Traferri, ventiló detalles de un asado en la casa del senador, en el cual también estaban invitados el Juez Federal Vera Barros y un Ministro de la Corte de Santa Fe.

También involucró como parte destacada de la asociación ilícita al ex ministro de Reutemann, Carlos Carranza. "Tienen que averiguar si no tiene el tercer Toyota" dijo en referencia a los autos que comprara el ex fiscal Patricio Serjal a una concesionaria oficial, a cuyo propietario le había cerrado una causa un tiempo antes. 

Será tarea de la Justicia corroborar datos, cruzamiento de llamadas y mensajes, celulares, cámaras de seguridad y demás elementos que aporten veracidad al relato de Ponce Asahad. No obstante, la contundencia del relato y los detalles aportados ya impactaron en la política santafesina.

Por último, aclarando que le producía mucho miedo contarlo, aseguró que Peiti le reconoció que también financiaba a la banda narco criminal Los Monos con dinero y plataformas de juego on line. Esto en rigor no es nuevo, ya que los propios fiscales Edery y Schiappa Pietra había revelado que la banda se cobraba parte del negocio explotando sus propios garitos. 

En uno de los párrafos  de su declaración, Ponce Asahad advirtió que “la política tomó una decisión para abroquelarse. En esta investigación falta una pata importantísima. Estoy seguro que ni usted ni ninguno de nosotros vamos a ver celeridad en los procedimientos en la Legislatura con gente de allí que está involucrada en esta investigación. No creo que pidan desafueros, que tendrían que hacer los señores fiscales. Y si lo hacen les van a dar 500 mil vueltas. No creo que convoquen a una Asamblea Legislativa con la rapidez que convocaron para remover a este ex fiscal. ¿Por qué? Porque hay una pata política fortísima en esta investigación. Y no viene de ahora”.

La Legislatura se convertirá desde hoy en un buena caja de resonancia. El  titular de la Cámara de Diputados Miguel Lifschitz citó para hoy a los presidentes de las distintas bancadas. En este sentido, a poco de reunirse con el resto de los bloques, el legislador del FSP Carlos del Frade dijo que : “Es imprescindible que el senador Traferri y la vicegobernadora hablen y expliquen desde la asamblea este jueves. Es un tema político. El silencio es salud era una de las consignas de la dictadura. Hablar y no hablar implica una diferencia del ciento por ciento. La política no debe abroquelarse como dice Ponce Asahad. Es fundamental explicar si no avanza la antipolítica y se multiplican las semillas del fascismo. También tiene que hablar Corbellini, Carranza y el juez federal Vera Barros. No todos los sectores políticos estamos involucrados pero estas denuncias ensucian a la mayoría si no hablan los directamente mencionados por Ponce Asahad”.