Algunos indicadores estadísticos preocupantes y la situación de países vecinos en los que se verifica una suba de contagios por coronavirus, motivaron una reunión en la Casa Rosada de los jefes de Gabinete y los ministros de Salud de Nación, Capital y Provincia en la que prendieron las luces de alarma y convocaron a la gente a respetar las medidas de cuidado, en especial teniendo en cuenta que se acerca fin de año. "En Argentina sigue habiendo circulación comunitaria y si aumentamos la circulación va a aumentar la cantidad de argentinos que esté en situación de riesgo. Como se vienen las Fiestas y el verano, es necesario que se aumente el cuidado. Volver a viejos comportamientos que han significado tener bajo control la pandemia para no perder lo ganado, sobre todo con la esperanza de una vacuna tan próxima", sostuvo el ministro de Salud, Ginés González García. No se evalúa por ahora una vuelta atrás en las flexibilizaciones ya establecidas, pero sí más testeos, un mayor control al cumplimiento de los protocolos y campañas de difusión para que no se crea que la pandemia fue superada. Respecto a las vacunas, contó que la delegación argentina en Moscú ya está mandando información sobre la Sputnik V y fue muy crítico con las vueltas del laboratorio Pfizer para la firma del contrato (ver aparte).
Los indicadores que preocupan son los que muestran que en el AMBA se estancó la caída que se venía produciendo en las últimas semanas tanto en la cantidad de contagios como en la ocupación de camas. Además, que se incrementaron las llamadas al 148, el número al que la gente acude cuando tiene síntomas compatibles con coronavirus. Y algo que se observa a simple vista: la flexibilización creciente de las medidas de cuidado que deben cumplirse en la vida cotidiana, especialmente entre los jóvenes. "Tratemos de quedarnos en casa. El mensaje es que tenemos que reforzar los cuidados porque se vienen relajando", apuntó el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, quien participó de la conferencia de prensa en la Casa Rosada junto a su par porteño, Fernán Quirós. Habían sido convocados la noche anterior por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, lo mismo que los jefes de gabinete bonaerense Carlos Bianco y capitalino Felipe Miguel. Fue en los hechos una reactivación de la mesa de coordinación que funcionó durante los meses más álgidos de la pandemia.
Quirós detalló que en CABA se viene dando desde principios de septiembre una curva de descenso de casos consistente, pero que en la última semana se estancó en los 300 contagios diarios. "Es un piso que debemos lograr bajar", evaluó. Más allá de las aglomeraciones callejeras ocurridas en las últimas semanas, los ministros insistieron en que los mayores riesgos de contagios están focalizados en las reuniones sociales y familiares en lugares cerrados, muy comunes en esta época del año. Comentaron que lo que viene ocurriendo en el AMBA es similar a lo que se nota en distintos lugares del país. Lo pudieron corrobar porque después de la reunión con los jefes de gabinete, los tres ministros se conectaron de manera virtual con los ministros de Salud de todas las provincias donde hicieron un repaso de la situación.
Argentina superó esta semana el millón y medio de contagios y los 41 mil fallecidos. Ayer se registraron 6.981 nuevos casos y 165 muertes. La ocupación de camas en el AMBA está en el 58 por ciento, holgada respecto a otros momentos pero también dejó de descender. González García calificó como "relativamente inesperado" el rebrote que se viene produciendo en países vecinos como Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, dado que está entramos en los meses de calor, cuando se supone que el virus se debilita. Algo en lo que insistieron los ministros -que será algo en lo que también se buscará concientizar en los próximos semanas- fue que no hay que pensar que la llegada de la vacuna terminará con la pandemia de un día para el otro. La vacuna tiene dos dosis separadas por 21 días y quienes se irán inmunizando representan un porcentaje todavía pequeño de la población. Hay que hacerse a la idea que se deberá convivir con el virus durante el primer tramo de 2021, por lo que habrá que mantener las mismas prevenciones que ahora.
Aceptaron que la gente llega al final de un año extenuante y que las ganas de volver a una vida social normal son muy fuertes. "No nos podemos relajar, esto va a demorarse meses", insistieron. En la reunión, los ministros quedaron en seguir adelante con las aperturas que tenían previstas para esta fase de distanciamiento pero no pedir nada más para el próximo tramo que se abre a partir del próximo lunes, que además sería más largo de lo que venían siendo. Podrían incluso extenderlo hasta febrero, para dejar en claro que no habrá cambios por más que arranque la campaña de vacunación.
Una de las cuestiones que está en estudio es el uso del transporte público. El lunes quedó habilitado para el personal doméstico, lo que implica la incorporación de unas 800 mil personas, de acuerdo a los cálculos de Nación. La idea es que en la próxima etapa no se incorporen más usuarios. Lo mismo en la provincia de Buenos Aires, donde aseguran que siempre están atentos a la evolución de casos y que, de ser necesario, no les temblará el pulso si tienen que volver para atrás. "Si vemos cierto peligro vamos a usar los instrumentos que tenemos, que son básicamente establecer determinadas restricciones", explicó Carlos Bianco a la mañana, en La Plata. "Tenemos un esquema dinámico. De hecho, hubo tres municipios que tuvieron que volver a la fase 3", remarcaban en la Gobernación.