Niñas, adolescentes y adultas abortan.
A veces mueren. Otras no mueren, pero cargan en sus vidas las marcas estragantes de la clandestinidad, la crueldad, las violencias padecidas.
Lo traumático no es el hecho del aborto en sí, sino el caudal de violencias que arrastra. Ser una mujer con derecho a decidir la propia vida muchas veces es algo inimaginable. La culpa corroe algunas veces durante toda una vida.
Sabemos lxs analistas que contra esas marcas se lucha toda la vida. A veces la vida entera. Sabemos el triunfo que implica reponerse, ganar la partida.
Mientras tanto, hay quienes se atreven a decir cualquier cosa con la autoridad única del traje y el podio.
Pero lo sabemos: el rey está desnudo. Más desnudo aún cuando habla y dice disparates.
Se atreven... Pero somos nosotras las atrevidas. El atrevimiento de hacer que sea ley la decisión sobre la propia vida, para todas las mujeres. Niñas, adolescentes y adultas.
Lila María Feldman es psicoanalista.