El viernes 4 de diciembre, cuatro días antes y a 100 metros de donde fue asesinado de un disparo el quiropráctico Dimitri Amiryan cuando intentaron robarle la bicicleta en la que circulaba por el barrio porteño de Retiro, tres jóvenes quisieron robar a otro ciclista. Si bien tras el homicidio de Amiryan la policía detuvo a un adolescente de 15 años a quien le secuestró un revólver calibre 32, en este caso previo, ni el policía que estaba de consigna en el lugar ni los que llegaron en patrullero intervinieron cuando la víctima del intento de robo les dio aviso. Si fueron los mismos jóvenes los que intervinieron en ambos hechos, si faltó prevención, es algo que podrá establecer la justicia tras la denuncia por incumplimiento de deberes de funcionario público que presentó el sociólogo e integrante del Llamamiento Argentino Judío Jorge Elbaum, impactado por la muerte del quiropráctico y por el ninguneo que sufrió de parte de los uniformados.
La secuencia de los hechos que relató Elbaum a Página/12 son los mismos que consignó en su denuncia ante el Ministerio Público Fiscal luego de enterarse, el martes pasado, de que un ciclista había sido asesinado en un intento de robo a metros de donde a él intentaron robarle tres jóvenes mientras andaba en bicicleta, y la policía no le prestó colaboración cuando les pidió ir a buscarlos.
Mientras se vuelve a agitar el debate sobre la baja de la edad de imputablidad y un nuevo Régimen Penal Juvenil tras el homicidio de Amiryan, la denuncia sobre el accionar de los uniformados desplaza el eje de la discusión hacia las medidas de prevención que se implementan o se dejan de implementar a la hora de hablar de seguridad.
"A esta persona la mataron el martes a la mañana, y yo el viernes anterior estaba andando en bicicleta por el mismo lugar a las seis de la tarde", contó Elbaum, quien agregó que todo su recorrido y horario quedó registrado en el GPS del reloj y la aplicación para contar kilómetros conectada a su celular que utiliza cada vez que sale en bici, datos que fueron aportados a la denuncia.
Elbaum detalló que "venía por la calle San Martín, y en el cruce con Gustavo Martínez Zuviría tres pibes salieron de sopetón como de la esquina y cuando pasé por delante de ellos uno se adelanta y me empuja en diagonal por la espalda con la intención de que me cayera. Pero no me caí y llegué enderezar la bici y, por el julepe, me apuré a pedalear. Cuando miré para atrás, los veo que tras fracasar en el intento de tirarme se van hacia la estación de Retiro".
Cincuenta metros más adelante vio un policía que estaba parado. "Me acerqué y le dije 'mirá vamos hasta ahí porque me acaban de tratar de robar unos pibes y los agarramos', pensando que esto le puede pasar a otro. Y el cana en lugar de acompañarme empieza a dar vueltas, y me dice 'ah, sí, son tres, ¿no?' Le digo que sí, son tres, vamos. Y me dice 'no, esperá, esperá', y en ese momento justo llega un patrullero. Les explico rápido la situación para no perder tiempo, y otra vez me dan vueltas, y me dicen 'ya los vamos a agarrar. Sí, son tres pibes, sabemos que son tres'. Y me agarró una calentura doble, por lo que me había sucedido y por la inacción. Me fui y me quedé pensando que, o son unos vagos o están linkeados con los pibes".
Cuatro días después, cuando se difundió la noticia sobre el homicidio del quiropráctico armenio, que vivía desde hacía 20 años en Buenos Aires, la bronca y la calentura de Elbaum se reactivaron ante la falta de prevención que mostraron los uniformados y la posibilidad de que en ambos hechos hayan intervenido los mismos jóvenes. "Me agarró un ataque, me sentí culpable, y presenté la denuncia ante el Ministerio Público por incumplimiento de los deberes de funcionario público. La noticia del homicidio fue aprovechada otra vez para insistir en que el problema es la edad de imputabilidad, pero no se habla de la prevención", remarcó.
En este sentido, Elbaum remarcó en su denuncia ante el Ministerio Público que lo que la motivó fue que "además de hacer referencia de un hecho traumático personal se debe a que la falta de prevención, que sugerí, mantiene indudables coincidencias con el trágico desenlace del ciudadano Dimitri Amiryan que vivió la misma circunstancia que yo y que 4 día después fue asesinado. Conjetura que de haberlos detenido preventivamente o de estar más atentos a esa esquina de San Martín y el cruce con Gustavo Martínez Zuviría, en la plaza Salvador María del Carril, hoy --quizás-- podríamos no lamentar ese trágico suceso. Insisto en el hecho de que los policías no accedieron a acompañarme pese a que estaban a 100 metros de distancia de los tres muchachos que habían intentado robarme".
Y completó su idea señalando a este diario que los policías "no tuvieron intención de actuar en ningún momento. Lo que más me dolió es la sensación de saber que si los hubiesen detenido, o hubiesen hecho prevención prestando más atención a esa esquina, aunque, claro, es una fantasía contrafáctica, no estaríamos lamentando un muerto".