En el cruce argumentativo entre celestes y verdes que se dio en la Cámara de Diputados hubo pocos encuentros. Mientras de un lado, intentaron esquivar el debate hablando de lo inoportuno y oportunista del tratamiento del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (IVE), del otro hablaron del aborto como una cuestión de salud pública y derechos de las mujeres y género. Mientras unos discursos volvieron una y otra vez a hablar del comienzo de la vida, los otros hablaron de la autonomía de las mujeres. Quienes defendieron el derecho del “niño por nacer”, se enfrentaron a quienes hablaban de la violencia que significa obligar a niñas violadas ser madres. Unos apelaron a la justicia divina, otros a la justicia social. Mientras del lado verde hubo diputados varones que se preguntaron por la pertinencia de hablar sobre una ley en la que no pondrán el cuerpo, del otro se arrogaron el derecho a imponer sus ideas a todas las mujeres, niñas y personas gestantes del país. Aquí un repaso de los principales ejes.

#Quesealey

Del lado de los pañuelos verdes, los discursos se centraron en hablar de la urgencia del tema y en que el presidente lo viene anunciando desde la campaña electoral. También corrieron el eje de aborto sí o aborto no, para hablar de clandestinidad o aborto seguro. “Lo que mata, mutila es la clandestinidad”, apuntó el diputado Sebastián Nicolás Salvador, de la UCR. También hicieron eje en plantear que la ley otorga un derecho, pero no obliga a nadie a ejercerlo. “Ninguna mujer va a ser forzada a ser madre ni ninguna mujer va a ser forzada a abortar tampoco. Reconocer un derecho no implica obligar a su ejercicio, sí terminar con la injusticia de negarlos”, apuntó la mendocina Jimena La Torre de la UCR.

La maternidad forzada de niñas y adolescentes fue uno de los problemas que se pusieron en escena durante la jornada. María Lucila Masin, diputada del Frente de Todos contó la historia de una niña de 10 años del Impenetrable Chaqueño que fue víctima de un abuso y la obligaron a parir. Y hoy a los 13 años tiene dos hijos. “Estos son los casos en los que se obliga a las niñas a maternar. Cuando el Estado no garantiza un aborto seguro nos violenta”, señaló. "Obligar a una nena a parir es cruel. El abuso sexual es una bala psíquica en la cabeza de la víctima. Dejen de obligar a parir a las víctimas. Nadie puede ahijar a algo producto de una violación.", planteó en su momento Jimena López, del Frente de Todos.

Las creencias religiosas también se expusieron de este lado, pero para plantear que la IVE es una cuestión de salud pública y de derechos, no de dogmas. Mario Leito, tucumano del Frente de todos, contó que viene de una familia cristiana pero, “hoy tengo la obligación de tener otra mirada porque formo parte de un movimiento que se basa en la justicia social. La Biblia no puede ser la única respuesta que nosotros le demos a las mujeres que han tomado la decisión de interrumpir su embarazo”.

Se habló de “deconstrucción” para llegar a este voto. Así lo hizo Adriana Cáceres, del Bloque Pro, quien habló de su propio camino en la toma de conciencia de los derechos de las mujeres. La transversalidad de género del tema quedó en evidencia con su testimonio. En el mismo sentido, Carlos Cisneros, del Frente de todos, dijo: “Tengo 58 años, creo que hace 10 años no hubiese votado esta ley, pero uno se va deconstruyendo. Por eso acompaño la ley, para que haya justicia.” Muchos varones hablaron de la responsabilidad y de acompañar a las mujeres. En esa línea, Hernán Pérez Araujo, del Frente de Todos de La Pampa, contó que tuvo dudas en hablar porque “qué decir sobre una cuestión a la que yo no voy a ponerle el cuerpo. Entonces, como hombres, señores diputados, tenemos que hacernos cargo de esta situación.”

#Quenosealey

Tal vez el argumento más fuerte que invocaron quienes votarán en contra del proyecto de IVE fue el no argumento, es decir, que este no es el momento para este debate. Por un lado, porque no sería un tema que preocupa a la población, mientras se atraviesa este año de pandemia y crisis económica. “Hoy la agenda de Argentina pasa por otros problemas. Cuando uno habla del descreimiento de la política es porque muchas veces aprobamos leyes que después no se traducen en realidad”, planteó Juan Cano, diputado por la UCR de Tucumán. Por otro lado, plantearon que no estarían dadas las condiciones sanitarias. O directamente que hay temas más importantes que afectan a las mujeres, como los femicidios. “¿En las provincias del interior no hay ESI, no hay anticonceptivos, en serio quieren arrancar por el aborto? En estos momentos críticos debiéramos estar tratando la inseguridad, el desempleo, la pobreza crónica”, la diputada tucumana Lidia Inés Azcarate (UCR). La otra cuestión omnipresente fue desentrañar el origen de la vida. Azcarate había empezado diciendo que “no se ha podido demostrar que la vida no empieza desde la concepción”, el argumento tal vez más repetido por las y los diputados durante la jornada y los debates previos de este año y de 2018. También se habló una y otra vez sobre la defensa de las dos vidas. “¿Quiénes somos nosotros para definir quien vive y quien no? Me duele que estemos perdiendo el valor de la vida”, planteó Beatriz Ávila del partido por la Justicia Social.