Tata está en un pequeño paraíso. La musculosa de los Boston Celtics que lleva puesta sintoniza con el fondo, donde abundan los verdes hasta que, sobre el horizonte, el mar azul se recorta solo, prístino y calmo. Como último campeón de Red Bull Batalla de los Gallos argentina, Cristian Sosa va a ser el representante del país entre los dieciséis que se miden este sábado en la internacional de República Dominicana.
El triunfo del MC de 32 años en la nacional de noviembre, que lo ubicó como uno de los dos bicampeones del circuito local, junto con Dtoke, significó muchas cosas. Primero, para él, que tomó el reto de bajar al llano con su prestigio como ganador de 2012, después de años sin competir. Segundo, para el freestyle como disciplina en la que -como en otros campos- la juventud es entendida como un valor en sí misma, y donde la técnica parecía querer pasar por arriba al contenido.
Actor de memorables y virales momentos, como aquellos minutos contra Kodigo en la Red Bull nacional de 2015, o el minuto contra Kusa en la edición más reciente, Tata es, además, un activo agitador de la cultura hip hop desde DAMN!, programa que emite por su propio canal de YouTube tres veces por semana.
“No hay ninguna diferencia con la nacional. Lo único que trato de hacer es de rapear, compartir, ejecutar las ideas que tengo en la cabeza, nada muy metódico”, le comenta a El NO en cuanto a la preparación para este evento. Desde hace días está con sus colegas en un micro Edén del país anfitrión, porque este año se va a disputar la primera Batalla de los Gallos internacional sin público de la Historia, que se va a poder ver desde las 16 por Red Bull TV, y también por YouTube.
Un vieja escuela en Santo Domingo
En 2012 también fuiste campeón argentino, pero no hubo competencia internacional, grabaron un disco con los otros campeones. ¿Se equilibran la distención y la concentración para un evento tan grande?
--Los primeros días estuvimos un poco recluidos, por los testeos. Nos pidieron que tratáramos de quedarnos en nuestras habitaciones, no juntarnos. Ahora estamos compartiendo, disfrutando de este lugar. Cuando estoy solo en la habitación pienso un poco en lo que viene, pero no sirve de mucho quemarse la cabeza días antes. La noche anterior, o el día de la batalla, sí hay una concentración, cada uno empieza a tomar conciencia de lo que sucede. En 2012 era puro divertirse y grabar. Acá también, pero llega un momento en el que hay que ponerse serio.
¿Qué elemento te puede hacer ganar esta internacional?
--No sé si hay un solo lugar por donde pueda entrar. Sé todas las habilidades que tengo, lo más importante es que se encienda esa chispa de cuando pasan las cosas que quedan para el recuerdo. He tenido la característica, a lo largo de los años, de dejar batallas icónicas, o minutos virales. Uno no tiene un botón en la cabeza para accionar eso, pero creo que es el camino. Después, siempre tratar de responder, de hacer todo lo más espontáneo y creativo posible en el momento. A veces uno recibe un ataque y responde de una forma muy básica, porque no le dio para crear una idea. Voy a ver si en esta internacional puedo conectar la espontaneidad en la respuesta y el ataque, con los condimentos que sé que puedo utilizar.
¿Por qué pensás que ganaste?
--Creo que me metí mucho en la cabeza del otro, y traté de responder todo el tiempo. Lo más fuerte mío fueron el argumento, y la verdad. A veces, los argumentos no tienen que ver con la verdad, porque la discusión que se está llevando a cabo es algo más metafórica. Fui muy poco metafórico, bien directo.
Tu victoria se pudo interpretar como un rescate de la esencia del freestyle por sobre los tecnicismos, ¿vos cómo la leés?
--Más que nada fue un ejemplo para los de mi generación, y la generación más grande que yo. Demostrar que se puede seguir intentando, que no sólo si sos joven podés trascender en esto, o al menos tratar de hacer lo que quieras. No significa que los que comparten mi edad tengan que competir en una batalla y ganar, sí que pueden intentarlo. Quizá pensás que ya te pasó el tren, o hay una jugada generacional que indica que tenés una sola oportunidad. Yo creo que pasa por otro lado. Está bueno ser un ejemplo de eso para muchos, que sé que son muy buenos y no tienen tanta exposición. Yo también tenía muchos miedos, complicaciones, y lo intenté igual.
A la par que volviste a las batallas, decidiste dejar de ser jurado en FMS, lugar que ocupás desde que empezó la liga. ¿Qué llevó a esa decisión?
--Se podría entender como que entrar a las batallas y dejar de ser jurado van unidas, pero antes de anotarme en la Red Bull ya no tenía más ganas de ser jurado de FMS, ni de ninguna competencia. Desde 2011 que soy jurado, desde los eventos más chiquitos hasta los más grandes. Este fue mi tercer año de FMS, ya me hinché las pelotas, me aburrí. Básicamente, es eso. Después se me fue encendiendo la llamita de volver a competir. Ahí terminó de unirse todo.
¿Y qué pasó en tu cabeza?
--Quería ver, en función de los resultados, con qué fuerza iba a volver. Si hubiera perdido en primera, sería mucho más difícil seguir retomando, con todas las complicaciones que tengo para llevar a cabo esto. Más allá de que no tengo tanto hate -aunque siempre va a haber alguien que te putee-, me cansó toda esa movida, con la exigencia que tiene ser jurado de FMS. Los primeros años sí estaba motivado, era un desafío. Una vez que le agarrás la vuelta, se vuelve un poco tedioso. Me pone muy feliz que haya entrado Núcleo en ese lugar.
Sos de los que sostienen que ponerles tantas pruebas a los competidores no ayuda a sacar lo mejor de cada uno. ¿Eso también influye?
--Voy a intentar entrar a FMS. De lograrlo, me gustaría hacer otras cosas. De última, perderé todo el año, no me importa. El formato lleva a la persona a acostumbrarse, y a no innovar ahí dentro. Eso hace que por momentos se vuelva muy aburrido. Si te toca rimar con “casa”, y me decís que me robás la casa, sí, estás cumpliendo con el formato, pero me parece lo más chato que hay. Por ahí metiste otra rima increíble que no funciona para ese formato.
En la final contra Wolf, casi pasás de largo con los emojis…
--Sí, casi pierdo ahí. Sabía que estaba medio en el horno cuando lo estaba haciendo, pero no lo pude evitar. Algo así le pasaba mucho a Replik en FMS. Por ahí tiraba una alta rapeada que no funcionaba para lo que pide el formato. Si terminando la cuarta barra no concluiste algo, lamentablemente… A veces él sumaba 1, 1, y 3, porque las primeras ocho barras fueron todo lo que había construido para llegar a ese 3. Pero si lo pasás a una planilla, el otro te come en esos tres compases con un 2, 2, 2. Es un quilombo todo eso, prefiero rapear, y que con los números se vuelva loco otro.