Un estudio del ministerio de Desarrollo Productivo establece que las mujeres ganan 14 por ciento menos en promedio que los hombres, a pesar de tener en general mayor nivel educativo. La brecha se amplía al 24 por ciento cuando se analizan los salarios totales.
Así surge del informe "Brecha salarial de género en la estructura productiva argentina", elaborado por el Centro de Estudios para la Producción (CEPXXI) del Ministerio.
El reporte remarcó que hay "una importante diferencia en la cantidad de horas trabajadas remuneradas a la semana", entre mujeres y hombres.
En el informe se lee que mientras "las mujeres en promedio trabajan 30 horas a la semana en tareas remuneradas, los varones lo hacen 40 horas". Esta diferencia se explica por "la mayor cantidad de tiempo que las mujeres dedican a las tareas dentro del hogar, y es uno de los factores que agrava aún más las diferencias en el salario mensual entre géneros". Además, "la brecha salarial de género es especialmente alta en el cuentapropismo, donde las regulaciones laborales (como los convenios colectivos de trabajo) tienen escaso peso".
En tanto, la brecha de género en el salario por hora es considerablemente menor en el sector público, un ámbito más regulado de la economía, según el informe de la cartera que dirige Matías Kulfas. El estudio también apuntó a la edad como "factor relevante a la hora de determinar los salarios, dado que una mayor experiencia laboral suele ir de la mano de mayores remuneraciones". No obstante, "la prima salarial por edad es notoriamente mayor en los varones; de este modo, las brechas de género tienden a incrementarse con la edad".
De acuerdo con el reporte, el hecho de que las mujeres "tengan en promedio un mayor nivel educativo que los varones sugiere que el mercado de trabajo no 'premia' esa mayor educación en términos de acceso a puestos más calificados, lo cual constituiría en sí misma otra brecha de género". De tal modo, "la brecha salarial es solo una de las formas en que la discriminación por género aparece en el mercado de trabajo".
Otros elementos que "difieren considerablemente entre varones y mujeres" son la tasa de actividad, la tasa de empleo y la proporción de trabajo. En tal sentido, ello "sugiere la existencia de otras brechas que pueden ser tanto o más relevantes que la salarial, en particular dado que el flujo de ingresos de los hogares feminizados depende del salario horario femenino pero también de las horas trabajadas por mujeres".