América Latina y el Caribe deberá olvidarse de la “lluvia de inversiones” como alternativa para superar la recuperación de la pospandemia. La inversión extranjera directa (IED) caerá hasta 55 por ciento en 2020 y entre 5 y 10 por ciento en 2021. Así, el año que viene la IED alcanzará su valor más bajo desde 2005 y la recuperación llegaría recién en 2022. Así se desprende del último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El máximo valor histórico de la IED en la región fue en 2012, y llegó a representar un 14 por ciento de las entradas mundiales, con las economías con crecimiento elevado y precios de las materias primas en auge. Luego, la caída fue casi ininterrumpida. En 2019 ingresaron 160.721 millones de dólares, monto un 7,8 por ciento menor al registrado en 2018.
Para 2020, la situación es todavía más compleja debido la crisis inédita del coronavirus, que llevará a una disminución de la actividad económica, con el PBI en los valores per cápita de 2010 y la pobreza en el nivel de 2006. En los primeros nueve meses, el valor anunciado se estima en 38.993 millones de dólares y la cantidad de proyectos asciende a 696, una baja de un 57 por ciento y un 53 por ciento, respectivamente.
La información oficial de este año llega hasta el segundo o tercer trimestre, según cada país. Las caídas más pronunciadas están en Perú (-79 por ciento), Colombia (-50 por ciento), Brasil (-45 por ciento), Argentina (-35 por ciento) y Chile (-33 por ciento), mientras que será menos pronunciada en México (-6 por ciento).
El informe de la CEPAL destaca la relevancia de la inversión extranjera en el desarrollo de la industria automotriz, telecomunicaciones, economía digital e industria farmacéutica. Sin embargo, asegura que “no hay elementos que permitan afirmar que la IED haya contribuido a que la estructura productiva de la región se modificara de manera relevante”.
Por este motivo, llama a los países a articular las políticas productivas, con la atracción de IED, y "recuperar el rol de las políticas industriales", para así transformar la estructura productiva con mayor tecnología y productividad, y que la región pueda incorporarse a la cuarta revolución industrial. Una "ventana de oportunidad" que podría traer la pospandemia son las políticas de deslocalización cercana (nearshoring) y relocalización (reshoring), donde podrían diversificarse las inversiones de multinacionales.
Argentina
La caída del 35 por ciento en las entradas de IED en Argentina corresponde al segundo semestre de 2020, contra el mismo período del 2019. Sin embargo, en el valor de los proyectos de inversión entre enero-septiembre, el país tiene un crecimiento del 7 por ciento con respecto al año anterior. “Argentina fue uno de los pocos países en que el monto de los anuncios de nuevos proyectos no disminuyó, por el contrario, creció”, dice el informe.
En 2019, Argentina se quedó fuera del podio de los cinco países de América del Sur que recibieron mayores inversiones (Brasil, México, Colombia, Chile y Perú). Ese año, las entradas de IED fueron de 6.663 millones de dólares, un 44 por ciento menos que en 2018, con las operaciones de mayor valor en el sector financiero. El año pasado, el proyecto de inversión de mayor volumen fue en la empresa Telecom, que anunció la voluntad de ejecutar inversiones por 2500 millones de dólares.