Para el diputado Rodolfo Tahilade, la intención de la petrolera estatal YPF de comprar parte de los activos de Shell esconde más preguntas que repuestas. En una presentación judicial que busca evitar esta transacción, Tahilade la enmarca en un “conjunto de maniobras de vaciamiento” que se estarían desarrollando en YPF, con el “claro propósito de erosionar la viabilidad económica de la misma y dar justificación a una supuesta ineficiencia que conduzca luego, a nuevos planteos de privatización de nuestras empresas estatales”. La denuncia fue a sorteo y mañana se sabrá en qué juzgado recae.
Al diputado le “resulta llamativo” que en un contexto de “ajuste” la empresa “planifique realizar una compra tan costosa y arriesgada”. Tahilade indica que no hay que soslayar que el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, acaba de realizar un viaje protocolar a Holanda, país de origen de la petrolera Shell. “El Poder Ejecutivo Nacional e YPF están orquestando una compra que aliviane la dificultad financiera de Shell y le garantice a esa empresa el futuro recupero de los activos que hoy puso a la venta”, arriesga.
Según trascendió, la petrolera con mayoría estatal estaría dispuesta a ofertar entre 900 y 1.000 millones de dólares por la red de comercializacióm que consiste en una red de casi 600 estaciones de servicio, y una refinería para procesar petróleo ubicada en la localidad de Dock Sud. La empresa Shell intentaría incrementar ese monto hasta los 1.500 millones de dólares.
Tahilade remarca en su denuncia que Shell impuso una serie de condiciones para la admisión de las propuestas. Entre ellas, la empresa estableció que el comprador deberá conservar su marca en la distribución – por ejemplo, en las estaciones de servicio- y no podrá reemplazarla con una marca propia. “De ese modo, y con la inclusión de tan llamativa cláusula, Shell se asegura la posibilidad de reingresar al negocio de la comercialización en el futuro, una vez superada su actual necesidad de financiamiento”, apunta el diputado.
Sin embargo, más allá de que la oferta se presente como un signo de crecimiento de la YPF, de materializarse la compra la petrolera estatal pasaría a tener el 68 por ciento del mercado de la venta de combustibles, es decir, una posición dominante. “En razón de ello, y a fin de ajustarse a las normas de defensa de la competencia, la empresa YPF debería presentar, conjuntamente con la oferta de Shell, un plan de desinversión”, advierte Tahilade. “En consecuencia, YPF estaría a punto de adquirir estaciones de servicio con la marca de una empresa de capitales extranjeros – Shell- con el agravante de que la aludida empresa tiene la intención de recuperarlas en el futuro”, añade.
Al mismo tiempo, el diputado del FpV hace una descripción de la delicada situación financiera de YPF, que ha adoptado desde 2016 una serie de “medidas de ajuste: redujo notablemente sus inversiones, suspendió a un importante número de empleados contratistas y colocó deuda - en más de una oportunidad- a fin de solventar sus gastos”.
De acuerdo a los “Resultados Consolidados Año 2016 y 4T 2016 de YPF –publicados en la página oficial de la Comisión Nacional de Valores-, surge que la empresa está atravesando serias dificultades económicas. En 2016 tuvo un resultado negativo de 24.246 millones de pesos en su utilidad operativa (una caída del -246,2 por ciento respecto a 2015), y de 28.379 millones en la neta (-714,2 por ciento en comparación con 2015). Al mismo tiempo, la empresa incrementó considerablemente su pasivo, que en diciembre de 2015 era de unos 242.992 millones de pesos y en el mismo mes del año 2016 ascendió a 302.478 millones de pesos.
En ese contexto, YPF anunció un plan de reestructuración de sus empresas subsidiarias, que puso a la venta, con el objetivo de reducir el déficit y hacerse de unos 1.000 millones de dólares. “Es decir que, YPF se encuentra en un claro proceso de desinversión”, enfatiza Tahilade.
“En ese razonamiento, poco importa a los actuales Directores que YPF no esté en condiciones económicas de efectuar tales erogaciones, que tenga que deshacerse de una parte de las actividades que hoy despliega a fin de lograr el aval de defensa de la competencia o que la adquisición de tales activos sea transitoria y por ende, descapitalizadora al largo plazo”, añade.
Por último, Tahilade destaca que mientras las empresas más relevantes del sector están focalizadas en el desarrollo del shale gas en Vaca Muerta, YPF procede en “sentido contrario” al realizar una oferta por los activos de Shell, y sin informar de sus movimientos al Consejo Federal de Hidrocarburos –tal como lo indica la Ley 26.741- y al Congreso de la Nación.