La nueva normalidad, de la que se habló durante gran parte de la cuarentena, llegará a las mesas familiares de Navidad y Año Nuevo y será parte de los festejos. Si bien el aislamiento obligatorio estricto quedó atrás, y la sensación de que lo peor ya pasó se instaló entre muchas familias, los especialistas insisten en no relajar las medidas de protección para evitar el rebrote de contagios.
“Es difícil pedirle a las familias que después de nueves meses de no reunirse no se junten a celebrar las fiestas. Por eso es importantísimo hacerlo con responsabilidad: mantener la distancia, usar tapabocas y no quedarnos adentro”, resumió en pocas palabras la infectóloga Sandra Lambert, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Para la médica es fundamental recordar que a pesar de la disminución de casos el riesgo sigue existiendo por lo que no hay que relajar los cuidados. “Es lindo celebrar, sí; pero hagámoslo con los cuidados necesarios. No seamos más de 10 personas, separemos las mesas por grupo de convivientes y que la comida sea sencilla y rápida para estar sin el tapabocas el menor tiempo posible”, remarcó.
Desde la SADI recomendaron seguir una serie de estrategias para minimizar la transmisión del virus y celebrar de manera segura.
-Festejar en burbuja. Esto significa reunirse con el círculo íntimo de personas con quienes se mantiene contacto habitual y los mismos hábitos de cuidado y responsabilidad. Que el festejo sea íntimo.
-Extremar medidas los días previos al encuentro. La propuesta es quedarse en casa la semana previa a las cenas de Navidad y Año Nuevo como una forma de minimizar al máximo la posibilidad de convertirse en transmisor del virus. Limitar las salidas y actividades sociales la semana anterior al encuentro o incluso hasta 10 días es fundamental sobre todo si del encuentro participarán adultos mayores.
“Si hay mayores de 60 es fundamental que nadie concurra enfermo y que 10 días antes de la cena nos quedemos en casa para extremar las medidas. Primero pensar en quienes tiene factores de riesgo”, sumó la infectóloga.
-Especial cuidado con mayores de 60 y personas con factores de riesgo. Esta es, tal vez, la medida más antipática, pero de importancia fundamental. Si en el entorno hay personas mayores o con factores de riesgo -como diabetes, cáncer, enfermedades renales, cardiacas o pulmonares- que pueden desarrollar un cuadro grave de la enfermedad, lo ideal sería que participen del encuentro de manera virtual.
Si la decisión es compartir el espacio físico de manera presencial, se recomienda que el sitio elegido sea al aire libre o con buenas condiciones de ventilación y que esta persona permanezca poco tiempo en la reunión. “A esta altura nadie le va a pedir a la gente que no se junte con sus seres queridos, pero hacerlo con cuidado y de manera segura es nuestra responsabilidad”, agregó Lambert.
Otras recomendaciones
- Priorizar los encuentros al aire libre.
- Limitar al máximo el número de personas que participen del encuentro, la recomendación es no superar los 10.
- Evitar abrazos, besos y saludos con contacto físico.
- Mantener una distancia de al menos 2 metros siempre que sea posible.
- Utilizar tapabocas para cubrirse nariz, boca y mentón cuando no se logre mantener la distancia o se esté en lugares cerrados o con ventilación insuficiente.
- Lavarse las manos con frecuencia. Ya sea con agua y jabón o con alcohol en gel u otro tipo de sanitizantes antes y después de ir al baño, comer, toser o estornudar, tocar superficies comunes o elementos compartidos.
Una cena particular
- Evitar compartir platos, bandejas y cubiertos.
- Identificar las copas o vasos para que no se mezclen.
- Usar tapaboca durante la preparación de los platos, sobre todo en espacios cerrados. También al conversar sino se puede mantener la distancia de dos metros.
- Mantener abiertas puertas y ventanas para asegurar una ventilación cruzada en todos los ambientes.
- Lo ideal sería poder armar varias mesas con distancia una de otra, para que sean compartidas solo por convivientes.
- Evitar cantar, gritar o bailar si no es posible mantener la distancia de dos metros.
Por último, la infectóloga remarcó la importancia de no caer en la falsa creencia de que la vacuna “es la solución rápida y mágica”, algo que no es así. “No contemos con que la vacuna va a solucionar la pandemia en los próximos meses porque en realidad nos va a llevar todo el año que viene. Que la vacuna no sea un distractor para que nos dejemos de cuidar”, agregó por último Labert.