En cualquier encuesta, si se le pregunta al ciudadano si está de acuerdo en suspender las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el 70 por ciento se pronuncia a favor de la suspensión. Eso es así porque la gente considera que es un gasto innecesario de dinero o que está mal que se la obligue a votar a los candidatos de un partido. Si se explica mucho o se plantea la alternativa de que el voto no sea obligatorio, el 70 por ciento que dice que no a las PASO baja algo, aunque siempre hay mayoría en contra. Esa situación en la opinión pública es la que acompañará al Frente de Todos (FdT) y a los gobernadores cuando este miércoles se presente el proyecto de suspensión de las PASO. Enfrente, resurgirá la grieta: Juntos por el Cambio (JxC) saldrá a hacer campaña diciendo que la supresión de las PASO es una jugada para perjudicar a la oposición y que conspira contra la seguridad jurídica. No le va a resultar fácil sostener el argumento, ya que JxC propuso terminar con las PASO en 2019. El panorama es que tal vez la suspensión no perjudique a toda la oposición, pero sí al macrismo.
Federico Aurelio, titular de la consultora Aresco, sostiene que las opiniones sobre las PASO son muy negativas si uno pregunta únicamente: PASO sí o PASO no. “Hay que explicar mucho para que el porcentaje de opiniones en contra baje -afirma Aurelio-. Por ejemplo, hay que explicar que se trata de una forma más democrática de elegir candidatos, que permite abrir algo más a los partidos. Sin embargo, aún así hay mayoría que se opone”. Para Roberto Bacman, que encabeza el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), si uno introduce la alternativa de hacer las PASO con cambios, por ejemplo, sacándoles el carácter obligatorio, las negativas bajan. “De todas maneras, veo que esto caminará hacia la grieta, como tantos otros temas, a partir del hecho de que Juntos por el Cambio (JxC) empezará una campaña para mantener las PASO. La fuerza macrista que quería abolirlas, ahora se da cuenta que suspender las primarias los perjudica porque tiende a dividir el voto anti-peronista. O sea que a partir de esta misma semana, el tema ya será un tema de grieta”, diagnostica Bacman.
Más allá de las conveniencias, los argumentos de los gobernadores serán difíciles de contrarrestar: el año debe estar dedicado a la vacunación, no hay que sumar elecciones, no hay que sumar gastos, las PASO no sirvieron para dirimir candidaturas porque cada fuerza, en la mayoría de las provincias, tuvo una lista única. Del otro lado, JxC tiene un argumento que suena a débil: “no hay que cambiar las reglas de juego, no se puede afectar la continuidad jurídica”. El argumento es flojo teniendo en cuenta que Cambiemos quiso suspender las PASO en 2019 porque calculaban que las divisiones en el peronismo -entre kirchnerismo-gobernadores-massismo- podían ser resueltas en internas y, por lo tanto, las PASO resultaban útiles al FdT. Al final, el peronismo logró una única fórmula sin necesidad de PASO.
En 2021 el panorama es muy distinto. Los consultores coinciden en que a JxC le nació un grano que ya empezó a molestar en 2019: los llamados libertarios, que encabezan José Luis Espert, Javier Millei y Ricardo López Murphy. Algunos mencionan que consiguen el siete por ciento y otros hasta arriesgan que pueden llegar al diez por ciento. Son todos votos de la franja de Cambiemos. Pero, además, lo que se observa es que ante “el peligro" de que gane el peronismo como se vio en las PASO de 2019, termina yendo a votar más gente en la elección general y eso también juega a favor del sufragio en contra del FdT.
En 2020, Mauricio Macri-Miguel Angel Pichetto perdieron las PASO por 16 puntos, una auténtica paliza: 47,8 por ciento el peronismo, 31,8 por ciento JxC. Frente a la inminencia de la victoria de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, el macrismo y su alianza mediática reclamaron el voto útil y Macri-Pichetto terminaron perdiendo por la mitad, ocho puntos, 48,3 por ciento a 40,3 por ciento. Ese efecto voto útil o agrupamiento antiperonista es el que ahora defiende JxC.
Para colmo de males, los mayores peligros de ruptura, al menos hasta ahora, aparecen del lado de la oposición. No sólo porque los libertarios le disputan el terreno sino porque hay distritos en los que pueden aparecer las diferencias entre la corriente de Macri-Pichetto-Patricia Bullrich y la de Horacio Rodríguez Larreta-María Eugenia Vidal y una parte del radicalismo.
Los dolores de cabeza de la oposición no terminan ahí. JxC renueva los diputados de una muy buena elección, la de 2017, en la que para las bancas de senadores Esteban Bullrich le ganó a CFK en territorio bonaerense. Es difícil que se repita un resultado semejante, a menos que la perfomance del gobierno sea catastrófica, algo que no se verifica hasta ahora. Por el contrario, lo más probable es que haya un crecimiento de la economía y se transite por la vacunación, dos factores que le jugarán a favor. Una buena elección de medio término del FdT puede darle una preeminencia legislativa, sobre todo en Diputados, que hoy no tiene.