Erase un pueblo encerrado entre el alambre de púas de una dictadura
y la imposición de ideas neoliberales que impedían saltarlo
cuando el ave Fénix surgió de las cenizas tomando altura
y vimos al inefable rostro de Leo Gak armando un plan para eliminarlo
Abraham Leonardo Gak, Leo , como lo llamábamos cariñosamente, fue mucho más que un simple docente y Contador Público. Contribuyó a crear en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA una corriente de pensamiento que representó una respuesta heterodoxa a la crisis argentina, el Plan Fénix , convocando a todos aquellos que como él, querían rescatar al país de la frustración y perversión a la que la dictadura militar y el neoliberalismo lo habían llevado.
Acompañado por grandes maestros como Julio Olivera y Aldo Ferrer, entre los muchos economistas y profesores de esa y de otras instituciones académicas que se sumaron al grupo, elaboraron un plan económico alternativo a los vigentes entonces en la Argentina. El Plan Fénix comenzó su labor en medio de la severa crisis económica, política y social que padecimos en el 2001 con conferencias magistrales que ponían al descubierto su profundidad afectando a todos los sectores de la sociedad y especialmente a los más carenciados, enajenando algunos de los principales activos y recursos con los que contaba el país y endeudándolo enormemente. .
Con una sonrisa desplegada siempre en su rostro, un lenguaje pausado y convincente y una gran calidez fue un animador incansable de las múltiples actividades realizadas en el marco del Plan: desde reuniones semanales en las que se discutían los problemas de la coyuntura y los de más largo plazo junto a temas generales y sectoriales, pasando por seminarios y conferencias con invitados especiales; economistas, políticos y especialistas argentinos y extranjeros; publicaciones diversas, libros y revistas (Oikos, Enoikos, Documentos y otras) que tuvieron contribuciones notables y espléndidas ediciones y en los últimos años, la creación de Voces en el Fénix en las que sobre la base de temas específicos los participantes de distintas disciplinas exponían sus investigaciones.
Conocí a éste incansable luchador por los derechos sociales y económicos de nuestro pueblo hacia el fin de la dictadura militar cuando trabajaba en el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas del cual Gak había sido ya presidente y en ese entonces presidente de la Federación de Graduados en el ámbito nacional, siempre dentro de una corriente de ideas socialistas.
Unos años más tarde, cuando devino el fin de la dictadura militar y la democracia retornó a la Universidad, volví a reestablecer un contacto casi permanente con él en su rol de secretario académico de la Facultad y yo como docente de Historia Económica Argentina.
En el 2001, concibiendo lo que sería ya el Plan Fénix, me invitó a participar de una conferencia sobre la posición internacional del país, que luego formaría parte del documento inicial del mismo, publicado en Enoikos en septiembre de ese año en el que intervinieron Julio H. G. Olivera, Benjamín Hopenhayn, Alejandro Rofman, Luis Beccaria, Jorge Schvarzer, Héctor Walter Valle, Aldo Ferrer, Alfredo T. García, Hugo Nochteff, Arturo O’Connell, Marcelo Ramón Lascano, Salvador Treber, Rubén Berenblum, Jorge Katz, Oscar Oszlak, Eduardo Basualdo, Daniel Azpiazu y el autor de esta nota.
A partir de entonces, por más de veinte años, Gak no cesó de abrir surcos en el pensamiento crítico argentino a través de esta herramienta única en su género en el ámbito académico.
Era un defensor acérrimo de la participación del Estado en la economía y de la educación pública en la formación de nuestros jóvenes. Fue, sobre todo, un gestor y organizador de actividades que nuclearon a profesores y estudiantes, universitarios y secundarios (también tuvo el cargo de rector del la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini) ávidos de conocer, aprender, estudiar y modificar la realidad del país y combatir las dañinas ideas del neoliberalismo. Fue además defensor del pueblo en Morón y columnista en Página/12.
Su recuerdo nos acompañará siempre.