El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, sonríe ante la consulta de qué diálogos mantuvo con el presidente Alberto Fernández acerca de la suerte que los acompañó en su primer año de gestión, que se cumple hoy. Si ya la tenían difícil con una economía en recesión y default, la aparición de la pandemia a poco de andar puso todo patas para arriba. Pero no suelta prenda sobre esas charlas privadas y se centra en una cerrada defensa de lo actuado por el Gobierno en medio de las complicaciones. La charla en su despacho coincidió con la aparición de la nueva carta de la vicepresidenta Cristina Kirchner. "Puede haber pensamientos diferentes en el Frente de Todos, pero los objetivos son los mismos", sostiene respecto al meneado vínculo entre presidente y vice.
-¿Cuántas cosas habían imaginado hacer con Alberto Fernández hace un año atrás tuvieron que dejar en el camino?
-Está el discurso de asunción y el del 1 de marzo de Alberto en el Congreso, el 3 de marzo tuvimos el primer caso de coronavirus y el 19 de marzo ya estábamos en aislamiento obligatorio. Es decir, ya estábamos gestionando la pandemia. Un suceso totalmente inesperado que cambió la proyección de la agenda pública que teníamos. Hay cosas que se vieron postergadas porque hubo que direccionar todos los recursos y la gestión hacia la pandemia, pero rápidamente pudimos empezar a trabajar sobre los ejes que nos habíamos comprometido. Un cambio de prioridades que implica abandonar un modelo de especulación financiera e ir hacia un modelo de producción y trabajo.
-¿En qué se ve este cambio de modelo?
-En el Presupuesto 2021 que visiblemente abandona un modelo de especulación financiera y pago de intereses de deuda y vincula la inversión del Estado en obras públicas, generación de empleo, inversión social, educación, ciencia y tecnología, salud.
-Mirando hacia atrás, ¿cuál considera que fue el gran acierto del Gobierno en este año y qué cosa se podría haber hecho mejor?
-El gran acierto del Presidente fue haber leído que la pandemia se avecinaba y había que actuar. Fue la incorporación de una nueva ética política, que es la ética del cuidado. Es el cuidado de la salud, de los ingresos, de la familias y hasta del trabajo y de las empresas, principalmente las pymes. En salud, se hizo una gran inversión de 45 mil millones de pesos para fortalecer el sistema sanitario, se construyeron hospitales modulares, se ampliaron unidades de terapia intensiva, se repartieron equitativamente respiradores en todo el país. Se garantizó infraestructura para que cualquier argentino que necesitara asistencia, la tuviera. A eso le podemos sumar el IFE en el cuidado de los ingresos familiares, las tasas subsidiadas para los trabajadores autónomos y las pymes, la ATP para que pueda cumplir con los salarios. Son políticas que en 45 días llegaron a millones de argentinos con una inversión del Estado de casi 7 puntos del PBI.
-¿Y, por el contrario, qué cosa no estuvo bien pensada o se podría haber hecho diferente?
-No quiero evitar la respuesta, pero la verdad que para una pandemia no hay manual. Hubo mucho aprendizaje en el camino. Caerle hoy a alguna política o a alguna gestión no contribuiría en nada. Seguramente algunas cosas no salieron como uno pensaba, también que hubo sectores que se deterioraron hasta que comprendimos que también necesitaban ayuda. Por ahí eso se podría haber evitado.
-Llegan al término de un año muy complicado con un índice de pobreza del 44,2 por ciento, según la medición de la UCA. ¿Cuándo imaginan que esos números se pueden empezar a revertir?
-Obviamente, es un año de pandemia muy difícil que golpeó a toda la actividad productiva, que termina poniendo en graves dificultades a todos los sectores y, en especial, a los más postergados. Por eso diseñamos tempranamente todas las políticas públicas relacionadas a temas de ingresos y de apoyos. El informe de la UCA acepta que estas cifras serían tremendamente más acuciantes si no hubiera existido un acompañamiento del Estado. Como gobierno peronista nos duelen mucho estos índices, pero nos ocupa. Estamos con la expectativa de revertirlos en el menor tiempo posible porque las familias argentinas no pueden esperar.
-¿No es complicado en este contexto dejar de pagar el IFE y la ATP?
-No, porque el Estado no se está retirando. El IFE tuvo sentido en un momento de gestión de la pandemia y llegó a 9 millones de argentinos. Buena parte de ellos ya están recuperando niveles de empleo, algunos de ellos son trabajadores registrados. Hoy, teniendo en cuenta que hay otra instancia de gestión de la pandemia, lo que estamos haciendo es adecuar esos instrumentos. Tenemos ejes distintos de abordaje: se amplía el programa Potenciar Trabajo que fomenta la economía popular, se amplía en un millón de beneficiarios la AUH y el programa Progresar para los jóvenes. Es decir, se trabaja de forma más focalizada y sostenida. Lo mismo con la ATP, las empresas con dificultades pueden acceder al Repro.
-¿Qué precisiones hay respecto a la llegada y la aplicación de la vacuna?
-Los contratos que firmamos establecen plazos de entrega que ya adelantó el Presidente. Respecto la vacuna rusa Sputnik, es una parte en diciembre, luego en enero y febrero. Hay acuerdos previos con la vacuna de AstraZeneca y Oxford, que se fabrica en Argentina para toda Latinoamérica, que también tienen plazos de entrega que estamos tratando de acelerar. También invertimos tempranamente recursos en el mecanismo internacional Covax, que nos da expectativas de conseguir vacunas rápido. Lo que se busca es evitar la segunda ola de contagios, por eso trabajamos en todos los frentes. Las fechas son arbitrarias. Tenemos estas estimaciones que están en los contratos.
-¿Piensa en un rebote de la economía a partir de la aplicación de la vacuna?
-Acá no hay brotes verdes ni segundo semestre. Hay un gestión muy dedicada a resolver los problemas de los argentinos, de a poco y sin manipular datos como nos acostumbró el gobierno anterior, y a trabajar con mucha responsabilidad. Podemos ver que las obras públicas comienzan a funcionar, finalizando obras que se comenzaron en la pandemia. Hay sectores productivos que ya están creciendo por encima del año pasado. Tenemos expectativa de tener un crecimiento sostenido el año que viene.
-¿Está conforme con el funcionamiento del gabinete o podría haber algún otro cambio?
-En pandemia pudimos llevar adelante obra pública, hacer hospitales modulares y kits de testeo, programas de asistencia a las familias más humildes, el ATP y IFE, reestructuramos el 99 por ciento de la deuda privada que nos dejó el macrismo. Me parece que el gabinete funciona muy bien.
-¿Se van a suspender las PASO?
-Los gobernadores le manifestaron al Presidente que ven dificultades de llevar adelante las primarias porque van a estar en pleno proceso de vacunación. El Poder Legislativo evaluará la posibilidad, porque se necesita consenso político. Si hay consenso, nosotros no lo vemos mal.
-¿Cómo llegará el Gobierno a las elecciones de octubre?
-Veo que ganamos. Vamos a estar en una instancia de recuperación económica luego de la epopeya de la vacunación. Esperamos que los argentinos le den una vez más un voto de confianza a este Frente que le tocó la pandemia y así y todo pudo resolver temas estructurales para el país.