Desde Irbil
El líder del Estado Islámico (EI) y autoproclamado califa escapó del asedio de Mosul hace dos meses cuando el camino hacia el oeste fue reabierto brevemente por un feroz contraataque de los combatientes del EI, según un alto representante kurdo.
“El EI utilizó 17 coches-bomba suicidas de Mosul y algunas de sus unidades de Siria para despejar la ruta de salida de Mosul durante unas horas”, dijo Fuad Hussein, jefe de gabinete del presidente kurdo Masoud Barzani. Dijo que él y otros líderes kurdos creen que el EI sólo llevaría a cabo una operación tan elaborada, en la que sufrieron fuertes bajas, con el fin de llevar a al Baghdadi a un lugar seguro.
La huida tuvo lugar después de la caída del este de Mosul y antes de que las fuerzas de seguridad iraquíes comenzaran su ataque final contra el oeste de Mosul, en manos del EI, el 19 de febrero. Hussein dice que el EI “trajo a 300 de sus combatientes de Siria y fue una lucha muy feroz”. La única vía de escape posible de Mosul para el EI es hacia el oeste, a través del territorio de la milicia chiíta de Hashd al-Shaabi que se vio obligada a retirarse, lo que permitió al EI obtener brevemente el control de la carretera. “Creo que liberaron a Baghdadi”, dice Hussein infiriendo que la unidad del EI de Siria regresó allí de inmediato y el monitoreo del tráfico de radio del EI mostró que estaban jubilosos de haber llevado a cabo una operación exitosa. Al Baghdadi, que se convirtió en líder del EI en el 2010, es el líder emblemático del movimiento que lo llevó a una serie de espectaculares victorias, incluida la toma de Mosul en el 2014. Su muerte o captura sería un golpe adicional al movimiento, que perdió gran parte de su territorio en Irak y Siria.
Hussein dijo que esperaba que el EI sobreviviera después de la caída de Mosul, donde sus combatientes todavía sostienen la Ciudad Vieja que según la ONU tiene una población de 400 mil habitantes. “Pero no creo que sobrevivan como estado”, dijo. A pesar de su implosión actual, todavía tiene santuarios en diferentes partes de Irak y Siria donde aun puede intentar reconstituirse.
Un serio problema en Irak es que no existe un plan político para compartir el poder o dirigir el territorio recuperado después de la caída de Mosul y la derrota del EI. Cuando la ofensiva contra el EI comenzó el 17 de octubre del año pasado, siguió a un acuerdo militar entre el gobierno regional de Kurdistán (KRG) y el gobierno central iraquí por el que la Peshmerga kurda jugaría solamente un papel militar limitado, tomando parte de la meseta del Nineve al este de Mosul. Pero no hubo consenso político sobre cómo se puede proporcionar seguridad a largo plazo al mosaico de diferentes partidos, milicias, sectas y comunidades étnicas que viven en Mosul y sus alrededores.
Hussein dijo que no se había presentado un plan para Mosul post-EI el año pasado, porque habría planteado cuestiones divisorias que podrían haber evitado una campaña militar contra el EI. No está claro quién tendrá el poder en Mosul a largo plazo o qué pasará con los kurdos y los cristianos que fueron forzados a salir de la ciudad. Un corto trayecto en automóvil por la meseta del Nínive revela las rivalidades políticas y sectarias y los odios que obstaculizan cualquier regreso a la normalidad. No hay muchas señales del ejército iraquí y la mayoría de los puestos de control están ocupados por el Hashd al-Shaabi, a menudo reclutado de la minoría de habla kurda chiíta conocida como Shabak.
La población árabe sunnita de Mosul ha sido traumatizada por el asedio de seis meses, que está lejos de terminar y está destruyendo una gran parte de la ciudad. Hussein dijo que fue un error serio en la planificación de la operación de Mosul el creer que el EI sería derrotado rápidamente o la población podría levantarse contra los jihadistas. La confianza excesiva en la rapidez con que el EI podría ser derrotado llevó al gobierno a decirle a la gente que se quedara en sus casas, un error que está llevando a una gran pérdida de vidas civiles.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12
Traducción: Celita Doyhambéhère