-Hay una insistencia en el análisis político en marcar las diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. ¿Eso es así? Y, si lo es, ¿qué tanto dificulta la gestión?
-Hay una idea permanente de tratar de buscar la desunión del Frente de Todos. Hay sobre interpretaciones respecto al vínculo del presidente y la vicepresidenta que no son ciertas. Hay una complementariedad entre Alberto y Cristina que hizo que se conformara el Frente y se ganaran las elecciones. Puede haber pensamientos diferentes en el Frente de Todos, pero los objetivos son los mismos.
-A propósito del año de gobierno, la vicepresidenta sacó una nueva carta con muchas críticas al accionar de la Justicia. Además, hay sectores dentro del Frente de Todos que entienden que continúa vigente lo que se llama lawfare y que el Gobierno tendría que actuar con más decisión para desmontarlo. ¿Qué opina?
-Lo que hay que tener claro es que es otro poder del Estado. En su momento, el Presidente también manifestó que no estaba satisfecho con parte del funcionamiento de la Justicia, sin generalizarlo. Por eso, se trabajó en un proyecto de ley de reforma judicial que tiene media sanción y que debe ser tratado en la Cámara de Diputados. Si mandamos un proyecto, si convocamos a los juristas más importantes para que tengan voz sobre cómo ven a la Justicia, efectivamente vemos que hace falta que la Justicia empiece a funcionar mejor. Que dé certezas y abandone los vaivenes de la política, y robustezca su perfil independiente.
-Está claro que eso va a demandar un tiempo y hay sectores que ven que ya pasó un año de gobierno y la Justicia básicamente sigue con el mismo funcionamiento.
-Eso no es algo que se haga desde el Poder Ejecutivo. Claramente, para nosotros el funcionamiento de la Justicia no es correcto y por eso enviamos un proyecto de reforma judicial. Ese es el procedimiento, no hay otro.