Desde hoy y hasta el 29 de diciembre, fecha prevista para que el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) se trate en el recinto, todas las miradas estarán puestas en el Senado. La iniciativa que obtuvo media sanción en Diputados este viernes por la mañana, después de más de 20 horas de sesión, ya tramita en la Cámara alta y comenzará a debatirse formalmente el próximo lunes. Poco antes del mediodía, Cristina Fernández de Kirchner, en su rol de presidenta del cuerpo legislativo, ya había resuelto y comunicado el giro a las Comisiones de Justicia, Salud y Banca de la Mujer. Al mismo tiempo, en medio de un clima de optimismo, las legisladoras más comprometidas con el debate comenzaron a trabajar para asegurar la mayoría necesaria para lograr la sanción de la ley.
Según pudo confirmar Página/12 el plenario de Comisiones que conducirá la presidenta de la Banca de la Mujer, Norma Durango, trabajará toda la semana. El lunes, desde las 14, el Ministro de Salud, Ginés González García; la Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; y la secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra; abrirán el debate en la Cámara alta. Martes y miércoles será el turno para la exposición de los especialistas propuestos por los legisladores. Desde la conducción del plenario esperan que no superen la decena por bando, pero eso aún es materia de negociación. El jueves estará reservado para el debate entre los senadores y para pasar el dictamen a la firma, lo que dejará al proyecto en condiciones de ser llevado al recinto la última semana del año. La fecha prevista es el 29, pero las conexiones para la sesión remota estarán listas un día antes por si las autoridades deciden adelantar 24 horas el debate.
Respecto de los tiempos en los que se dará el debate, la propia Durango fue la que aclaró que la lista de expositores en Comisión será "más corta" que en la Cámara de Diputados y se invitará "a hombres y mujeres que están a favor y en contra" de la norma. En ese contexto, el pedido expreso para los senadores fue que lleguen a un acuerdo para que expongan los especialistas que puedan ser más significativos para cada sector.
Al igual que sucedió en Diputados al inicio del debate en Comisión, las verdes son optimistas. El recuento de votos que circula en los grupos de WhatsApp de legisladores y asesores muestra 36 votos a favor del proyecto y 35 en contra. Sin embargo, nadie se anima a dar por definida la votación. El escenario ajustado y el clima de violencia que se vivió puertas afuera del Congreso durante el tratamiento en la Cámara baja, que incluyó escraches y amenazas de muerte contra algunos de los legisladores que acompañaron la iniciativa, mantiene en alerta a las senadoras del Frente de Todos.
Así las cosas, con una definición que será voto a voto, sigue sin estar descartada la posibilidad de un empate que debería definir la presidenta del Senado, Cristina Fernández Kirchner.
En ese marco, y con la misión de tomar todos los recaudos para no perder ningún voto, las verdes buscarán mantener en el anonimato a algunos de los senadores que todavía no se pronunciaron públicamente, pero que ya tienen decidido su voto afirmativo. “La semana pasada, tras las declaraciones de algunas diputadas y la aparición de notas que daban por sentado que estaban los votos en el Senado para aprobar la ley comenzaron las presiones y los aprietes”, explicó una fuente parlamentaria a Página/12.
En la batalla parlamentaria, las verdes sienten
que tuvieron su primera victoria con las Comisiones asignadas por CFK para abordar
el tema. De las tres Comisiones que intervienen, dos son presididas por senadores
que están a favor del proyecto: Norma Durango (Banca de la Mujer) y Oscar Parrilli
(justicia). Ante este escenario, las senadoras recuerdan que en 2018 Gabriela
Michetti giró la iniciativa a Salud, Justicia, Asuntos Constitucionales y
Presupuesto, y que tres de las cuatro estaban presididas por senadores que
votaron en contra.
Así como entre los pañuelos verdes prima el optimismo de cara a la definición en el recinto,
entre lo celestes se nota el desánimo. Son conscientes de que los números no
los favorecen y la decisión de acelerar los tiempos de un debate, que en principio
se había previsto para febrero, los hace pensar que el oficialismo tiene los
votos garantizados para que la interrupción voluntaria del embarazo sea ley
antes de fin de año.