Desde el martes pasado, este grupo de más de 100 trabajadores temporarios metanenses decidió manifestar su descontento por la ausencia de proyectos de obra provinciales cortando la ruta nacional 9/34. Esa misma mañana, algunos funcionarios provinciales recibieron en la Casa de Gobierno al intendente José Issa y al senador departamental Héctor D'Auría, pero ante la falta de respuesta gubernamental, 43 referentes emprendieron una caminata de más de 140 kilómetros hasta la ciudad de Salta exigiendo ser atendidos por el gobernador Gustavo Sáenz.
El grupo de trabajadores desocupados salió el viernes a primera hora de la mañana desde Metán y arribó a la ciudad de Salta ayer por la mañana, sin embargo, no pudieron instalarse en la rotonda que se encuentra afuera de la Casa de Gobierno, en el barrio Grand Bourg, e incluso la Policía detuvo a dos de ellos que habían viajado en un vehículo con todas las provisiones para realizar el acampe.
Uno de los manifestantes, Ricardo Serrano, contó a Salta/12 que “los dos compañeros fueron detenidos antes de llegar a la Casa de Gobierno” y se les acusó por una contravención por intentar acampar en un espacio público de uso oficial. Horas más tarde, Hugo Cazón y Carlos Mendoza recuperarían la libertad.
“Era imposible acampar, estaba todo vallado y la policía impedía el ingreso”, afirmó Serrano, quien añadió que el único lugar que les dieron fue en "las afueras del Hogar Escuela”, y que no los dejaban utilizar las instalaciones “ni para ir al baño”. El Hogar Escuela está en el macro centro de la ciudad de Salta, a kilómetros de la Casa de Gobierno.
El trabajador indicó que iban a dormir allí, en las inmediaciones del Parque San Martín, y esta mañana esperaban ser atendidos por el gobernador Gustavo Sáenz. “Queremos que él nos reciba, porque ya mantuvimos reuniones con otros funcionarios y nunca nos dieron respuestas”, dijo. Explicó que tanto el ministro de Infraestructura, Sergio Camacho, como el secretario del Interior, Mario Cuenca, y el coordinador de Enlace y Relaciones Políticas, Pablo Outes, “lo único que nos prometen son obras para el 2021, y nosotros tenemos hambre ahora”.
Entre otros pedidos, reclaman obras de pavimento y adoquinado, la construcción de baños y el acondicionamiento de establecimientos educativos de Metán que ya estaban proyectadas para ejecutar por parte de las agrupaciones que nuclean a estos 100 trabajadores.
Muchos de ellos ya llevan 15 años dependiendo de proyectos temporarios y viviendo con la promesa, gestión tras gestión, de que serán incorporados a la planta municipal. Ricardo Serrano contó que en ningún caso, cada vez que reciben alguna obra, cobran sueldos que superen el salario mínimo vital y móvil. “A veces, si sale un desmalezado se cobran $7.000, o $10.000 como mucho”.
Y subrayó que algunos están sin trabajar desde que comenzó la pandemia, “otros tuvimos trabajos con módulos del IPV, pero en septiembre se frenó todo”.